Esto no es una crisis, es un
cambio histórico hacia la Era Digital, nos dice Don Tapscott, para él el motor del cambio es
internet que actúa y nos lleva hacía esa nueva Era. Lo cierto es que además de
internet hay otros motores: un cambio de valores, pero sobre todo, un
incremento de la complejidad, de la incertidumbre y la competitividad, por eso
prefiero hablar de la Era de la Innovación.
Quizás tú cuando miras a tu
organización debes pensar que un cambio profundo de la organización dónde estás
es imposible. Pero lo que es imposible es que en la mayoría de nuestras
organizaciones el status quo permanezca como lo conocemos. Y el status quo
cambiará por que la innovación necesita de la libertad. Y los profesionales y
directivos se verán obligados a reconvertirse en líderes transformadores,
en innovadores, porque si no serán, no sobrevivirán. Y las empresas serán
diferentes serán empresas con Alma.
El Siglo XXI será el siglo del
fin de las empresas Sin Alma (SA)
Decían que lo mejor que se le
podía explicar a un licenciado recién incorporado a una empresa para que
comprendiese la verdadera naturaleza de las organizaciones empresariales es que
S.A. significaba: empresa Sin Alma.
En las empresas Sin Alma las
personas eran lo que debía complementar lo que las máquinas y los ordenadores
todavía no podían hacer. Ya que en realidad lo que se quería era una empresa
perfecta donde sólo eran necesarios ingenieros que pusieran en marcha las
máquinas y un financiero para calcular los beneficios. Las personas y sus
emociones no contaban porque, a pesar del bonito discurso del Consejero
Delegado en Navidad, las emociones no se podían recoger ni en la Cuenta de
Resultados ni siquiera en el Balance.
Pero esto está cambiando y la Era
de la Innovación que se caracteriza por la incertidumbre y la rapidez de los
cambios necesita personas que sean capaces de cambiar con rapidez los sistemas
existentes, lo que implica gestionar a las personas de una forma diferente.
En las nuevas empresas las
personas deberán tener más voz, por que se necesita de la colaboración para la
inteligencia colectiva, se necesita escuchar, se necesita de las ideas y aún
más de las emociones de las personas.
Los profetas de la Era de la
Innovación ya han anunciado el fin de las Sociedades sin Alma. Y será el fin y
lo serán pero no por convicción sino por obligación.
Libertad no es un concepto
empresarial, pero los resultados sí
¿Cómo afectará este cambio a las
empresas? En un muy reciente estudio de Buzz un estudio realizado por la
consultora Booz & Company el 52% de los directivos consultados no piensa
que la estrategia de su compañía pueda conducirles al éxito. “El 81% de los
encuestados opina que las iniciativas de crecimiento que han desarrollado sus
empresas han sido una pérdida de tiempo” ¿A quién le extraña? La complejidad
del entorno hace difícil determinar la estrategia. Pero si la estrategia es
demasiado compleja para los directivos ¿Cómo deben actuar las empresas?
James Surowiecki en su libro de
Wisdom of Crowds nos dice “Cuanto más poder
le des a un solo individuo frente a la complejidad y la incertidumbre, más
probable será que tome malas decisiones. Como consecuencia, hoy en día hay muy
buenas razones para que las empresas traten de pensar más allá de la
jerarquía”. ¿Será la solución que muchas personas actúen de forma inteligente,
que más personas tengan voz, que las pequeñas innovaciones ….? Eso que se
ha denominado “Inteligencia Colectiva”, probablemente, esta será una parte
fundamental de la solución.
Para que haya innovación el rol
de las personas dentro de las organizaciones está llamado a cambiar, pasará a
tener más protagonismo, será más estratégico, el liderazgo estará más
distribuido, las personas tendrán más libertad. Si se quiere traducir este
concepto en términos empresariales: más autonomía, más empowerment, más
capacidad de asumir riesgos,… más,.. más libertad. Y esto no se hará por una
firme creencia humanista en las personas, se hará por qué será la forma más
eficiente de innovar. Recordemos lo que aprendimos las empresas Sin Alma:
sólo interesan los resultados empresariales. Sólo por ello darán más
protagonismo a la voz de las personas.
La Cultura Innovadora: una nueva
forma de comunicación
Se necesita una nueva Cultura
empresarial, una Cultura más innovadora ¿Pero cómo conseguirla? Humberto Maturana defiende que la cultura
es una red cerrada de conversaciones y que el cambio cultural ocurre cuando se
produce un cambio de conversaciones en esa red.
Si, la Cultura es comunicación.
La cultura depende de cómo se produce la comunicación y como se parametriza las
“voces de las personas”. Por ello son tan importantes las herramientas 2.0.
porque pueden facilitar, si se las deja, que las ideas y el conocimiento
fluyan, que haya colaboración que haya más inteligencia colectiva de una forma
más transparente, más transversal, de una forma diferente.. Por ello,
encontrarás tantos escritos hablando de la comunicación 2.0. como el nuevo reto
empresarial.
Las nuevas formas de
comunicación, especialmente la comunicación 2.0., se están alineando con
la nueva necesidad de las instituciones de cambiar, de innovar. Porque la
innovación es cada vez más social. Y esta es la nueva prioridad de las
empresas, y por tanto de sus profesionales, especialmente, de los directivos,
que son los que crean, conservan el “status quo” y. si también, lo cambian.
Pero ¿Estarán dispuestos a cambiar el “status quo”? ¿Estarán dispuestos a crear
más diálogo transversal y transparente? ¿A tener más en cuenta la voz de las
personas para que se produzca eso que denominamos inteligencia colectiva?
Antes llamábamos inconformistas a
los que querían que las cosas se hicieran de la forma en que siempre se había
hecho, si el cambio propuesto era profundo se les llamaba subversivos o
revolucionarios. Pero en la nueva Era de la Innovación estos señores habrá que
cambiarles el nombre. Sólo serán supervivientes en busca de resultados.
La revolución está en marcha y la
mayoría de los profesionales y directivos ya han deducido que la defensa no la
encontrarán mirando atrás ni en la dulce voz del pasado. Por ello la mayoría de
los cambios se producirá por lo de siempre, para mantenerse en el poder o para
seguir siendo profesionales, y esto hará que haya un nuevo tipo de empresas
donde las personas serán “un poco” más personas, serán empresas “Con Alma”.
Tal vez con cierto escepticismo
siempre he creído más en el poder de los que quieren sobrevivir que el de los
revolucionarios. Ahora los profesionales y directivos tendrán que tomar el
liderazgo del cambio, la mayoría no por que quiera cambiar, quizás a la
mayoría tampoco le importará demasiado si las empresas tienen alma, cambiarán
simplemente para sobrevivir. Porque el dilema es claro sobrevivir
innovando o….
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