En el libro “Psicología para la vida” hay un capítulo llamado “El Sentido como articulador de la Vida”, de los autores Jorge Sanhueza y Felipe Landaeta. De manera resumida, el mensaje que nos deja este capítulo (o al menos a mí) es que tener un sentido, nos genera un propósito, transformándose éste, en nuestro motor, nuestra motivación y nuestra guía. El sentido se siente, es con uno mismo, con los otros, se vive, se elige, elimina el “sin sentido”, y lo más importante, es acción.
Cuando leí este capítulo por primera vez, lo encontré lógico y muy coherente, sin embargo, cuando vuelvo a leerlo, siento el llamado a preguntarme ¿cuál es el sentido que lo doy a lo que hago, me complace, me llena, me motiva, en definitiva, me satisface como persona? Y, ahora que estoy de ayudante del curso de Liderazgo de eclass de la UAI, volví a leerlo, y obtuve algo más: logré conectar la relación que existe entre Sentido y Liderazgo. Es increíble ver como una misma lectura, puede ir entregando nuevos mensajes o reflexiones cuando se lee una y otra vez.
Tomando lo anterior como introducción y, como he venido diciendo a lo largo del blog, Liderazgo es la actividad de movilizar a las personas en escenarios de incertidumbre, donde romper el Status Quo de la organización es fundamental, y cuestionar los hábitos, actitudes y valores de las personas, es la esencia del trabajo Adaptativo. Además, es una actividad riesgosa, que involucra pérdidas, no solo económicas, sino que muchas veces emocionales, sentimentales y, en el peor de los casos, se puede llegar a perder la vida (Martin Luther King es un ejemplo).
Luego, si el Liderazgo una actividad tan riesgosa y que involucra ir “contra la corriente” ¿por qué hay personas dispuestas a ejercerlo? Es aquí donde hago la conexión con el concepto de Sentido. Una persona está dispuesta a ejercer liderazgo y correr con todos los riesgos y dificultades que éste conlleva, por tener un Propósito: un Sentido de Propósito.
Como dice Victor Frankl en su libro “Un hombre en busca de sentido”: “no hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la conciencia de tener una tarea en la vida".
Sin un propósito concreto, nada tiene sentido. Como el sentido es con uno mismo y con los demás, éste a su vez genera un compromiso entre quien ejerce liderazgo y las personas que se ven involucradas con el propósito, lo que construye un sentido de propósito común entre las partes.
De este modo, nuestros propósitos nos comprometen y conectan con otras personas. Juntos le otorgan un sentido al desafío adaptativo. Solo con un sentido de propósito concreto y común a todos, las personas comienzan a aceptar las pérdidas y los cambios que se requieren para romper el Status Quo y desarrollar el trabajo adaptativo. No se lidera por ego personal, sino por uno mismo y para los otros, en post de un bien común y mucho mejor para todos.
Tan importante es esto, que incluso Ronald Heifetz y Marty Linsky (Cambridge Leadership Associates:http://www.cambridge-leadership.com/ ), ambos profesores de Liderazgo de Harvard, en su libro “Liderazgo sin límites", tienen un capítulo donde también hacen alusión a la necesidad de tener un sentido de propósito como motivación para que alguien ejerza liderazgo y esté dispuesto a asumir el riesgo.
En síntesis, se requiere de Liderazgo, cuando nos enfrentamos a un desafío adaptativo proveniente de un escenario de incertidumbre, donde las respuestas y soluciones no son conocidas, y que por lo general producen pérdidas. Y, para ejercer Liderazgo, se requiere que quien esté dispuesto a hacerlo y correr el riesgo, tenga un sentido de propósito y sea capaz de gestionar este sentido, transformándolo en un sentido de propósito común a todos los miembros de la organización, del equipo, de la familia, del club social, de la municipalidad, de la sociedad, etc., asumiendo las pérdidas que la adaptación genere, pero beneficiándonos de sus mejoras.
Fuente: Nuevas Miradas, Nuevas Posibilidades
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