El domingo pasado @jaime123s me propuso tratar en Twitter el tema de la gestión de personas por confianza, lo que me dio la idea de este post. La disyuntiva es si da mejor resultado gestionar o liderar a las personas a través de la zanahoria o a través del látigo, o lo que es parecido, ¿se puede gestionar a través de la confianza?
En mi opinión no solo se puede, sino que se debe y que además es la única opción para que con el paso del tiempo todo siga funcionando.
Al corto plazo, puedes jugar a gestionar sin confianza y con un látigo y muy probablemente así, lo que consigas es convertir a cualquier colaborador en un león furioso que en cuanto te descuides te lanzará las zarpas y… bueno, ya sabes cómo termina esa historia.
La otra opción es hacerlo con la confianza. Efectivamente este no es el camino ni la técnica más fácil, pero si es la más recomendada para que cada persona esté dispuesta a dar lo mejor de sí en cada momento.
En este sentido hay un libro que en mi opinión lo muestra de una forma muy sencilla y directa: Bien hecho! de Ken Blanchard, en él habla de cómo en una visita a el Sea World de San Diego se planteó una pregunta similar, ¿cómo era posible que pudieran adiestrar a unas orcas en aquellas acrobacias y estas no se comieran a sus entrenadores? Cuando en una empresa es tan difícil hacer que alguien funcione bien, armónicamente.
Aquí os dejo más información sobre el libro:
Un resumen en formato de presentación
Después de todo en ambos casos estas vinculando un condicionamiento a las conductas de tus colaboradores, puedes vincular premio cuando algo lo hacen bien, y por omisión entienden que lo otro está mal, o puedes vincular castigo cuando algo lo hacen mal, y silencio cuando lo hacen bien. ¿Qué es mejor? la respuesta es fácil a ti ¿cómo te gustaría que te trataran? Además, hay que añadir otro aspecto, ¿qué regalo o recuerdo quieres dejar en el mundo?
Por mi propia experiencia como emprendedor y dirigiendo personas desde hace ya 15 años, puedo decir que la gestión por confianza no solo funciona, sino que además me ha hecho la vida mucho más fácil y más feliz en consecuencia. Y no solo mis colaboradores pueden dar fe de ello, si no que los clientes podrían darla también. El gestionar con látigo, al final se termina percibiendo en el otro lado de la empresa.
Otro ejemplo, de alguien conocido a nivel mundial es Ferran Adrià. Que en un reportaje que le han realizado en Magazine Digital, según las palabras de su socio Juli Soler: “Que funcionáramos como una familia fue mi objetivo desde el principio, y Adrià ha conseguido mantener el rigor y ese espíritu de cariño y respeto.”
Eso si, como dijo Gandhi, has de ser tú el cambio que quieres ver en el mundo. Y en esta línea una última recomendación, ver la película Invictus, es otro grandísimo ejemplo de liderazgo por confianza y recompensa, no por látigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario