Chia – Yen Chiu, Jennifer D. Nahrgang, Ashlea Bartram, Jim Wang y Paul Tesluk en hbr.org del pasado 27 de septiembre plantean que adoptar un enfoque de liderazgo informal en un equipo o un proyecto puede parecer una buena forma de apoyar tanto a los empleados como al equipo completo al fomentar al talento prometedor a asumir responsabilidades informales de liderazgo, pero investigaciones recientes sugieren que puede tener un coste en la satisfacción en el trabajo de esos líderes informales y en sus niveles de energía.
Liderar un proyecto o un equipo puede ofrecer a los futuros
líderes una experiencia valiosa y prepararles para roles directivos, al tiempo
que añade valor a la organización. Pero aunque sirva para que los elegidos se
sientan más valorados y que se les apoya en su crecimiento las investigaciones
de los autores sugieren la posible aparición de los efectos negativos
mencionados más arriba.
El apoyo de los líderes formales tiene un gran impacto en el
grado en el que las tareas de liderazgo informal conducen a niveles de energía
reducidos, así como la microgestión que puede resultar muy negativa ya que un
determinado nivel de autonomía es necesario para ayudar a las personas a
desarrollarse.
Existen distintas formas en las que los directivos y organizaciones
pueden apoyar a sus líderes informales para limitar el impacto negativo de
estas responsabilidades adicionales en el nivel de energía y de satisfacción en
el trabajo para los que los asumen. Entre ellas tenemos:
1.- Ser coaches de liderazgo
Los líderes formales deben ayudar a los informales
para que sepan cómo comunicarse adecuadamente con los compañeros y
clientes, facilitar recomendaciones en relación con decisiones clave y
encontrar maneras de reducir la carga de trabajo del líder informal en otras
áreas para dejarles más tiempo para centrarse en su nuevas tareas de liderazgo.
Deben ofrecer, también, feedback sincero y ajustado en el
tiempo para mejorar sus habilidades de liderazgo y evitar que repitan sus
errores.
2.- Comunicar sus expectativas y confiar en que los
líderes informales las asuman
Uno de los retos a los que se enfrentan los líderes
informales es que se les pide que dirijan a sus compañeros sin tener una
autoridad real sobre ellos. Con frecuencia, como resultado, pueden sentirse desconectados
tanto de sus compañeros como de sus líderes formales, con lo que ejercer el
liderazgo les resulta aún más agotador. Para evitar esto los líderes formales
deben comunicar claramente sus expectativas a todo el equipo, definiendo
exactamente cuáles son las áreas que van a estar bajo la responsabilidad del
líder informal y cuáles se van a quedar bajo el mando del líder formal. De esta
forma se transmite la confianza que se tiene en el líder informal y que no se
van a contradecir las decisiones de éste ni se va a tomar el mando de los
proyectos que lidere.
3.- Generar una fuente de líderes informales en el equipo
Por definición las responsabilidades de liderazgo informal
suelen ser temporales ya que muchos de los que las asumen eventualmente
decidirán que el liderazgo no es lo suyo o pasarán a ejercer roles
de liderazgo formales. Por tanto es fundamental que los directivos potencien la
existencia de múltiples líderes informales, en lugar de apoyarse exclusivamente
en uno o dos miembros del equipo de manera indefinida. Generar una fuente de
líderes informales no solo reduce el peso en un solo líder informal sino que
asegura que el equipo sigue teniendo éxitos si los líderes informales son
promocionados a otros roles o deciden abandonar estas responsabilidades.
Los líderes informales también pueden potenciar su propio
bienestar y hacer lo que puedan para evitar que sus nuevas responsabilidades
les influyan negativamente. Específicamente pueden utilizar dos estrategias que
les pueden ayudar:
a).-
Mantenerse conscientes de cuáles son sus niveles de energía. Es
normal sentirse emocionados cuando el jefe nos pide que asumamos nuevas
responsabilidades, pero debemos entender que éstas también pueden ser
agotadoras por lo que debemos vigilar nuestros niveles de energía para evitar
caer en el burnout.
b).-
Proteger nuestra energía proactivamente. No hay que esperar a que
nos sintamos quemados para empezar a proteger nuestro estado mental y energía.
Prácticas tales como el dar pequeños paseos diariamente y dedicar tiempo para
nuestra correcta alimentación y para estar con la familia y amigos son
imprescindibles. No debemos, asimismo, temer pedir ayuda cuando lo necesitemos
ya sea de nuestro jefe, compañeros, amigos o profesional de salud mental.
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