Peter B. Angood, presidente y CEO de American Association for Physician Leadership, en la web de la asociación del pasado 1 de octubre, plantea que el reconocimiento de los demás es un aspecto crítico del liderazgo. Los otros, también, deben ser capaces de reconocer y apreciar la naturaleza y la profundidad de los líderes si queremos que ocurra el éxito mutuo. La dificultad estriba en que la confianza se tiene que ganar y no se puede dar por hecho antes de que los demás se abran y aprecien el potencial de liderazgo que nosotros o nuestro equipo representa para aquellos que lideramos.
El autor se pregunta qué es lo que ayuda a que un líder sea
apreciado y se confíe en él de forma que los demás le sigan con lealtad y para
ello destaca las dimensiones clave, recogidas por Sucher y Gupta en
su artículo “Leading with trust”, para generar esa confianza a todos los
niveles. Éstas son:
1.- Legitimidad. El líder asume ese rol por razones
legítimas y a través de un proceso legítimo.
2.- Competencia. El líder demuestra sus capacidades
adecuadamente y es evidentemente bueno en su trabajo.
3.- Motivos. El líder sirve a los intereses de distintos
grupos de interés de forma equilibrada.
4.- Medios. El líder identifica los medios y métodos
necesarios para alcanzar las metas y marca la dirección de las acciones de la
organización. Si esas reglas se perciben como justas los grupos de interés
confiarán en los líderes y les concederán el poder apropiado y su lealtad.
5.- Impacto. El líder es juzgado por el impacto que crea,
independientemente de si ese impacto estaba planificado o no y si es
positivo o negativo.
En el entono sanitario se está produciendo una erosión de la
confianza y los cambios que se están produciendo en la asistencia
sanitaria están creando un potencial para minar sus fundamentos éticos. Por
tanto, los líderes deben desarrollar las competencias necesarias para dar voz y
abanderar los valores claves de la atención sanitaria. Desde esta perspectiva
los líderes deben:
a).- Reconocer los valores éticos que entran en competencia
y subyacen a los retos a los que se enfrentan.
b).- Ser competentes a la hora de analizar los complicados y
diversos dilemas éticos.
c).- Aprender a desarrollar e implementar estrategias
realistas que puedan mantener los valores centrales de la asistencia sanitaria
en un entorno rápidamente cambiante.
El liderazgo aunque complejo implica con frecuencia el
reconocimiento de los demás y de cómo pueden ser motivados para alcanzar
mejores resultados a través de la apreciación de su potencial. Ésta apreciación
ayuda a reforzar los valores éticos, a crear confianza y a generar lealtad,
construyendo valor de forma colectiva, optimizando experiencias y mejorando los
resultados a diferentes niveles.
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