Las reacciones en cadena que estamos viviendo como humanidad nos hacen recordar el planteo de Edward Lorenz, el matemático y meteorólogo estadounidense creador de la metáfora del “efecto mariposa”: un pequeño aleteo del otro lado del mundo tiene repercusión directa sobre lo que pasa en el polo opuesto.
Esta dinámica en cadena es lo que hoy se agiganta con la
instantaneidad de la circulación de todo tipo de información, compuesta por
millones de bites de datos que el ser humano no es capaz de procesar tan
velozmente como quisiera, porque: ¿Necesitamos tanta información?
¿Queremos vivir movilizados permanentemente por todo lo que agita al mundo? La
respuesta es individual e implica identificar, reconocer y, eventualmente,
remover las placas de la emocionalidad interna.
El mundo se ha dado vuelta; estamos en una crisis tan
compleja y ambigua que no es posible hacer planes para más que un puñado de
horas del día.
Hay situaciones que ocurren a miles de kilómetros de
distancia que cambian completamente el panorama, como es el caso de la pandemia
del coronavirus, un caso que ejemplifica la teoría del cisne negro del
pensador Nassim Nicholas Taleb en el libro homónimo.
Esta teoría dice que un “cisne
negro” es un evento que irrumpe por sorpresa de un momento a otro, y que
tiene un impacto extremo. El autor ilustra que descubrimientos como Internet o
la primera guerra mundial que cambió el planeta para siempre pueden ser
ejemplos de esto. Lo mismo que la pandemia del Covid.
También explica que una vez que sucede, se tiende a querer
racionalizar el acontecimiento haciendo una retrospectiva buscando indicios que
hubiesen previsto ese hecho. En todo caso, quizás estemos frente al fenómeno
del “elefante blanco”, cuando hay en el mundo una agenda de temas muy
relevantes que todo el mundo conoce, pero nadie menciona por ser incómodos. Y,
sin ir al plano del mundo, todos tenemos algunos elefantes blancos en nuestro
hogar, con los amigos y en el trabajo.
- LA
FRAGILIDAD QUE DUELE
El mundo se ha vuelto frágil, mientras muchos actores
de la sociedad quieren enmascararlo con aparente fortaleza y vigor. Sin
embargo, nos hemos debilitado como sociedad, y quizás esto se deba a la pérdida
del sentido de Ser, de bucear internamente y de hacer el mejor aporte que cada
uno sepa, pueda y quiera. Esto implica una caída de paradigmas que
estuvieron vigentes hasta no hace tanto, y que actualmente ya no nos sirven más
para seguir adelante.
También aparece la vulnerabilidad, que es la habilidad de sentirse limitado,
de decir “no sé” y que, contrariamente a lo que la mayoría de las personas
piensan, no se asocia con la debilidad, sino que es una cualidad que puede
fortalecerte por dentro.
- UN
MUNDO EN MODO B.A.N.I.
Pensadores como Jamais Cascio, un “pronosticador” del
Instituto de Estudios del Futuro y considerada una de las 100 mentes más
brillantes de este tiempo, dice que el acrónimo V.I.C.A. (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo) se ha
quedado corto actualmente.
Y comparte la alternativa con otra definición: B.A.N.I.,
compuesto por las palabras inglesas Brittle (quebradizo), Anxious (generador de
ansiedad), Non-linear (no lineal) e Incomprehensible (incomprensible).
Repasemos estos conceptos:
- Brittle:
afrontar lo quebradizo de este tiempo
Las brechas y disrupciones son cada vez más evidentes. Los
sistemas se están resquebrajando, pese a que, desde afuera, siguen
queriendo parecer sólidos. Por eso cuando se desmoronan, hay una parte interna
en las personas, su conocimiento natural o intuitivo, que “sabe que sabe”,
aunque prefiere negar eso que está presintiendo, por comodidad o por no
exponerse a la incomodidad que eso representa. Todo cambio produce una
profunda incertidumbre.
Caminos posibles: construir
soluciones resilientes empezando por lo individual y siguiendo a
lo colectivo como sociedad. Diseñar sistemas “anti frágiles” considerando toda
la dimensión de lo humano como eje (de esto se habla mucho en este tiempo de
reinvención de las empresas y nuevo liderazgo enfocado en las personas antes
que en el negocio en sí). Hacer retrospectivas para capitalizar lo mejor del
pasado, y minimizar los riesgos de lo que podría salir mal en el tiempo
quebradizo. Animarse a deconstruir y volver a armar las bases, sabiendo que
deberían tener esos sistemas antisísmicos con los que cuentan muchos edificios:
es decir, poder moverse y flexibilizarse a medida que se va transformando el
mundo.
- Anxiuos:
amortiguar lo que genera ansiedad
El simple hecho de no saber qué va a pasar en la hora siguiente,
por más que lo tengamos proyectado, hace que la mente vaya continuamente hacia
el futuro, que todavía no existe. Como no estamos familiarizados con lo que no
ha surgido, cualquier cosa que irrumpe sorprende y en muchos casos, paraliza a
las personas. Es importante entender que este mundo genera ansiedad
permanente; por lo que cada habitante necesita auto regular ese estado
interno para conservar su salud mental y física, y poder ser más asertivo
frente a lo que va ocurriendo. Los líderes que son buenos pilotos de tormenta lo saben.
Caminos posibles: Las decisiones implican
riesgos, y es preferible asumirlos que quedarse estancados. La preparación y
actualización es fundamental. Como alternativas para amortiguar lo que genera
ansiedad, sugiero limitar al mínimo el consumo de noticias no verificadas,
dejar de pensar en términos de “lo que debería ser” y aceptar lo que, simplemente,
ES (tal y como están las cosas). También ayuda evitar la resistencia natural al
cambio, y para esto, se puede abrazar lo nuevo como un flamante amigo que
queremos conocer e interactuar. Al mismo tiempo, limitar los pensamientos
catastróficos que suele tener el 90% de la población mundial (es decir, evitar
hacer futurología en negativo; en todo caso, trabajar internamente en la
posibilidad de ser una persona optimista-realista, sin negar lo que pasa, y
apostando a que pueden suceder cosas buenas.
- No-linear:
un mundo no lineal, por lo tanto, impredecible.
Un sistema no lineal es aquel que no se basa en seguir una
serie de procesos que arriban a un resultado esperable -eso sería un sistema
lineal-.
En contextos como el actual significa que las acciones que
tomamos puede suceder que no generen lo anhelado. Es más: la historia pasada de
la suma de comportamientos, decisiones y acciones que tomamos, ya no es útil al
querer combinarla en la actualidad, porque cambiaron las condiciones
completamente. Por ejemplo, las competencias profesionales que se necesitaban hace un
tiempo atrás son ahora totalmente diferentes.
Caminos posibles: Asumir que lo pasado no
volverá; y para esto, necesitamos entrar en la aceptación tal como son las
cosas, apoyados en el componente humano de creatividad e innovación. Hoy las
cosas parecen ser aleatorias y la mayoría no tienen explicación. Para gestionar
mejor lo que sucede es necesario entrenar la flexibilidad cognitiva para
adecuarse a los nuevos entornos, aprender habilidades que ayuden a interpretar el momento
actual, y evitar quedarse en hacer sólo revisionismo del pasado para quitarse
las anclas que impiden progresar y desarrollarnos como individuos y sociedad.
- Incomprehensible:
cómo comprender lo, hasta hoy, incomprensible
El espíritu humano siempre quiere explicar todo lo que pasa:
así construimos el significado de la vida y sus sucesos.
Como el mundo se ha vuelto muy complejo, hay bucles, desvíos y
cortocircuitos en el flujo de la información a considerar para comprender.
Y esto genera dilemas, dudas e interpretaciones que pueden
llevar a decisiones equivocadas. Otra característica es que hoy no existen
“todas” las respuestas, porque apenas se pueden esbozar un puñado de
explicaciones a muy pocas cosas. Por ejemplo, se dispone de un mayor volumen de
datos que pocos saben aprovechar y procesar para entenderlos. Este simple hecho
genera mucha confusión y ruido.
Caminos posibles: Este tiempo implica
saber que no sabemos todo, y que necesitamos aprender aspectos completamente
diferentes a la lógica con la que veníamos seteados. La inteligencia artificial
ayuda en muchos campos empresariales, gobiernos y organizaciones a interpretar
los datos dispersos y darle cierto encuadre para comprender. Desde lo humano,
quizás debamos apostar por la vuelta a lo simple, a no hacer más complicadas
las cosas, y a desarrollar más la intuición.
Muchas veces dejada de lado, o antiguamente puesta como
primer valor a hora de decidir (“Yo tengo olfato y decido en base a
eso”, decían los líderes hace décadas), la intuición es una percepción más
allá de las sensaciones físicas y sirve para la creatividad e innovación,
descubre posibilidades escondidas y es fuente de inspiración. Nos acerca a
otros y nos ayuda aclarar la confusión acerca de lo que más importa y de que
podemos llegar hacer. Para desarrollarla frente a lo incomprensible, aquí va
una fórmula que puede ser útil:
(Atención + Preguntas) x Curiosidad = Intuición Práctica
Esto significa que es necesario poner máxima atención y foco
extremo en los asuntos, más el hacer preguntas profundas y movilizadoras y
potenciar todo a través de la curiosidad: el resultado será la intuición en
forma práctica.
De esta forma podemos gestionar mejor este entorno B.A.N.I.,
V.I.C.A. y todos los que vendrán, ya que los cambios y rupturas de paradigmas
son cada vez más acelerados e imparables: depende de nosotros cómo nos
preparamos cambiando el modelo mental con el que veníamos, y atravesamos cada
momento pensando en un resultado superador, que nos dignifique como personas,
y, mejor aún, como raza humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario