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jueves, marzo 25, 2021

Desde dónde miramos: lecciones de liderazgo del CEO de Spotify

 Su conducción tiene un fuerte componente de aprendizaje permanente

El CEO de Spotify, Daniel Ek, utiliza la estrategia de "sobrevolar" un tema nuevo antes de ponerse a trabajar en forma más detallada. Toru Yamanaka/AFP/Getty Images

Las compañías más innovadoras suelen tener una historia que explica en parte su éxito a partir de su cultura corporativa. Hay excepciones, es verdad, pero la mayoría de las que todavía tienen a sus fundadores como CEO mantienen un fuerte componente cultural orientado a un propósito que se refleja en la manera de hacer las cosas.

Ejemplos de eso encontré en Netflix, Salesforce, LinkedIn, Disney, El Bulli, entre otros. Esta vez fue la compañía de streaming de música y audio más grande con presencia en 90 países y con más de 300 millones de usuarios la que llamó mi atención. Spotify es de raíz sueco estadounidense y su fundador y CEO Daniel Ek, encuentra en ese mix una rica combinación de aparentes opuestos que aquí convergen. Es muy interesante una extensa entrevista que le hizo Tim Ferriss para su podcast, que permite entender los pilares del liderazgo de Ek. Me detengo hoy en dos de ellos que tiene que ver con el lugar en el que Ek se coloca para entender un escenario, para dar consejos y para prepararse para la evolución permanente que su rol requiere.

“Lagom” es una palabra muy potente para la sociedad sueca que usan internamente en Spotify y que significa lo justo y necesario, ni mucho ni poco. “La sociedad sueca busca no sobresalir, su máxima aspiración es ser parte de un colectivo, mientras que en EE.UU. todo se trata de alzar la voz y de marcar tu individualidad, dos maneras de concebir la sociedad que conviven en la cultura corporativa de Spotify”, dice Ek.

Su liderazgo tiene un fuerte componente de aprendiz permanente que se ve reflejado en sus decisiones. Un ejemplo: luego de participar durante mucho tiempo en las reuniones de decisiones relativas a producto, sus líderes de esas áreas se animaron a decirle que su presencia en las mismas no estaba aportando valor. Primero lo tomó como muchos de nosotros haría, se puso a la defensiva y pensó que ellos estaban equivocados y no él. Luego de ver cómo esas reuniones funcionaban mejor sin él, llegó a la conclusión de que era mucho más útil si su punto de vista era el de darle contexto a sus equipos para que ellos puedan tomar las mejores decisiones sobre su área de especialización. Contexto de lo que pasaba en otras industrias, contexto político y económico, acercando miradas externas a la compañía “y no tanto diciendo si el botón tendría que ser verde o no”, dice. Su humildad cognitiva le permitió correrse del lugar del dador de soluciones a dador de contexto, para que los demás puedan tomar las mejores decisiones para el negocio.

Otro punto que me llamó la atención es cómo y desde qué distancia “sobrevuela” a eso que tiene que conocer. Ek utiliza esta imagen mental para explicar cómo se acerca a algo nuevo. “Primero lo veo como si sobrevolara una ciudad desde un avión a 40.000 pies de altura (6000 metros) desde dónde sólo se ven las luces y sombras y algún contorno difuso. Si necesito conocerlo mejor, gestiono mi tiempo y prioridades para poder entenderlo en detalle, como si estuviera viéndolo desde 20.000 pies de altura (3000 metros) Y desde ahí ya se ven los bloques de cuadras, los árboles y sus ramas, los espacios verdes y edificios, tienes una idea mucho más detallada”, dice. Eso hizo un año y medio antes de que Spotify saliera a cotizar en bolsa y fuera una compañía pública. Ek se preguntó: qué habilidades, rituales, procesos y rutinas preciso para ser un buen CEO de compañía pública. “Fui priorizando mi tiempo para entender mejor qué conversaciones, actitudes y formas debía tener con cada uno de los inversores y distintos actores. Una vez que lo logré, que me considero un buen CEO de empresa pública, entonces re priorizo mi tiempo para ser no solo uno bueno, sino uno muy bueno”, explica así su método de aprendizaje incremental en el que sus prioridades responden a la evolución que requiere su rol.

Ek lee entre 60 y 70 libros por año y cree que la seguridad psicológica que le dio la sociedad sueca y sus padres para explorar a través de la música, como emprendedor y muchos otros caminos han forjado su permanente búsqueda y su curiosidad que hoy aplica para ser el que ayuda a su equipo a siempre “elevar la vara todo el tiempo y no conformarse”. Su usuario de Twitter es @eldsjal, que es una palabra en sueco que no tiene una traducción exacta, pero que Daniel explica que describe a una persona muy intensa en su pasión que persevera en las buenas y en las malas.

Martina Rua

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