Su conducción tiene un fuerte componente de aprendizaje permanente
El CEO de Spotify, Daniel Ek, utiliza la estrategia de "sobrevolar" un tema nuevo antes de ponerse a trabajar en forma más detallada. Toru Yamanaka/AFP/Getty Images
Las compañías más innovadoras suelen tener una historia
que explica en parte su éxito a partir de su cultura corporativa. Hay
excepciones, es verdad, pero la mayoría de las que todavía tienen a sus
fundadores como CEO mantienen un fuerte componente cultural orientado a un
propósito que se refleja en la manera de hacer las cosas.
Ejemplos de eso encontré en Netflix, Salesforce, LinkedIn,
Disney, El Bulli, entre otros. Esta vez fue la compañía de streaming de música
y audio más grande con presencia en 90 países y con más de 300 millones de
usuarios la que llamó mi atención. Spotify es de raíz sueco estadounidense y su
fundador y CEO Daniel Ek, encuentra en ese mix una rica combinación de
aparentes opuestos que aquí convergen. Es muy interesante una extensa
entrevista que le hizo Tim Ferriss para su podcast, que permite entender los
pilares del liderazgo de Ek. Me detengo hoy en dos de ellos que tiene que ver
con el lugar en el que Ek se coloca para entender un escenario, para dar
consejos y para prepararse para la evolución permanente que su rol requiere.
“Lagom” es una palabra muy potente para la sociedad sueca
que usan internamente en Spotify y que significa lo justo y necesario, ni mucho
ni poco. “La sociedad sueca busca no sobresalir, su máxima aspiración es ser
parte de un colectivo, mientras que en EE.UU. todo se trata de alzar la voz y
de marcar tu individualidad, dos maneras de concebir la sociedad que conviven
en la cultura corporativa de Spotify”, dice Ek.
Su liderazgo tiene un fuerte componente de aprendiz
permanente que se ve reflejado en sus decisiones. Un ejemplo: luego de
participar durante mucho tiempo en las reuniones de decisiones relativas a
producto, sus líderes de esas áreas se animaron a decirle que su presencia en
las mismas no estaba aportando valor. Primero lo tomó como muchos de nosotros
haría, se puso a la defensiva y pensó que ellos estaban equivocados y no él.
Luego de ver cómo esas reuniones funcionaban mejor sin él, llegó a la
conclusión de que era mucho más útil si su punto de vista era el de darle
contexto a sus equipos para que ellos puedan tomar las mejores decisiones sobre
su área de especialización. Contexto de lo que pasaba en otras industrias,
contexto político y económico, acercando miradas externas a la compañía “y no
tanto diciendo si el botón tendría que ser verde o no”, dice. Su humildad
cognitiva le permitió correrse del lugar del dador de soluciones a dador de
contexto, para que los demás puedan tomar las mejores decisiones para el
negocio.
Otro punto que me llamó la atención es cómo y desde qué
distancia “sobrevuela” a eso que tiene que conocer. Ek utiliza esta imagen
mental para explicar cómo se acerca a algo nuevo. “Primero lo veo como si
sobrevolara una ciudad desde un avión a 40.000 pies de altura (6000 metros)
desde dónde sólo se ven las luces y sombras y algún contorno difuso. Si
necesito conocerlo mejor, gestiono mi tiempo y prioridades para poder
entenderlo en detalle, como si estuviera viéndolo desde 20.000 pies de altura
(3000 metros) Y desde ahí ya se ven los bloques de cuadras, los árboles y sus
ramas, los espacios verdes y edificios, tienes una idea mucho más detallada”,
dice. Eso hizo un año y medio antes de que Spotify saliera a cotizar en bolsa y
fuera una compañía pública. Ek se preguntó: qué habilidades, rituales, procesos
y rutinas preciso para ser un buen CEO de compañía pública. “Fui priorizando mi
tiempo para entender mejor qué conversaciones, actitudes y formas debía tener
con cada uno de los inversores y distintos actores. Una vez que lo logré, que
me considero un buen CEO de empresa pública, entonces re priorizo mi tiempo
para ser no solo uno bueno, sino uno muy bueno”, explica así su método de
aprendizaje incremental en el que sus prioridades responden a la evolución que
requiere su rol.
Ek lee entre 60 y 70 libros por año y cree que la seguridad
psicológica que le dio la sociedad sueca y sus padres para explorar a través de
la música, como emprendedor y muchos otros caminos han forjado su permanente
búsqueda y su curiosidad que hoy aplica para ser el que ayuda a su equipo a
siempre “elevar la vara todo el tiempo y no conformarse”. Su usuario de Twitter
es @eldsjal, que es una palabra en sueco que no tiene una traducción exacta,
pero que Daniel explica que describe a una persona muy intensa en su pasión que
persevera en las buenas y en las malas.
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