El control de los
nervios y el conocimiento sobre el puesto y la organización son claves.
La selección por capacidades -más allá de la formación- es
una práctica cada vez más extendida en los departamentos de recursos humanos
que buscan al candidato ideal. Por tanto, es cada vez más común que, además de
la entrevista personal, los reclutadores incorporen otras pruebas como son las
sesiones grupales para intentar descubrir determinadas habilidades de los candidatos
que se presentan a los procesos de selección.
En ocasiones se informa al candidato del tipo de entrevista
que se realizará para que asista preparado, pero otras veces sólo se indica un
lugar y una hora. En especial en estos casos, los nervios, que son una reacción
humana común capaz de mermar nuestro curriculum, se deben controlar aunque no
sepamos cuántas personas estarán también sentadas en la misma mesa y con
quiénes nos enfrentaremos a esa dinámica.
Cómo funciona una
dinámica de grupo
Una vez reunidos los candidatos en torno a una mesa, el
seleccionador explica que en esta prueba deberán debatir sobre un tema o
resolver un problema, siempre de forma grupal y consensuada, en un periodo de
tiempo limitado que ronda entre 30 y 60 minutos aproximadamente.
“En esta ocasión, los candidatos deben estar preparados para
escuchar atentamente el tema a debatir o el problema a resolver, sin perder de
vista que estas pruebas se utilizan para ver cómo interactúa un grupo de
candidatos entre sí, frente a diferentes supuestos planteados para llegar a
consenso sobre las soluciones a tomar”, comenta Javier Caparrós, director
general de Trabajando.com España.
“No hay una única solución correcta ya que la dinámica busca
comprobar si los candidatos poseen las capacidades necesarias para el puesto de
trabajo, valorar sus actitudes y competencias ante algunos supuestos y, por qué
no, el grado de educación y respeto hacia los demás. En estos casos debemos
dejar atrás los nervios y no dramatizar: sólo no se nos pide participar en una
especie de debate o reunión, argumentar nuestras intervenciones y mostrar una
actitud correcta. No importa el tema de discusión ni el resto del equipo, lo
importante es ser uno mismo y defender la postura con firmeza”, añade Caparrós.
Qué se valora en una
entrevista grupal
Algunas de las habilidades y competencias que observan los
seleccionadores son habilidades de comunicación (capacidad de escuchar o
fluidez verbal), la capacidad de liderazgo, toma de decisiones, persuasión y
empatía.
Se valora positivamente a aquellas personas que toman la
iniciativa, que tienen en cuenta a los demás e invitan al diálogo a los más
tímidos, que aportan soluciones buscando consenso y a los que no buscan entrar
en conflicto con los compañeros.
Los candidatos que demuestran tener los comportamientos más
adecuados para el perfil del puesto que se oferta serán los elegidos para ser
contratados o para pasar a la siguiente fase del proceso.
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