– Señores, ¿a qué se dedican? –preguntó Peter Drucker una vez a la junta directiva de una empresa para la que trabajaba como asesor.
– Nos dedicamos a la fabricación de bebidas embotelladas –contestó el presidente.
– No, señor –dijo Drucker–, se dedican al embotellado.
Según demuestran esta y muchas otras anécdotas, Drucker tenía la capacidad extraordinaria de andarse sin rodeos. Y, como singularidad para un pensador empresarial, fue una figura polifacética consumada.
Tal como el profesor del IESE Guido Stein comenta en su libro, ¿quién, si no Drucker, podría haber escrito sobre management aludiendo constantemente no sólo a áreas como la tecnología y la economía, sino también a la teología, la literatura, la filosofía, el arte y la política?
Drucker fue un verdadero hombre del Renacimiento, para el que nada era nuevo. Era capaz de entender las conexiones con otros tiempos, otras disciplinas, otras culturas y otros valores.
La intemporalidad de su sabiduría es uno de los motivos por los que Drucker sigue siendo una referencia vigente años después de su muerte. En la versión en inglés del libro sobre Drucker que ha publicado recientemente, Stein trata de reproducir la vida de “uno de los últimos verdaderos humanistas”.
De esta manera, contribuye a sacar a la luz muchos de los escritos en alemán de este autor nacido en Viena, así como también su trabajo como novelista, una parte de su obra que ha estado muy desatendida.
Stein también examina con atención algunos de los primeros escritos de Drucker, que son menos conocidos, como The End of Economic Man (El fin del hombre económico) (1939), The Future of Industrial Man (El futuro del hombre industrial) (1942) y Landmarks of Tomorrow (Los límites del mañana) (1959).
Avanzado a su tiempo
Nacido el 19 de noviembre de 1909, Drucker disfrutó de una vida larga y fructífera como líder intelectual. Tras iniciarse como filósofo social, continuó con el estudio de las organizaciones de la sociedad industrial y acabó en el management.
A lo largo de toda su carrera, Drucker consiguió iluminar la creciente complejidad de la sociedad, de manera que pudo ayudar a la gente a reducir y gestionar dicha complejidad.
Además de establecer la concepción del management que entendemos en la actualidad, Drucker determinó nuestra visión sobre los recursos humanos, la deslocalización, la eficiencia, el trabajador del conocimiento y el management por objetivos, además de muchas otras áreas.
También anticipó varias tendencias: la posmodernidad, la influencia de los cambios tecnológicos en el trabajo y las empresas, el papel fundamental de la innovación y el espíritu empresarial, la crisis del reduccionismo y la caída del totalitarismo marxista.
Podría decirse que el éxito más importante de Drucker en su faceta de profeta del management fue predecir que la sociedad terminaría evolucionando hacia una sociedad postindustrial basada en el conocimiento.
A diferencia de muchos otros académicos, Drucker no era enrevesado, profuso o difícil de entender. Iba al grano con sus argumentos de forma rápida y ágil, a la vez que mantenía el rigor y facilitaba al lector la comprensión de los asuntos más importantes.
Stein está convencido de que los directivos deberían emular este enfoque característico, cuyo objetivo consiste en descubrir la verdadera naturaleza de las cosas y las realidades humanas básicas. De esta manera, los directivos podrían anticipar situaciones económicas o empresariales clave antes de que se produjeran.
La teoría y la práctica no pueden separarse
Stein indica que éste es el mejor momento para sacar de las estanterías los libros de Drucker y aprender de nuevo a observar la naturaleza de las cosas sin las lentes distorsionadas de las teorías anteriores.
Como Drucker apuntó en cierta ocasión, la parte más importante y, a la vez, más difícil de una tarea no consiste en encontrar la respuesta correcta, sino en formular la pregunta adecuada.
Si sólo se vive el presente, la historia es sólo un pasatiempo. Pero para Drucker, que vivía centrado en el futuro, el estudio de la historia y de casos de negocio resultó esencial para poder reflexionar sobre la naturaleza humana, hecho que sirve de base sólida para cualquier práctica de gestión empresarial.
Tal como el mismo Drucker escribió a Stein en una carta sobre la publicación de su libro en español, “el management no es una ciencia como las matemáticas o la física. Es una práctica, una disciplina, similar a la medicina, al sacerdocio, al derecho. Y una buena práctica es sólo la que se basa en una buena teoría, así como una buena teoría es sólo la que se valida con y mediante una buena práctica”.
Afirmó que una escuela de negocios debería parecerse más a un hospital universitario que a un departamento de una universidad convencional y que un profesor de negocios debería tener un pie en el aula y el otro dentro del complejo entorno empresarial sobre el que presume dar clases.
“Peter Drucker siempre será importante”, afirma Pedro Nueno, profesor del IESE, en el prólogo del libro de Stein. “En la época actual, en que las escuelas de negocios líderes en el mundo están tan entregadas a la importancia y aplicabilidad del conocimiento empresarial, la forma de pensar de Peter Drucker se convierte una vez más en un punto de referencia indiscutible”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario