El ejemplo es una característica del líder basada en su acción y su humildad que es capaz de revolucionar el rendimiento de un equipo de trabajo.
“Al cabo de un año tienes el equipo que te mereces”
Una coach compartió conmigo esta frase en una de nuestras sesiones cuando comentábamos la motivación de los integrantes de los equipos. Un año es suficiente tiempo como para que un líder transfiera toda su personalidad a su equipo, que a su vez se la devuelve como un espejo.
Por lo tanto, si todo aquello que un líder ejemplifica está alineado con los objetivos del equipo, todos salen beneficiados.
Considero el ejemplo como una de las más poderosas características de un buen liderazgo por las siguientes razones:
Facilita la responsabilidad
El respeto y admiración que provoca un líder en su equipo al predicar con el ejemplo incitan a la responsabilidad de sus integrantes. Un buen liderazgo del equipo no dictará las normas a seguir, sino que dejará la libertad a sus integrantes para elegir seguir el ejemplo del líder.
Aumenta el compromiso
El compromiso de un equipo hace que todos los miembros remen en la misma dirección y al mismo ritmo. Una de las formas por las que un líder consigue aumentar el compromiso de su equipo es aumentando la confianza de sus miembros en sus acciones, comprometiéndose mediante el ejemplo y cumpliendo en forma y plazo cada promesa.
Potencia el aprendizaje
Desde que nacemos aprendemos imitando a nuestros padres, profesores y mentores. Un líder puede que enseñe su “saber hacer” o su técnica en ciertas situaciones, aunque lo que siempre va a enseñar mediante su ejemplo es cómo liderar. Los líderes forman líderes.
Mejora el rendimiento
Si las acciones ejemplificadoras del líder de un equipo facilitan la responsabilidad, aumentan el compromiso y potencian el aprendizaje de sus integrantes, su rendimiento mejorará necesariamente.
Acciones sencillas provocan resultados extraordinarios. El ejemplo es una de ellas. ¿Con qué acción vas a dar ejemplo hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario