Hace unas semanas, el 24 de Junio exactamente, escribía en el blog sobre la importancia de los Mandos Intermedios en las empresas, asunto que considero se pone de rabiosa actividad al haber vivido a diario las noticias sobre los 33 mineros atrapados durante 69 días a 700 metros bajo tierra en el pozo San José de Chile.
Decía entonces que “los mandos intermedios son la piedra angular en el sistema de trabajo de cada empresa, porque a ellos les corresponde planificar, ejecutar los trabajos y controlar a los equipos para que asuman los objetivos y consigan una actuación adecuada para conseguirlos”.
Imagínese la tarea de todos los mineros, pero en especial la del que se ha reconocido como líder del equipo, Luís Urzúa, un minero de 54 años al que llaman Don Lucho y que ha sido el último en salir de la trampa en que un desprendimiento los había retenido durante más de dos meses.
Sobradamente, Luis ha demostrado que “el Mando Intermedio tiene características de líder, influye en el personal para que trabaje con entusiasmo y en equipo, escuchando y valorando sus opiniones”.
Luís, que ya había sufrido otros accidentes mineros, dio esperanza a sus compañeros y fue el encargado de racionalizar los alimentos y los turnos de trabajo y descanso, como hace “un buen Mando Intermedio que evita el desorden y la descoordinación, definiendo las tareas y asignándolas a las personas adecuadas”.
Como buen “Mando Intermedio, que debe comprometerse con el desarrollo del trabajo en equipo y, además, saber cuál es la madurez, conocimientos y grado de compromiso de cada uno de los integrantes”, fue quien paró la insurrección de un pequeño grupo que, en los primeros días, intentó iniciar una salida por su cuenta. Los supo hacer hombres comprometidos con el equipo, en este caso formado también por infinidad de técnicos en el exterior, que trabajaban denodadamente con el aliento y las oraciones de sus familias, para obtener resultados de mayor valor: La satisfacción de poderlos ver salir a todos sanos y salvos. Esta es “la fortaleza del Mando Intermedio que reside en su autoconfianza, en su capacidad de organizar los esfuerzos y en dar ejemplo”.
Como también decíamos en otro de nuestros artículos sobre los líderes, “Ser líder no es una postura. Es un compromiso y una responsabilidad”.
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