Una máxima de la gestión de personas es la correlación entre el talento y la competitividad de la empresa. Pero el escenario actual hace muy difícil conseguirlo. Si un axioma tienen claro los expertos en gestión de personas es la relevancia de captar y retener talento. De hecho, parece evidente la correlación entre talento y competitividad de una empresa.
Seguramente, si preguntásemos a los empresarios familiares sobre la cuestión del talento, estarían muy de acuerdo en este axioma, aunque creo imaginar que en el concepto talento también incluirían variables muy apreciadas por las familias empresarias, como la lealtad o el compromiso.
Para los empresarios familiares, el concepto talento va más allá de la valía profesional e incluye variables muy como lealtad y compromiso.
Una de mis mayores preocupaciones en relación con asuntos importantes, que no necesariamente urgentes, que vivo como empresario y directivo es encontrar talento. Y, sinceramente, creo que mucho talento va a huir de España por desilusión y falta de proyecto de país. Un drama que añadir ya a las consecuencias nefastas de esta crisis.
Recientemente, el presidente chino, Hu Jintao, visitó la Casa Blanca, donde Barack Obama le dio un trato de potencia mundial, como lo que es. Vivimos en un mundo cada día más multipolar y, por tanto, mucho talento español piensa en desarrollar su carrera profesional en China, como también en el resto de los famosos países BRIC.
España necesita retener el talento, pero mucho va a huir al extranjero por desilusión y falta de proyecto de país. Un drama que añadir a la crisis.
Otro ejemplo es la cumbre hispano-alemana con la canciller Merkel, que vino con idea de proponer programas bilaterales que incentiven a los jóvenes españoles la búsqueda de empleo en Alemania. Una economía, la germana, que vuelve a ser la locomotora de Europa.
Recientemente, he comentado con muchos empresarios familiares su dificultad para fichar jóvenes talentosos, porque no se quieren quedar en España. Mientras tanto, esos mismos empresarios me hablan de que se ven obligados a incrementar salarios por encima del 5%, con base en el convenio que rige en su sector, o que el comité de empresa les machaca en el SERLA -órgano de solución de conflictos laborales- cada vez que pretenden innovar para ser más productivos. Y todo esto con una cola del paro que se acerca a los 5 millones ¿Estamos locos?
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