La búsqueda de la felicidad en el ámbito personal y profesional es un tema recurrente en nuestra civilización. En esta entrada, os ofrezco la perspectiva de Srikumar Rao - profesor de la Universidad de Columbia y autor del conocido bestseller “¿Estás preparado para tener éxito?”- que afirma: “vivimos en un mundo que invierte en los resultados, obsesionado por ellos, cuando la alternativa auténtica es invertir en el proceso”.
Buscamos fuera de nosotros una dedicación profesional que nos inspire y desate nuestra pasión, cuando la pasión existe en nuestro interior, y no en el trabajo en sí mismo.
Estas frases son dos de las claves del discurso de S. Rao, en el que afirma que “cuando nos levantamos felices, cantamos en la ducha y nos sentimos radiantemente vivos y agradecidos, estamos donde queremos estar”. Si nuestra vida no es así, la estamos desperdiciando. Es importante que no nos conformemos con menos porque esa es la base de la felicidad.
Y continúa: ¿Qué necesitas conseguir (get) para ser feliz? Y apunta, todo lo que puedes conseguir (get) / puedes dejar de conseguirlo (no get). Hoy lo tienes y mañana desaparece, por eso la felicidad no puede basarse en algo que tengas conseguir, hacer o ser (get, do or be), la felicidad está en nuestra naturaleza y es parte intrínseca de ti mismo, de tu esencia más íntima. En realidad, lo que no puedes es “no ser” feliz.
¿Entonces, por qué muchas veces no experimentamos esa felicidad?
Porque estamos alimentando un modelo mental erróneo que conduce a la infelicidad, al estar orientados a los resultados: “Si (if) pasa esto, entonces (then) seré feliz (if-then model)”. Dedicamos nuestra vida a ser infelices, en base a modelos mentales adquiridos a lo largo de nuestro proceso de aprendizaje, en el que hemos olvidado el enfoque intuitivo que utilizábamos cuando éramos niños, centrados en el momento presente y en el aprendizaje. El problema no está en los modelos mentales que utilizamos, sino en que ni siquiera sabemos que rigen nuestra conducta y creemos que es la forma en que funciona el mundo.
Todo lo que hacemos en nuestra vida es un viaje y se trata de elegir el que nos conduce adonde que queremos llegar y no a otro lugar, porque eso es lo que acabaremos consiguiendo, al invertir nuestra energía y nuestro tiempo en ello. Elige el viaje que quieres y todo cambiará, e invierte en el proceso. Se trata de dejar fluir a una nueva persona e irla acomodando, enfocándonos en lo esencial y dejando por lo tanto de invertir en nuestra infelicidad.
Entonces, no condicionaremos erróneamente nuestra felicidad a lo que tiene que ocurrir, al saber que son las acciones las que están bajo nuestro control y no los resultados, que muchas veces son incluso contrarios a lo esperado -si nos basáramos en ello, concluiríamos según el modelo “if-then” que si no he conseguido llegar del lugar donde estoy al que quería ir, entonces he fracasado, cuando eso no es cierto-. La alternativa es invertir en el proceso, hacer lo que quieres hacer y es útil en cada momento para la situación y el entorno en el que te encuentras, lo que disfrutas haciendo y se necesita. Entonces, si al mirarte al espejo sientes que lo has hecho lo mejor que podías, está bien y serás feliz, independientemente de que hayas tenido éxito o no en ese determinado momento. Y a la larga, conseguirás estar donde quieres estar.
La pasión está en nuestro interior y no en nuestro trabajo. Si defines bien el lugar adonde quieres llegar, el mundo se redefine para acomodar un camino que te lleve: la gente con la que hablas, los libros que lees y las cosas de las que te rodeas. Si por el contrario, cada vez estás más frustrado por tu trabajo, estás cometiendo dos errores: estás concentrándote sólo en las dos o tres cosas que te van mal, o lo que es lo mismo, en las que tú piensas que van mal, y por otro lado, estás proyectando la realidad como si fueras el centro del universo y es muy difícil tener una vida completa desde ahí. Es importante cambiar el lugar desde el que observas y hacer una lista de todas las cosas satisfactorias de esa misma situación que atraviesas. Elige entonces una labor que te guste y que sea interesante para tu compañía, y enfócate en ella. Cuando transcurra medio año, o un año, te darás cuenta de que estás en un puesto diferente al que estabas y no te gustaba. No se trata de enfocarse en resolver los problemas que tenemos, sino en crear la situación que deseamos. Un proceso continuo que nunca acaba.
Una herramienta de felicidad: Define una realidad de tu vida que te preocupe en este momento, que consideras que “no funciona” y compártela con dos personas de tu confianza. A continuación, piensa en una forma alternativa de interpretar la misma realidad que te haga sentir mejor, siendo fiel a la situación y a lo que crees que está en tu mano para vivirla mejor. Por último, enumera las acciones a emprender para enfocar la situación desde esa perspectiva más constructiva. Entonces, empieza a mirar la situación desde ahí, desde las áreas que “sí funcionan” y “celébralas”. Esa nueva mirada alternativa es una herramienta muy potente que te irá llevando a una realidad más satisfactoria y que te acerca paulatinamente a lo que deseas. Porque al fin y al cabo, tu construyes tu realidad.
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