España se ha ganado el derecho a ocupar uno de los sillones protagonistas en la particular cumbre del G-4 que se celebró recientemente en Londres para revisar los fundamentos de los masters en gestión de empresas (MBA) y de la formación para la alta dirección.
Con la crisis como escenario de fondo, cuatro decanos de escuelas de negocios a ambos lados del Atlántico representantes de las principales potencias en formación de directivos (Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España) han discutido las bases de un nuevo modelo de MBA, más sostenible tanto desde un punto de vista comercial como ético.
Los miembros de esta pequeña cumbre académica coinciden a la hora de señalar la necesidad de una reforma en los programas de formación para ejecutivos. En España, los primeros MBA empezaron a impartirse hace 50 años, pero, en Estados Unidos, la Tuck Business School ya desarrollaba uno de estos programas en 1900.
Modelo norteamericano
El decano de esta escuela, Paul Danos, explica que el modelo norteamericano de MBA de dos años de duración ya no es un estándar, a medida que se impone en EEUU la tendencia europea de acortar estos programas a un ejercicio. El decano de la francesa Essec, Pierre Tapie, coincide en esta apreciación, al señalar el “alto coste de oportunidad” que supone para un profesional interrumpir su carrera durante dos años en la economía del siglo XXI.
¿Cómo serán los nuevos MBA? Santiago Íñiguez, decano de la española IE Business School, apuesta por una “explosión de la diferenciación”, ya que, en su opinión, estos programas se han convertido en un requisito más de formación en los que es necesario aportar mayor especialización. Íñiguez asegura que, hasta ahora, “los directivos no volvían a la escuela y confiaban para su gestión en lo que aprendieron hace treinta años”. Pero, si algo ha puesto de manifiesto esta crisis, es que las viejas lecciones no sirven para jugar en un escenario de incertidumbre.
El vicedecano de la británica Cass Business School, Steve Haberman, asegura que los MBA del futuro estarán especializados por sectores. De hecho, señala que, en la City londinense, el corazón financiero de Europa, la banca ya demanda su propio máster en gestión de empresas y huye de los programas generalistas.
Pilares
La revisión de los pilares de los MBA también plantea la necesidad de un nuevo modelo en la gestión de las propias escuelas de negocios, que tienden a una fórmula mixta entre el sistema europeo y el estadounidense.
Prácticamente, hay consenso a la hora de señalar la fortaleza que supone el modelo de financiación europeo y que se está copiando en los países emergentes, basado en los ingresos por matrícula y no en las donaciones de antiguos alumnos, porque eso les permite “estar más cerca de las exigencias del mercado” y reinventarse constantemente.
Por contra, en esta cumbre, quedó claro también que las escuelas del Viejo Continente tienen mucho que aprender de las americanas en los esfuerzos que aplican para que sus profesores puedan dedicarse a la investigación, y no sólo a la docencia.
Fuente: expansion.com
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