Nos sentimos más vulnerables al cambio cuando nos sorprende, entonces veamos los aspectos clave:
1. Perdiendo el control
El cambio no es visto como malo por si mismo, sino que inicialmente es sentido como positivo o negativo. Según la capacidad personal de anticiparlo y controlar sus consecuencias.
Tip: Todo se centra en la gestión adecuada de las expectativas.
2. La resistencia
La resistencia es inevitable, asimismo su intensidad y duración varía de un individuo a otro.
Para el proceso es mucho más saludable que la resistencia sea abierta y no encubierta.
La abierta se puede manejar y enfrentar.
La otra no.
Por ello, debemos buscar formar para que toda resistencia encubierta salga a la luz para enfrentarla adecuadamente.
3. ¿Dónde ocurre el cambio?
El cambio real no ocurre a nivel de la organización, sino a nivel de los individuos que la componen.
Son las personas que sienten los efectos del cambio, y perciben su amenaza o desafío.
Tampoco son las organizaciones las que se resisten, sino sus integrantes.
4. Guía a considerar
4.1. Considere: ¿Cuánto afecta el cambio a una persona? Esto definirá su actitud.
Si el cambio parece afectar los intereses de un grupo/persona es muy probable que ellos/el tiendan a reaccionar negativamente.
4.2. Las personas asocian un cambio inminente con la interacciones similares vividas en le pasado.
Si la experiencia previa ha sido buena, la predisposición será positiva (+).
En caso contrario, habrá una sensación de amenaza, peligro e incertidumbre acerca de si futuro (¿víctima?).
5. Corolario
Todo cambio exige ciertos ajustes individuales pero si alguien siente que es capaz de ajustarse sin grandes sacrificios y percibe que el resultado final será beneficio, tendrá una actitud positiva (+). Se sentirá inseguro o incapaz si no percibe beneficios.
Fuente: Grandes Pymes
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