Un jefe siente que no logra
inspirar en sus colaboradores su propia pasión por el trabajo y por el
crecimiento, tanto de las personas como de la empresa.
Los líderes del futuro no guiarán
dictando cátedra desde el frente. Tampoco lo harán empujando desde atrás.
Liderarán desde el centro, desde su propio ser.
Es notable la cantidad de
personas disconformes en diferentes ámbitos con sus superiores, ya sea con sus
jefes en sus trabajos, en instituciones educativas, o incluso con los líderes
políticos. También se ven con frecuencia líderes de equipos que tienen
dificultades en la obtención de los objetivos pautados. La mayoría no tiene
claro algunas premisas fundamentales a la hora de manejar al personal a cargo,
cómo inspirarlos.
Aún impera un viejo comando de
control, de estilos de liderazgos inflexibles, autoritarios, que se manifiestan
en encuestas de bajos niveles de satisfacción y magros desempeños en las
organizaciones y los negocios.
Aquellos que han logrado
instalarse como líderes que realmente motivan e inspiran son personas que a
todas luces emanan un espíritu de cooperación y compasión. Líderes que logran
llegar al corazón y mentes de sus seguidores. Este tipo de liderazgo promueve
mayor compromiso, creatividad, desempeño y cambios positivos en las personas.
Son más creíbles, honestos y bien intencionados.
Cultivar las siguientes premisas resulta fundamental para el desarrollo
de líderes que estén a la altura de los requerimientos actuales de las
organizaciones:
1. Conciencia: detenerse, parar la marcha y observar hacia dónde se
está yendo. Quién se está siendo y qué mensaje transmitimos al mundo con
nuestro accionar.
2. Introspección: mediante un profundo ejercicio de autoconocimiento
generamos una mayor conexión con uno mismo y, en consecuencia, con los demás.
3. Mindfulness: prestar atención de manera consciente a la experiencia
del momento presente con interés, curiosidad y aceptación, sin juzgar,
aprendiendo a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en
nuestra vida, aquí y ahora.
4. Escucha:
profundizar la escucha genera claridad, sintonía y empatía con los demás.
5. Comprensión: los
grandes líderes tienen un profundo conocimiento de la condición humana y
encaran los desafíos de una manera positiva, pacífica y considerada.
6. Amor / Compasión: logran tocar el corazón y mentes de los demás, únicamente transmitiendo
amor y trabajando desde el corazón.
7. Conectividad:
conectarse con las personas, creando puentes, de una manera auténtica.
8. Aceptación: lo importante no es lo que nos pasa, sino qué hacemos
con ello.
9. Empoderamiento: correrse del protagonismo para ofrecérselo a los
otros.
10. Coraje: hacer el
ejercicio de conocerse a sí mismo, centrándose en el ser, sus valores, la
misión que tiene cada uno en este mundo.
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