Numerosos estudios "científicos" demuestran que existen básicamente tres tipos de jefe: los buenos, los malos y los locos. Si eres de los que creen que precisamente el tuyo pertenece a la tercera categoría, puede que el artículo que os proponemos a continuación os ayude a lidiar con las situaciones más peliagudas. Y es que en MuyPymes queremos enseñarte como mantener al "loco" de tu jefe a raya.
Aunque parezca mentira, no siempre es fácil distinguir entre un mal jefe, o un jefe incompetente, y otro que realmente está loco. Puede que no nos guste nuestro jefe, o puede que pensemos que retrasa nuestro trabajo, que nos hace la vida difícil o que difícilmente tome decisiones razonables, pero esto no lo convierte en un psicópata. ¿Cómo podemos determinar entonces si nuestro jefe está "loco"?
Generalmente, se trata de una persona llena de rabia y frustración que ofrece reacciones inconsistentes ante situaciones comunes. Es una persona que está deseando compartir sus sentimientos contigo, que esperan que sientas lástima o pena por sus problemas, pero que en ningún caso va a sentir el menor interés por lo que a ti te pasa.
Un "jefe loco" pone sus intereses personales por encima de todo lo demás, intereses que por supuesto pueden no coincidir con los de la empresa y lo que es peor: es una persona que siempre necesita tener un enemigo, alguien a quien culpar. Lo cual le lleva a crear uno en caso de que no exista. Es verdad que no siempre tienen un comportamiento agresivo, pero es fácil reconocerlos por una personalidad tremendamente narcisista, o por reacciones tremendamente infantiles. Veamos a continuación qué podemos hacer si vivimos esta situación:
Introduce a todos los intermediarios posibles
Normalmente la comunicación es más directa, comprensible y fluida cuando hablamos directamente con la persona que nos interesa. Pero cuando por desgracia tenemos que tratar con el personaje que hemos descrito antes, rara vez vamos a obtener buenos resultados.
En este sentido puede que lo que más nos interese es que sean varias las personas que de una u otra forma le hagan llegar el mensaje que nos interesa enviar. Por otro lado si es nuestro jefe el que quiere comunicarnos algo, normalmente obtendremos un resultado mejor si ha sido filtrado previamente por una o dos personas, de modo que el resultado que finalmente nos llegue no sea tan "horrible".
De esta forma incluso si nos llega una mala noticia, tendremos a alguien al que poder expresar nuestra frustración o falta de comprensión, alguien que sabe lo que pasa y con el/la que podemos empatizar. En estas situaciones, tener una cadena de apoyo por parte de nuestros compañeros, puede ser vital.
Mantén un diario detallado
Cada vez que tu jefe haga algo que te parezca un completa locura, toma nota. Escribe en un cuaderno o en un archivo, el día, la hora y lo que ha pasado. Ni que decir tiene que esta información tienes que guardarla en un lugar totalmente seguro. ¿Cuál es la utilidad de este diario?
En caso de que la situación llegue a un punto de tensión insostenible, un punto en el que necesites dirigirte al departamento de recursos humanos, mantener este material te puede ser de gran utilidad para tu argumentación. Desde un punto de vista personal puede ayudar a demostrarte a ti mismo que no eres tú el que se está volviendo loco ni el que está viendo fantasmas donde no lo hay, sino hechos concretos y bien documentados.
Puede servirte incluso desde un punto de vista catártico: parar reír con tus amigos, chillar cuando lo necesites, o incluso para darte cuenta de cuáles son los motivos que deben impulsarte a encontrar otro trabajo.
Recopila pruebas
No basta con decir "mi jefe está loco". Si queremos hacer una acusación de esa gravedad, debemos tener pruebas que la sustenten. En ese sentido junto a nuestro diario debemos recopilar todos esos elementos que puedan documentar que no nos estamos inventando nada.
Por ejemplo, si nuestro jefe nos pide un informe para el jueves que viene, pero se presenta el lunes y nos exige tenerlo terminado y tenemos un e-mail que refleje la petición inicial, tenemos un arma que con cuidado podemos utilizar para reforzar nuestra posición. Esto no quiere decir que vaya a cambiar su actitud hostil hacia nosotros, pero sí que puede ahorrarnos más de un disgusto y puede además que se lo piense dos veces la próxima vez..
Este tipo de documentos pueden ayudarnos además en caso de que finalmente tengamos que exponer la situación ante recursos humanos y pueden ser la mejor forma de apoyar nuestros argumentos.
Nunca te pelees con un jefe loco
Imagina la siguiente situación. Llegas al parking donde has dejado el coche, pero el coche no está donde debería. En su lugar solo ves un hombre con una sonrisa extraña y un lanzallamas en la mano. Puede que sea el responsable de haber hecho desaparecer tu coche o puede que no, pero en ningún caso se te ocurriría discutir con un hombre que tiene un lanzallamas en la mano.
Lo mismo puede aplicarse a tu jefe loco. Puede que lleve la razón o puede que esté equivocado, pero si discutes abiertamente con él, tienes todas las de perder. Nunca reconocerá su error, e incluso en el caso de que ganes una pequeñas batalla, la guerra la habrás perdido para siempre.
Planifica el futuro
Al final cuando te encuentras en una situación así, que no puedes cambiar, la única solución sensata es buscar otro trabajo. Por supuesto es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero al menos deberíamos comenzar a intentarlo y planificar como queremos que sea nuestra nueva vida, libre de hostilidades y de locura.
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