¿Qué somos los emprendedores si no seres que nos negamos a rendirnos?
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“No nos quedaremos al pie del monte, pudiendo ascender
hasta la cumbre”. Soy teresiana y esa es una frase que siempre me ha
inspirado. Algunos se preguntarán qué significa. La cita habla de que sí bien
tenemos la opción de quedarnos a disfrutar del valle, ¿por qué vamos a hacerlo
cuando podemos subir a la cima de la montaña?
Últimamente he pensado mucho en que se me agota el tiempo.
Siento que el momento para dejar mi huella en el mundo está llegando y no puedo
postergarlo más. Tal vez sea porque este 2022 cumpliré 37 años o porque he
visto el musical Tick,
Tick... Boom! demasiadas veces en una sola semana, pero sin duda siento
que el próximo año será el más interesante de mi vida.
¿Por qué? Porque así lo he decidido.
Después de dos años en una especie de limbo debido a
la pandemia (como
todos), me estoy fijando el 2022 como el año en que todo se reactive, de manera
profesional y personal.
Claro, parece muy prepotente de mi parte decretar que los
próximos 12 meses serán míos descontando factores como (para los que somos
espirituales), los designios de la suerte, destino, Universo, Dios o como
quieran llamarle. No obstante, ¿qué somos los emprendedores si no seres que nos
negamos a rendirnos?
No ha sido un cierre de año sencillo, pero eso para alguien
que perdió a ambos padres antes de cumplir 29 años, todo esto parece peccata
minuta. Y la cosa es que todos los emprendedores que conozco, - latinos
que saben lo que significa verdaderamente vivir en crisis -, son
exactamente así. No nos achicamos ante las circunstancias externas. ¿La vida
nos da limones? Entonces sacamos el tequila y hacemos una fiesta (o una app
cítrica).
Para muestra “algunos botones”. América Latina no
ha dejado de ser la región convulsa que siempre ha sido, más aun tomando en
cuenta los efectos de la pandemia en los últimos dos años. Sin embargo, en el
2021 surgieron más empresas unicornios latinoamericanas que nunca (Kavak, Clara, Incode,
por mencionar algunas), otras incluso llegaron a la Bolsa de Valores de Nueva
York (la brasileña Nu, por ejemplo), y en los pasados 12 meses,
solo en México, se registraron levantamientos de capital por valor de 3.4 mil
millones de dólares provenientes de los principales fondos extranjeros.
Seguimos en un entorno extremadamente volátil y las crisis
mundiales para nuestra región siempre se multiplican. Pero también nuestro
ingenio e inventiva. Los latinos somos especialistas en ser pescadores en ríos
revueltos porque nuestros ríos siempre están revueltos.
Cierto, todavía no sabemos qué pasará con el Covid y sus
nuevas variantes o cuáles oportunidades se abrirán en los próximos meses (¡es
año de Mundial!), pero lo que sí sabemos es que siempre hemos
sobrevivido. Nuestra cultura milenaria y la terquedad de mula vieja que
todos los latinos tenemos nos obligan a salir adelante.
Sí, el 2022 será un año maravilloso, pero depende de ti, de
mí, de todos. Estoy segura de que será un año fenomenal porque no tenemos otra
opción.
Es hora de construir redes de colaboración a través de la
región, de mirar horizontes nuevos. De, -como decía Teresa de Ávila (escritora
precursora del Siglo de Oro Español)-, “aspirar siempre a altos
ideales”.
Feliz 2022 y mucho éxito, emprendedores.
Las opiniones
expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
March Violante (Entrepreneur Staff).
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