El famoso coach Tony Robbins explica el poder de nuestros pensamientos y emociones sobre la calidad de la existencia.
No hay nada peor que una persona con los medios para existir
de manera relativamente cómoda que vive crónicamente enojada o infeliz.
No hay una excusa verdadera para ello y sin embargo, lo veo todos los días.
Esto es resultado de una vida extremadamente desbalanceada, una con demasiada
expectación del futuro y poca apreciación de lo que ya se tiene.
Sin gratitud por lo que existe en la vida, es imposible
conocer la satisfacción y la realización personal. ¿Cómo cultivamos este
equilibrio? ¿Cuál es el punto lograr el éxito si no se tiene
plenitud?
Durante cuatro décadas he tenido el privilegio de
ofrecer coaching a personas de todo tipo, incluyendo a hombre
y mujeres de la élite del planeta. He trabajado con presidentes de los Estados
Unidos y dueños de pequeñas empresas.
Lo que quiero decir con esto es que he encontrado que TODAS las
personas tienen que tomar tres decisiones claves para determinar la calidad de
sus vidas.
Hacer estas determinaciones inocentemente provoca que te
conviertas en una persona fuera de forma física, emocionalmente exhausta y en
perpetuo estrés financiero. Pero realmente ponerte a pensar en estas
resoluciones te llevará a cambiar el curso de tu existencia.
Decisión 1: Elige cuidadosamente en qué enfocarte
Millones de pensamientos compiten por tu atención a cada
momento. Puedes concentrarte en las cosas que suceden en el ahora o puedes
poner tu energía en el futuro. O peor, puedes solo fijarte en el pasado.
La energía va hacia donde enfoques tu mente y esto da forma
a toda tu vida.
¿En qué área te orientas más: en lo que ya tienes o en lo que
le hace falta? Estoy seguro de que ves los dos lados de la moneda, pero si
examinas tus pensamientos habituales, ¿en cuáles pasas más tiempo?
En lugar de pensar en lo que no tienes y resentir a quienes
están en una mejor posición económica que tú, tal vez deberías reconocer que
tienes mucho por lo que dar gracias (y gran parte de ello no tiene que ver con
dinero). Puedes estar satisfecho con tu salud, familia, amigos, oportunidades y
mente.
Desarrollar el hábito de la apreciación de lo que se tiene te ayudará a crear
un nuevo nivel de riqueza emocional. Si te enfocas en lo que no puedes
controlar, tendrás más estrés en tu vida. Puedes influenciar muchos aspectos de
tu existencia, pero no puedes controlarlo todo.
Decisión 2: Descubre qué significa todo esto
Ultimadamente, cómo te sientas con la vida tiene poco que
ver con los eventos en ella. La calidad de tu existencia depende del
significado que le des a las cosas que suceden en ella.
La mayoría de las veces no reparamos en el efecto que el
inconsciente tiene sobre el significado que le damos a lo que nos sucede.
Cuando pasa algo que pone tu vida “de cabeza” (una muerte, un accidente, un despido), ¿sueles pensar que es el final o el principio de algo? Si alguien te confronta, ¿sientes que te insulta o te está guiando por el camino correcto? Cuando te llega un problema, ¿sientes que “Dios te está castigando”?
Tu vida toma cualquier significado que quieras darle. Con
cada respuesta viene una emoción única y la calidad de tu existencia depende del
lugar donde te encuentres emocionalmente.
Cuando las personas transforman su enfoque y el significado
que le dan a las cosas – por ejemplo, pensar que hay algo bueno en todo lo
negativo- se vuelven más fuertes que nunca ya que pueden incluso cambiar la
bioquímica de su cerebro.
Así que toma el control y siempre recuerda que el
significado es igual a emoción y ésta es lo mismo que calidad de vida. Elige
conscientemente a qué dedicarle pensamientos y entrega los sentimientos
correctos.
Decisión 3: ¿Qué harás?
Una vez que ya te has enfocado en lo correcto y tus
emociones al respecto están balanceadas, es momento de actuar.
Las acciones que tomes estarán influenciadas poderosamente
en tu estado emocional. Si estás enojado, te vas a comportar de manera diferente
a como lo harías si estuvieras contento.
Sin embargo, dos personas que están molestas actúan de
manera diferente: algunas se retraen, otras explotan. Hay quienes pueden llegar
a ser violentos y quienes prefieren un enfoque más pasivo – agresivo.
¿De dónde surgen estos patrones? Las personas tienden a
imitar a la gente que respetan y aman. Es decir, “lo que nos choca, nos checa”.
No es raro descubrir que aquellas reacciones que nos molestaban de nuestros
padres, por ejemplo, sean las que más comúnmente tenemos.
Descubrir estos patrones de reacción te ayudará a mejorar
tus decisiones y obras futuras. A planear de manera más consciente cómo actuar.
Analizar estas tres decisiones no requiere ser un
“científico atómico”, pero si necesita de tiempo. Una vez que definas estas
resoluciones, podrás darle un giro radical a tu vida.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
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