Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

jueves, octubre 24, 2013

Las empresas ya no quieren superhéroes

Los superprofesionales que presumían de tener muy claros sus objetivos empresariales están en desuso. Las organizaciones demandan personas que se adapten al entorno y se enfrenten a desafíos distintos a lo largo de su carrera, porque ahora no hay una solución única. 

Poderes sobrehumanos convierten a las personas normales en superhéroes. Spiderman y el propio Superman eran individuos inasequibles al desaliento, dotados de una energía que les convertía en invencibles. Salvando las distancias más que evidentes que marca la ficción, estos personajes entroncan con los profesionales que demandaban las organizaciones hace tan solo cinco años: superprofesionales preparados para superar cualquier desafío empresarial. 

Ahora las cosas han cambiado. Las empresas viven en un continuo proceso de cambio y requieren empleados que se adapten al ritmo vertiginoso de un mercado innovador. Se busca un modelo que encaje en la era de la agilidad. Más que nunca se impone la definición de héroe de Voltaire, como todo aquel que hace lo que puede. Los superhéroes están al borde del destierro en este escenario que, según el informe Nuevos horizontes, tendencias de capital humano de Deloitte, requiere profesionales capaces de enfrentarse a distintos desafíos a lo largo de su carrera, porque no hay una solución única. La consultora enumera los detonantes que están impulsando esta tendencia y cuáles serán las consecuencias: 

Mercados distantes 

Las empresas deben buscar maneras de operar con éxito en mercados totalmente diferentes, desde una perspectiva social, tecnológica y económica. Esto requiere un nuevo tipo de liderazgo. Idoia de Paz, directora de consultoría de la división de capital humano de Deloitte, recuerda que “son necesarias personas que sean capaces de desarrollar distintas habilidades y competencias según el momento que viva la organización. La economía tiene necesidades y demandan profesionales con una capacidad brutal para acometer desafíos cambiantes”. 

Incertidumbre constante 

Las organizaciones son conscientes de que el futuro es una incógnita en el que no tienen cabida el modelo de negocio ni la estrategia sobre la que han funcionado en los últimos años. El estudio de Deloitte apunta que en un entorno económico más complejo y que avanza a un ritmo más verteginoso, lo que está por venir no se puede descifrar y, en consecuencia, diseñan sus estrategias de liderazgo. La incertidumbre se apodera de las compañías y de los profesionales ante un futuro sin precedentes.

Ignacio García de Leániz, profesor de gestión de recursos humanos de la Universidad de Alcalá, señala que “se necesita una persona con una alta dosis de adaptación al cambio y, al mismo tiempo, con una visión clara y comunicable de hacia dónde se dirige su empresa en medio de la tormenta”. También menciona como no menos importante, “una alta dosis de coherencia entre su comportamiento y su comunicación. Una congruencia que presupone una alta sobriedad por parte de los mandos. Sin sobriedad no hay credibilidad”. 

Obsolescencia 

La innovación de ruptura es la norma, no la excepción. El informe de capital humano asegura que “casi todas las empresas podrían tener que enfrentarse en cuestión de semanas o meses a innovaciones potenciales y a nuevos competidores que podrían hacerla obsoleta”. 

Para De Paz, el proceso de transformación tiene que impulsarse desde la formación: “Los profesionales deben afrontar el aprendizaje continuo para afrontar el cambio”. García de Leániz se lamenta de que “la intensidad de la crisis y su duración ha hecho que muchos empleados y directivos estén aprendiendo esas competencias y comportamientos que se requieren in situ. Es un cambio de paradigma que, además, ha venido impuesto en un tiempo muy breve”. 

Sin contexto

Otra de las realidades que ha influido en este reajuste es la ausencia de contexto homogéneo. Según Deloitte, el panorama al que se enfrentan las organizaciones es un paisaje irregular que obligará a las empresas a emprender planes estratégicos polifacéticos para obtener ventaja en una amplia gama de espacios de mercado diferentes. 

La consultora describe algunas situaciones que pondrán a prueba el liderazgo de los profesionales: “Por ejemplo, para aprovechar el hipercrecimiento de los mercados emergentes se necesitan personas dispuestas a trabajar en un entorno caótico y que toleren bien el riesgo y el fracaso”. Una situación desconocida para muchos en la que García de Leániz piensa que la resistencia la ponen el miedo y la ansiedad: “La pérdida de la zona de confort en las maneras habituales de dirigir el principio de incertidumbre vigente nos puede generar una negación, más o menos inconsciente, de la nueva realidad. Por eso conviene estar alerta con uno mismo y nuestros comportamientos de liderazgo”. 

Adiós a las soluciones únicas 

El héroe que demandan las compañías tiene que despedirse de las soluciones únicas: toca trabajar en la eficacia que aporta la diversidad en la toma de decisiones. Para apoyar esta teoría, el estudio de Deloitte menciona a Procter &Gamble: “Analiza la capacidades de cada profesional en función de su liderazgo específico y, luego, diseña un método único para alcanzar los objetivos”. De Paz cree que es necesario saber comunicar y gestionar ese cambio: “El gran desafío es tomar decisiones analizando lo que sucede. El profesional tiene que reinventarse estudiar qué está pasando en su empresa y luego tomar decisiones”. 

Entre los valores que García de Leániz considera imprescindibles en estos héroes que demanda el mercado destaca la transparencia, la comunicación y la veracidad. “La empresa no puede permitirse ir contra la sociedad. Esta triada está cambiando la manera de enfocar el ámbito político e institucional, y será condición necesaria, aunque no suficiente, para que una organización sobreviva en el entorno que se avecina”. Deloitte concluye que “para tener éxito en un entorno impredecible hay que elegir y formar a profesionales que puedan adaptarse con rapidez, individual y colectiva, a un futuro en constante movimiento”. 

Montse Mateos 

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