¿Cómo manejar a un mal jefe? Te
mostramos algunas recomendaciones para identificar y actuar de manera
inteligente ante un personaje de este estilo.
¿Piensas que tienes un mal jefe? De
acuerdo con una encuesta realizada por la consultora de colocación OfficeTeam, casi el 50% de los
empleados piensan que han trabajado para un mal jefe alguna vez.
Lynn Taylor, experta en el ámbito laboral y autora
del libro Tame Your Terrible Office Tyrant, reveló en un
estudio que las personas pasan en promedio 19.2 horas a la semana preocupadas
por lo que ‘dice o hace el jefe’.
Trabajar para una persona que carece de las
cualidades necesarias para manejar personal puede provocar frustración,
dañar nuestra salud y frenar nuestro crecimiento profesional.
¿Cómo manejarlo? Te damos algunas recomendaciones para identificar y actuar de manera inteligente ante un jefe problema.
¿Cómo manejarlo? Te damos algunas recomendaciones para identificar y actuar de manera inteligente ante un jefe problema.
1. Identifícalo
¿Los comportamientos de tu jefe
perjudican el trabajo o simplemente no hay empatía? Te damos un
listado de ideas erróneas que suelen tener los verdaderos malos jefes:
-Liderazgo significa ordenar y controlar
-Si no quieres trabajar más horas eres un mal empleado
-Yo manejo números, no gente
-Tienes suerte de tener trabajo
-Si necesito algo bien hecho, lo hago yo mismo
-Yo me quedo con los éxitos y tú con los fracasos
-La toma de decisiones es solo mía
-Soy demasiado importante para ser amable
-Si no quieres trabajar más horas eres un mal empleado
-Yo manejo números, no gente
-Tienes suerte de tener trabajo
-Si necesito algo bien hecho, lo hago yo mismo
-Yo me quedo con los éxitos y tú con los fracasos
-La toma de decisiones es solo mía
-Soy demasiado importante para ser amable
El equipo
de OfficeTeam identifica a los ‘malos jefes’ más comunes:
El abusivo. Lleva el acoso a un nivel tóxico,
suele humillar a sus empleados y tratarlos sin educación.
El micromanager. Incapaz de delegar, busca tener el control de cada actividad a realizar.
El mal comunicador. No establece un diálogo útil con sus subordinados, no expresa lo que espera de cada uno, no brinda dirección necesaria, lo que dificulta que las tareas se realicen de manera oportuna.
El saboteador. No le interesa reconocer el trabajo de su equipo, menosprecia los esfuerzos de los demás, pero toma el crédito cuando las cosas salen bien. Si hay un problema encontrará de inmediato a algún miembro de su equipo para culpar.
El voluble. Con este tipo de jefe las cosas nunca son claras, tiene cambios bruscos de humor que dejan a sus empleados confundidos y disminuyen su productividad.
El micromanager. Incapaz de delegar, busca tener el control de cada actividad a realizar.
El mal comunicador. No establece un diálogo útil con sus subordinados, no expresa lo que espera de cada uno, no brinda dirección necesaria, lo que dificulta que las tareas se realicen de manera oportuna.
El saboteador. No le interesa reconocer el trabajo de su equipo, menosprecia los esfuerzos de los demás, pero toma el crédito cuando las cosas salen bien. Si hay un problema encontrará de inmediato a algún miembro de su equipo para culpar.
El voluble. Con este tipo de jefe las cosas nunca son claras, tiene cambios bruscos de humor que dejan a sus empleados confundidos y disminuyen su productividad.
2. Analiza tu desempeño laboral
Ya que sabes a qué te enfrentas, asegúrate de que
tu desempeño cubra las expectativas de tu puesto. Ante los comportamientos
negativos de un superior, no es válido colocarse en la postura de
víctima sin antes evaluar la calidad de nuestro trabajo.
Incluso puede ser positivo pedir retroalimentación a
tu jefe o jefa, pregúntale ¿cómo evalúa tu desempeño? ¿Cuáles son tus áreas
de oportunidad? Hacerlo de este modo puede incluso ser una manera de
incentivar una charla más abierta sobre las expectativas en ambos sentidos.
3. No tomes personal un conflicto
Recuerda siempre que tu jefe tiene a su propio
jefe. Muchos de los comportamientos negativos que tiene tu superior
inmediato están directamente relacionados a la dinámica que tiene con la
persona que le sigue en el escalafón.
También influye la situación de la empresa, los
proyectos asignados a tu departamento, etc. Es muy importante ir más allá de
los hechos superficiales y analizar qué hay alrededor, quizá a tu jefe se le
está dificultando enfrentar retos y tú puedes ser de ayuda.
Cuando abandonamos la idea de que ‘mi jefe es malo
conmigo’ y valoramos los factores externos somos capaces de entender la
situación de forma global y actuar de mejor manera.
4. Protege tu trabajo
Para quienes tienen jefes que toman el crédito del
equipo a título personal, es importante tener un control y registro
de las actividades y proyectos en los cuales han participado. Cualquier
oportunidad de destacar el desempeño individual ante otros
superiores debe aprovecharse.
5. Ponle a tu jefe un alto
El ‘jefe’ sigue siendo para muchos una figura
de poder incuestionable, sin embargo, recuerda que una relación
laboral es un intercambio, no un favor. Si tu jefe tiene actitudes
negativas que te incomodan el primer paso siempre debe ser el diálogo.
Sé profesional y evita que tus reacciones estén
cargadas de emocionalidad, se trata de poner en claro qué actitudes
te parecen inapropiadas y proponer soluciones.
6. Exígele con diplomacia
¿Tu jefe falla en la parte de comunicación?
¿Su área de oportunidad es la organización? Puedes hacer mucho más que solo
quejarte. Acércate con propuestas y muéstrale que comprendes las necesidades del negocio.
Ofrecer soluciones y proponer maneras más eficaces de realizar tareas es mucho
más positivo que solo manifestar tu inconformidad.
7. Renuncia
Buscar un nuevo empleo siempre es una opción
inteligente cuando la situación no tiene posibilidades de mejorar. En ocasiones
la raíz de una mala relación laboral está en la organización de
la empresa misma y no solo en un jefe con falta de liderazgo.
¿Piensas que
tienes un mal jefe? Comparte tu experiencia.
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