Como ya comentaba hace unas semanas Eugenio de
Andrés en su post titulado ¿Por qué los Dptos. de RRHH no apuestan por el 2.0? (ver
http://toptenhrs.blogspot.com/2011/11/por-que-los-departamentos-de-rrhh-no.html);
es un tema que debemos abordar y que por mucho que algunas organizaciones
pretendan ponerle puertas al campo es una realidad que no podemos obviar.
Debemos recordar y ser conscientes de "que
se ha dado la oportunidad de dar un mayor grado de participación a todo el
mundo" y, en consecuencia, ahora no podemos cortar esa
posibilidad sino que tenemos que aprender a manejar una realidad diferente. Por
tanto, el problema no es el 2.0 en si o el 3.0 que ya algunos apuntan, sino en
nuestras reacciones frente a esta realidad.
En este sentido, quería recordar el significado del
2.0 y, por ello, podemos hablar de dos enfoques: 1º) el tecnológico (las
aplicaciones), que no es otra cosa que poder hacer ciertas cosas que hasta hace
pocos años no se podían hacer y; el 2º) el social que es,
realmente, el que está impactando y empezando a transformar las organizaciones.
Este enfoque social está representado por una actitud hacia los demás en el
sentido de compartir, interactuar y ser accesible a todos.
Hay muchos impactos que se podrían comentar y me
gustaría destacar dos de ellos: en las estructuras organizativas y en la
empleabilidad de las personas. Respecto al primero, el aplanamiento de las
estructuras tradicionales en un hecho, cada día de diferentes maneras se van
acortando los pasos y los tiempos para conectar los diferentes niveles dentro
de la organización y, al mismo tiempo, se generan espacios abiertos al
conocimiento y con la posibilidad de hacerlos accesibles a todos los empleados.
Respecto al segundo, creo que el 2.0 es un aliado
para las organizaciones para hacer realidad esa frase tan usada de "que
las personas son el activo más importante para las empresas" y se
puede convertir en un medio para ampliar las políticas existentes en la gestión
y dirección de personas y poner en práctica otras nuevas que hasta ahora no
eran posibles contribuyendo a desarrollar y ampliar la empleabilidad de los
empleados. Además, se conseguirá aportar mayor valor al negocio porque las
personas estarán más centradas en hacer aquello que saben hacer bien y en aquello
que podrían hacer mejor.
Para concluir, esta realidad que ya está aquí ha
venido para quedarse. Por ello, este cambio de modelo de entender el mundo de
la empresa es real. La intensidad en la comunicación, el enorme volumen de
información, la notoriedad-publicidad y la facilidad de acceso a los demás son
algunas de las claves que deberemos incorporar para aprender a liderar de otra
manera nuestras organizaciones. !!Desde luego, todo un reto¡¡
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