El acceso a una vivienda digna es una condición necesaria para el desarrollo pleno del individuo. El Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata que “…Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo…”; asimismo, la Ley de Vivienda mexicana tiene una definición amplia de lo que debe constituir una vivienda digna: es aquella que brinda a sus habitantes seguridad, así como aspectos de construcción, habitabilidad, salubridad y cuente con servicios, así como considere la protección de desastres.
El cuidado de nuestro entorno y el reciclaje de materiales en desuso es necesario para aminorar la degradación ambiental que día a día demerita la calidad de vida de los humanos y de las demás especies con las que cohabitamos en este planeta.
Es impostergable rectificar el camino en la búsqueda de soluciones integrales a lo que popularmente se conoce como “basura”, ya que es pertinente cuestionarnos si ¿en realidad los residuos son inservibles?
Según la empresa Todo de Cartón, en México se producen más de 10 millones de m3 de residuos mensualmente, depositados en más de 50 mil tiraderos de basura legales y clandestinos, que afectan el entorno, pues los recursos naturales son utilizados desproporcionalmente, como materias primas que luego son desechadas convirtiéndolas en focos de infección, creyendo erróneamente que se trata de cosas sin ningún valor o utilidad. Desde luego, la polución es proporcional a nuestros hábitos, sin embargo, al reciclar, el cambio cultural que se gesta permite vislumbrar más opciones para el destino final de los residuos sólidos urbanos y rurales.
La problemática reside, por un lado, en que leyes, políticas habitacionales, esfuerzos y recursos para la vivienda han sido insuficientes. Por otro lado, la degradación ambiental y el calentamiento global han comenzado a generar estragos en la dinámica de las sociedades, por lo que se ha entendido que es impostergable priorizar el cuidado de los recursos que conforman lo que conocemos como medio ambiente. Además de la polución, la falta de cultura del reciclaje ha derivado en daños colaterales, que aunados a la desestabilización climática, impactan en la toma de decisiones del Estado.
Un ejemplo es lo que el Gobierno del Distrito Federal a través del Sistema de Aguas de la ciudad de México y de la Secretaría de Protección Civil, realiza para prevenir inundaciones, ya que han calculado que el 50% de las cuales son causadas por arrojar basura en la vía pública,; al respecto, el Gobierno del Distrito Federal comenzó una campaña para crear conciencia en la población de que la basura es una de las principales causas de encharcamiento e inundaciones en la ciudad y generar con ello una corresponsabilidad social. La campaña se ilustra con fotos reales y con una frase de reflexión que involucra el agua (lluvia), la basura, el medio ambiente y a las personas.
Es decir, la relación entre el rezago habitacional y el manejo de residuos sólidos en México, pareciera que no poseen algún vínculo, sin embargo, ampliando criterios y formulando ideas innovadoras podrían conjugarse estrategias integrales que mitiguen ambas problemáticas.
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