Jonas Ridderstrale, co-autor del libro Funky Business, Biblia de la nueva gestión empresarial y éxito mundial de ventas, no da conferencias. Él las llama conciertos (gigs). Suele vestir chaquetas de cuero negro, masca tabaco cuando puede y sus dedos lucen gruesos anillos, uno de ellos en forma de temible calavera blanca. Es un rockero de la estrategia o, como le gusta definirse, “un signo de exclamación andante”.
Thinkers 50, la lista bianual de gurús de los negocios, le sitúa en el puesto número 13 mundial, no muy lejos de Bill Gates, Michael Porter o Richard Branson.
Lleva desde principios de los noventa ampliando y reformulando la teoría acuñada junto a su colega de la Stockholm School of Economics, Kjell Nordstrom: talento, tecnología e innovación, igual a negocio atractivo, o funky business. “Apple es hoy la compañía tecnológica más distintiva”.
Su penúltimo éxito, Karaoke Capitalism, una dura crítica a la economía de la copia, le ha llevado a plantearse en un próximo libro la existencia y raíces del estilo de gestión europeo. Verá la luz en el 2010 y avanza la hipótesis. “En Europa creemos en la riqueza generada de arriba a abajo, confiamos demasiado en los políticos de Bruselas, y la competitividad surge al revés, desde abajo, empezando por un buen sistema educativo”.
Gracias a la mediación de Ismael Nafría, tuve la oportunidad hace un tiempo de hacerle la siguiente entrevista:
Pregunta. En sus libros exhorta a las empresas a liderar a través de la innovación. ¿Es Apple el paradigma de esa mentalidad en el sector tecnológico?
Respuesta. Apple, es muy buena en diseñar productos de éxito. Estuvo muy cerca de la bancarrota y ahora gana muchísimo dinero casi por primera vez en su historia. Pero hay límites a lo que puede hacer con alguien como Steve Jobs al mando. Tiene una gran obsesión por controlar todo. No me sorprendería que mucha gente crítica con Microsoft durante los 10 últimos años empezara a echar contra Apple, está intentando cerrarnos en su sistema.
P. ¿No ve a Steve Jobs como un buen líder?
R. Se cuentan muchas historias sobre cómo Steve aparca por la mañana justo en frente de la entrada principal, ocupando dos espacios o en la zona reservada para minusválidos. Algunos empleados han pegado notas en su coche escribiendo “aparca diferente”. O amas trabajar con él o simplemente es imposible.
P. ¿Para quién trabajaría usted?
R. Probablemente para Microsoft. Tienen una estructura de liderazgo bastante avanzada, está muy claro que Steve Ballmer es el líder y Gates hasta ahora se encargaba de la estructura de conocimiento. Los jefes de proyecto tienen mucho poder, lo que implica una jerarquía muy flexible.
P. Haga una apuesta. ¿Quién liderará en servicios de Internet en cinco años?
R. No es ningún secreto saber a quién temen todos: Google. Tiene el mismo talento que otras pero utiliza diferentes principios de organización y liderazgo. El éxito será para quién controle las transacciones. MasterCard o American Express, grandes conglomerados de comunicaciones y compañías como Nokia, serán fuertes competidores en Internet.
P. En Karaoke Capitalism afirma que las sociedades hoy en día se rigen por el “glorioso trío de tecnología, instituciones y valores”. ¿Cree que la tecnología está creando mejores valores sociales?
R. No sé si mejores o peores, desde luego son diferentes. Se han acabado los días en los que teníamos un conjunto de valores correctos y otros equivocados. Buscamos valores cada vez en más sitios y para un número creciente de gente la fidelidad es hacia sí mismos y no hacia productos.
P. ¿Cuáles serán los cambios tecnológicos clave a los que tendrán que adaptarse las empresas?
R. Habrá más transparencia. Será más fácil conocer lo que ocurre dentro de las organizaciones y cada vez más difícil manipular la información de los consumidores. Llegará un punto en el que, como consumidor, diré: “si quieres utilizar la información sobre mí, tendrás que pagar”. El contenido generado por el internauta se empezará a pagar y formará parte de los modelos de ingresos.
P. Aún así, muchas corporaciones siguen sin adoptar nuevas tendencias tecnológicas ni de gestión.
R. Hay muy poca experimentación. Si hablas de innovación, la gente piensa en laboratorios, en científicos mezclando cosas, se compara innovación con I+D. Las organizaciones deberían llevar a cabo trabajos experimentales de naturaleza corporativa, tomar una parte limitada de sus operaciones, geográfica u organizativamente, y experimentar un poco.
P. ¿Por qué se ha llegado a una situación tan acuciante de escasez de talento en el sector tecnológico?
R. El problema es definir talento como algo estrictamente relacionado con la tecnología. Para escapar de esta situación de escasez, o pagas o tienes que redefinir tu concepto de talento. Sony, por ejemplo, no suele contratar a los mejores estudiantes de la Universidad de Tokio, la más prestigiosa en Japón, porque saben exactamente qué es imposible. Los segundos mejores estudiantes, se saltan algunas lecciones, no saben qué es imposible, y experimentan.
P. ¿Será China la futura fuente de talento tecnológico?
R. Dado el número de ingenieros que produce cada año, será importante. Mucho de lo que hoy se hace en Taiwán se acabará haciendo en China, poco a poco se irá moviendo en la escala de valor. Mi preocupación sobre China es que, con la política de un sólo hijo, la población envejecida será mucho mayor y no se podrá mantener el estándar de vida. Tendrá gran inestabilidad social y necesitarán flujos masivos de gente de Vietnam, Laos o Camboya.
Fuente: Angel Mendez / Emprendedoresnews
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