Las pymes españolas están haciendo las maletas decididas a aterrizar en regiones que, como China o Brasil, prometen auge económico y crecimiento a largo plazo. La aventura no es sencilla. Conocer los secretos de estos mercados es clave para triunfar.
Las naciones que, desde el punto de vista empresarial, habían sido olvidadas, ahora crecen cerca del 10% cada año, captan la mayoría de las inversiones internacionales y se perfilan, como las grandes potencias económicas mundiales. Ante las dificultades del mercado local, las promesas de grandeza de los países emergentes no han pasado desapercibidas para las pymes españolas. Además de Latinoamérica, el bloque de los BRIC, integrado por Brasil, Rusia, India y China es el objeto de deseo. La recompensa es alta, pero la aventura no está exenta de peligros.
A pesar de las abundantes oportunidades que ofrecen los BRIC, aterrizar en sus mercados no resulta fácil. En el caso chino, las empresas se encuentran con un gran cambio cultural que está intrínsecamente relacionado con las operaciones comerciales. Por ejemplo, en el gigante asiático, es primordial consolidar una amistad con el socio antes de realizar cualquier tipo de negocio. Ante esta clase de diferencias, se recomienda buscar una asesoría o joint venture para conocer cómo trabajar en este mercado.
Minkang Zhou, director de la fundación Instituto Confucio de Barcelona, explica que las empresas españolas no tienen el mismo éxito en Asia que otras compañías europeas por su reciente incorporación al mercado. Francia, Alemania o Reino Unido ya habían invertido en China antes de la revolución de Mao Zedong. La nación asiática aún mira con desconfianza la marca Spain. Tendencia que podría ser reversible, según Zhou, si se destinan recursos a márketing para consolidar la imagen de España y se demuestra un interés en China con la apertura de oficinas dentro del país y la construcción de empresas.
“Es importante que las compañías lleguen con productos difíciles de plagiar porque muchos de los distribuidores de China pueden hacer copias mejoradas de los productos que llegan”, recomienda Zhou. Las oportunidades para España surgen en sectores determinados por las tecnologías especializadas, como la biotecnología, la tecnología agraria y la biomedicina. Sin embargo, para el decano de los empresarios españoles en China, Marcelo Muñoz, todos los sectores son recomendables.
Esta exclusividad de los productos es también necesaria en Rusia. Nación en la que España está presente en una gran variedad de áreas económicas, desde muebles y vinos hasta la venta de tecnología especializada. Sin embargo, es un mercado en el que, además de las diferencias culturales, se debe competir con otras importantes potencias como Italia o Francia.
“En China, el mercado es muy complicado, pero en Rusia es un mercado fuerte”, puntualiza Ángel Arias, presidente de la Cámara de Comercio Hispano-Rusa. A su entender, es necesario investigar a profundidad sobre el sector económico en el que se desea invertir y las características propias del producto y su consumidor. Estos estudios, con un valor superior a los dos mil euros, ayudarán principalmente a las pymes que deseen aterrizar en Rusia. El mismo problema aparece al hablarse sobre Brasil.
Participación
Según datos del Observatorio Esade-Icex de la Empresa Multinacional Española, la participación de firmas locales en Brasil abarca diversos sectores: energía (Iberdrola, Repsol, Gas Natural), química y farmacéutica (Ferrer, Indukern), siderurgia (Celsa, Gonvarri), construcción (ACS, FCC), banca (Santander, BBVA) y telecomunicaciones (Telefónica, Amper). Sin embargo, las empresas españolas deben ahora no sólo ser capaces de adaptarse a un nuevo mercado, sino competir con las compañías locales que están creciendo aceleradamente. “Las firmas no se encontrarán con un mercado fácil. Verán a una nación a la espera de inversiones a largo plazo y de una fuerte competencia”, aclara Xavier Mendoza, profesor de Esade.
A diferencia de Brasil, India se caracteriza por tener dos sectores bien definidos para la inversión internacional: las infraestructuras y la energía renovable. Ambos aprovechados por las empresas españolas, además de la tecnología y el mundo textil.
“Se recomienda que las empresas inviertan al menos cuatro millones de dólares, pero con la seguridad de que encontrarán oportunidades de crecimiento y una mano de obra a un cuarto del precio que se paga en Europa”, precisa Raju Parwani, presidente de la Cámara de Comercio Hispano-India.
Las características comerciales de India han llevado a que un conjunto de empresas establezca sus fábricas en esta nación para posteriormente exportar la totalidad de su producción. Firmas, en su mayoría estadounidenses, han establecido sus sistemas de outsourcing en India.
Fuente: expansion.com
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