Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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jueves, noviembre 03, 2011

El fin del empleo y el resurgir del trabajo

¿Desde cuándo necesitamos empleo? Entiendo que todos necesitamos dinero para poder pagar la casa, comprar comida, ropa y todas esas cosas que el dinero puede comprar. Pero... ¿en verdad necesitamos empleo?

Aunque siempre ha existido el trabajo como forma de ganarse la vida, el "tener un empleo" –el puesto de trabajo como tal– es un concepto que emerge con la revolución industrial. Antes la gente trabajaba, pero no tenía empleo. Y a menos que fueras un campesino que trabajaba las tierras del señor, la inmensa mayoría de la gente trabajaba para sí misma, como mercaderes, artesanos y trabajadores de una misma profesión u oficio.

El empleo es, pues, un invento de la era industrial. Y su gran problema ahora, en los inicios del siglo XXI, es que cada vez hay menos empleo disponible. ¿Por qué una empresa querría contratar a más personas si su fuerza de trabajo actual ha triplicado su productividad gracias al uso de tecnología digital?

Admitámoslo: la revolución digital y la web social han cambiado para siempre las reglas del juego de la productividad y, por mucho que algunos no quieran darse cuenta, el empleo nunca va a ser igual. Estoy convencido que lo que estamos presenciando ahora mismo es algo mucho más profundo que una grave crisis económica, es el principio del fin del empleo y de las corporaciones como forma preponderante de generar trabajo y crear riqueza.

La era industrial y sus instituciones tienen los días contados, y en el horizonte se vislumbra la antesala de una nueva economía más eficaz y eficiente, el comienzo de un nuevo paradigma de trabajo conformado por comunidades de Internet organizadas por profesionales independientes que trabajan conectados en red. Web workers propietarios de sus propios negocios que, a diferencia del empleo de la era industrial, pueden producir desde casa, de forma independiente, e incluso a modo peer-to-peer, sin intermediarios y sin tener que pasar por las grandes corporaciones.

El reto para el trabajador es enorme. Nos adentramos en una nueva era social y participativa donde el trabajador tendrá que centrarse más en sus propias competencias profesionales y personales, en lo que le hace diferente, en aquellos aspectos en los que destaca. Toca construir tú propio trabajo, desarrollar tu marca personal diferenciada.

Pero lo mejor de este cambio de paradigma es que las personas van a poder volver a cobrar por su trabajo en lugar de tener que trabajar por dinero. Que ganar dinero sea el resultado, y no el objetivo, del trabajo del siglo XXI.

Fuente: thecoolruler.com

Alberto Dotras

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