Carlos Espinosa, nos plantea este interesante tema sobre la simplicidad, de la siguiente manera.
Leía estos días en la prensa las entrevistas e informaciones previas a la edición de este año de Expomanagement, y me detuve en la referente a Ram Charan, uno de los asesores de empresas de mayor prestigio internacional (digamos que es el consultor freelance de ámbito global más importante del mundo).
He leído todas o casi todas sus obras, y en todas ellas encuentro la misma sencillez aplastante que en las del maestro (creador) del management moderno: Profesor Peter Drucker.
Sus argumentos están cargados de lógica y ausentes de adornos y quiebros conceptuales de escasa utilidad. Plantea la realidad de la empresa desde la simplicidad, el sentido común, ajeno al glamour y la supuesta sofisticación intelectual que tanto nos gusta mostrar como pavo reales en cortejos prenupciales.
Tuve la suerte de asistir a algún evento con el Profesor Drucker, y recuerdo la cara entre irónica, perpleja y claramente contrariada que ponía cuando el coordinador de la mesa redonda de turno le hacía esa pregunta tan fantástica y rebuscada que no tenía más contestación que la distancia mental del profesor austriaco.
Por desgracia, los Drucker y los Charan son una excepción en un mundo, el del management, cargado de plumajes varios y de ideas rebuscadas, de refritos intelectuales y de plagios (dolosos o fortuitos, que son los más culpables por ignorancia) de ideas presentes o pasadas que se presentan en envases tendenciosos, cuando no pedantes sin más, y que poco o nada aportan a la actividad económica de nuestro país.
Leo convocatorias de eventos, de congresos, incluso, por pura disciplina, nuevas publicaciones de autores locales, y, en general, percibo escasa simplicidad; ideas confusas adornadas con modelos que sin sonrojo alguno son presentados como grandes novedades a esta castigada disciplina que es la gestión empresarial.
Decía Drucker que no entendía lo que es un "líder", sí un gerente de empresas; o Charan estos días que la gestión de empresas y sus problemas son mucho más simples de lo que decimos y pensamos: vender más, gastar menos, tratar bien a los demás y recibir lo mismo, etc.
Simplicidad, simplicidad, simplicidad
Un don que en la Historia han compartido a partes iguales los grandes sabios y algunos dictadores, los primeros para explicar sus ideas, los segundos para manipular a la población y llevar a la realidad sus más bajos y deleznables instintos.
Hago esta aportación, quizás nada simple, quizás muy pedante, tras leer unas líneas de Charan y admirar en él, y en algunas otras mentes como la suya, el privilegiado don de la simplicidad en el management.
Fuente: El blog de los expertos en RRHH
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