En la franja de entre 18 y 24 años, el 83,2% dice que ese es el requisito más difícil de las ofertas de empleo.
La mayoría de los jóvenes que busca trabajo se encuentra con que exigen "experiencia previa" cuando no la tienen.
Hace 4 años, a
Natalia (20) todavía le faltaban dos para terminar el secundario. Hoy quiere
postularse a una búsqueda laboral que pide ese tiempo
de experiencia. En realidad, no pide, exige. “Los números no me dan, ni
siquiera para mentir”, cuenta ahora, sobre el puesto administrativo contable al
que le gustaría presentarse. Cuenta que “los años en el rubro son requisito
excluyente: esas dos palabras están en negrita y con mayúscula”.
La joven estudia
contabilidad, vive con sus papás en Almagro y apunta a dar sus primeros pasos
en el mundo laboral y así cubrir algunos gastos asociados con la universidad.
Dice que está buscando opciones entre conocidos porque la falta de
experiencia se transformó en un filtro importante a la hora de enviar su CV a
las ofertas que encuentra en la web.
A Valentina (18),
que estudia Humanidades y vive en Colegiales, le ocurre algo parecido. Ella
cree que la mejor manera de conseguir un trabajo relacionado con
su carrera o una pasantía es a través de la universidad: “Por fuera me
resulta muy difícil, cuando me fijé en Internet encontré búsquedas
para secretaría y puestos administrativos en los que pedían experiencia que no
tengo”.
A esta situación se
enfrentan más jóvenes, según un informe con datos de mayo de este año
realizado por la consultora de Recursos Humanos Adecco Argentina y la
asociación sin fines de lucro Cimientos.
Del relevamiento,
que contó con la voz de jóvenes de entre 18 y 24 años y la mirada de pequeñas,
medianas y grandes empresas, surge que el 83,2% de los que
buscan trabajo percibe como principal dificultad el requisito de la experiencia
previa.
Otro problema es la incompatibilidad
horaria de los puestos con las cursadas en terciarios y universidades.
Eso le ocurre al 52,2% de los consultados.
Esto se da en un
contexto en el que la tasa de desempleo juvenil en América Latina duplica a la
adulta, según el informe “Panorama Laboral 2021 América Latina y El Caribe”
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Del mismo estudio
también se desprende que el 46% de las empresas tiene dificultad para
encontrar el perfil joven que necesita. Sin embargo, más de la mitad
no cuenta con programas de primer empleo.
Nicolás (21) acaba
de conseguir su primer trabajo en blanco. Dice que el camino no fue sencillo.
“Estuve dos años como empleado en un local de venta de indumentaria sin
contrato. Este año volví a buscar y, de nuevo, me tomaron en negro, ahora para
un bazar. Por suerte, seguí insistiendo y pude entrar en una automotriz
importante”, comenta.
Pedían experiencia
en ventas en el rubro, él había estado unos meses en algo vinculado. "No
especificaban cuánto tiempo, me presenté y quedé”, resume.
Su nuevo trabajo es
de 9 a 19. “Estoy haciendo el CBC para kinesiología y mi horario no es
compatible ni con el turno mañana ni con el turno noche así que curso a
distancia, por UBA XXI”, explica sobre la solución que encontró para
continuar con ambas obligaciones.
Qué dicen los especialistas
“Es contradictorio pedir
que un empleado sea joven y que tenga experiencia, si es estudiante
seguramente esté recién arrancando”, señala a Clarín Alejandro
Melamed, doctor en Ciencias Económicas, speaker internacional
y autor del libro El futuro del trabajo ya llegó.
Para Melamed, no hay
que hablar de años de experiencia sino de experiencia en esos años.
“Uno puede estar dos décadas en un mismo puesto y no aprender demasiado o
pasar por tres posiciones en un año y sumar nuevas herramientas”, advierte.
A su vez, sigue, esa
experiencia puede incorporarse en ámbitos no formales “como el deporte
o el trabajo comunitario”.
En relación a lo
complicado que resulta a veces organizar el día para cumplir con estudio y
trabajo, Melamed sostiene que eso depende mucho de la universidad y que
hay algunas facultades que sí están pensadas para adaptarse al trabajo.
Sobre la informalidad,
asegura que “se naturaliza mucho” y que, salvo un segmento que
tiene la formación que las empresas buscan, el resto no suele contar con
demasiadas posibilidades para elegir.
“Todos deberían
tener acceso a un trabajo formal. Para muchos jóvenes no es fácil pero tampoco
imposible. Buscar trabajo es un trabajo y hay que tomarlo de esa manera”,
sostiene.
Y agrega: “El primer
trabajo seguramente no sea en el que la persona se quede para toda la vida.
Pero es importante empezar por la experiencia y porque buscar trabajo
teniendo trabajo es mejor”.
Más allá de las
estrategias que puedan implementar los jóvenes, el especialista remarca que
siempre ayuda que el Estado promueva ese primer empleo con estímulos a las
empresas para contratarlos y también ofreciendo capacitaciones para
que lleguen más preparados.
Del lado de las
empresas, aporta como útil la posibilidad de que ofrezcan pasantías pagas y
jornadas de trabajo más cortas o flexibles para estudiantes.
Julián Leone,
economista y subsecretario de investigación de la Facultad de Ciencias
Económicas de la UBA, retomando los datos de OIT, asegura que el desempleo en
jóvenes en Argentina duplica o, en algunos segmentos, incluso triplica
al del adulto. En tanto, destaca que, además, suele ser “más
intermitente y presentar mayor rotación”.
“Hay razones
voluntarias e involuntarias: en algunos casos rotan para conocer diferentes
ramas del mercado laboral, por ejemplo. Aunque, la experiencia indica para
Latinoamérica y para Argentina que, en general, las razones son involuntarias y
tienen que ver con que acceden a trabajos de menor categoría y mayor
precariedad”, resalta Leone. Y detalla que la precariedad tiene que
ver principalmente con el tipo de contratación.
Destaca dos
programas de acompañamiento: el Progresar Trabajo, que depende del Ministerio
de Educación de la Nación y ofrece capacitaciones para mejorar la
inserción laboral; y el Plan Empleo Joven 2022, del Ministerio de Desarrollo
Económico y Producción de la Ciudad, que fomenta la contratación de jóvenes.
“Habría que ver los
resultados de esos programas y sumar otros que apunten a ayudar a los jóvenes
para revertir los números de desempleo en esta franja etaria”, cierra Leone.
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