En su blog, Juan Carlos Valda (http://jcvalda.wordpress.com/about/), nos presenta un interesante material como esta propuesta que se detalla a continuación.
La crisis económica mundial puede convertirse en un punto de inflexión que marque para siempre el futuro del mercado laboral. Algunas tendencias ya se vienen observando a lo largo de los últimos años, pero se han acentuado con los problemas por los que están atravesando actualmente las empresas.
Las personas que busquen trabajo y las que tengan en estos momentos la suerte de contar con un puesto estable, deben tener en cuenta una serie de puntos que les pueden ayudar a moverse en un mundo cada vez más competitivo en el que se busca la aportación de valor.
“Apenas vemos la velocidad a la que evoluciona el mercado de trabajo, al igual que otros mercados de la economía. Ni siquiera llegamos a darnos cuenta de los enormes saltos que la tecnología da prácticamente cada día, especialmente en lo relacionado con la comunicación”, comenta Manuel Caraballo Callero, economista de Izadi. Este experto asegura que, en este contexto, el concepto de “crear valor” aparece como “algo fundamental a la hora de que una determinada tarea perviva o sea eliminada del mercado”. Es por ello, que ha realizado un estudio para detallar cómo será el mercado laboral los próximos años. Algunos de los puntos más importantes son los siguientes:
• Hay una tendencia clara a no valorar ni las titulaciones ni las formaciones concretas, sino las habilidades para desarrollar proyectos. A pesar de ello, siempre habrá un reducido reducto de estudios de obligatoria realización (por ejemplo cirujano, o similares).
• Cada vez habrá más profesionales que sean remunerados por su trabajo, no por “estar en el trabajo”. La evolución hacia un mercado donde predomine el personal autónomo es una tendencia al alza desde hace varias décadas, que se ha acentuado en los últimos años.
• Se da por sentado que el trabajador rotará en varias empresas y profesiones a lo largo de su vida, pero dicha rotación será más rápida y los ciclos de permanente en las empresas serán cada vez más cortos. Sólo los profesionales más cualificados tendrán un cierto poder de controlar dichos ciclos de permanencia en el entorno de determinadas empresas o proyectos profesionales.
• La movilidad geográfica será imprescindible, no solo dentro del país sino entre países. Es una tendencia muy clara desde hace al menos dos décadas. En el caso de España, por ejemplo, la eliminación de la mentalidad de disponer de vivienda en propiedad cambiará radicalmente ayudado por la crisis actual.
• La aportación de valor es la clave. Las personas con baja formación o con determinadas habilidades profesionales y personales que no generan valor, o éste sea muy reducido, quedarán irremediablemente al margen del mercado de trabajo. Sólo tendrán éxito profesional los trabajadores que realmente ofrezcan un servicio útil y valorado por la sociedad.
• El futuro no espera a nadie. Hay una enorme cantidad de tareas que en las últimas décadas han desaparecido de forma total o casi tota. Y otras que seguirán desapareciendo. Así las cosas, el uso de las redes informáticas, y especialmente las redes sociales, van a condicionar la aceptación de los servicios ofrecidos por las empresas en general.
• Las habilidades personales son las que determinarán el éxito (o subsistencia) en un mercado de trabajo internacionalizado. Habrá que hablar varios idiomas y los trabajadores que no tengan esa cualidad quedarán irremediablemente fuera del mercado laboral o, en el mejor de los casos, tendrán un nulo control sobre sus ciclos laborales.
• Las empresas tal como las conocemos hoy en día irán desapareciendo y ocuparán su lugar un sinfín de pequeños empresarios y autónomos que ofrezcan productos, trabajos y tareas que generen valor para el consumidor.
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