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miércoles, febrero 01, 2023

Las cuatro lecciones más ocultas de Lionel Messi y Cía.

Azar, némesis, lianas en la madurez y creatividad: de qué se tratan las enseñanzas que pueden extraerse del comportamiento de los deportistas argentinos en Qatar. 


Lionel Messi y la Copa del Mundo, el 18 de diciembre de 2022 en Qatar. Tom Weller - dpa

Pasó durante la pandemia: no hubo disciplina o rama de consultoría que concluyera que su actividad había “cobrado más relevancia (o protagonismo) que nunca” en la nueva era del Covid y del post-Covid. Con el Mundial ganado por la selección argentina de fútbol sucedió algo similar: no transcurrió ni una hora antes de que LinkedIn y los portales se llenaran de columnas sobre las “diez lecciones de” (completar: liderazgo, innovación, etcétera) de (completar: Messi, la selección, Scaloni, etcétera). Por lo general, todo reforzando un sesgo de confirmación: “la gesta en Qatar confirma lo que ya sosteníamos previamente sobre nuestra área de expertise”.

Para no ser menos, este espacio va a sumar cuatro lecciones de Messi y Cía. Son lecciones vinculadas a varios territorios que habitualmente se tratan en Álter Eco: la ubicuidad del azar, la Revolución Senior, la creatividad y los bueyes perdidos en general. Van algunas perlas menos conocidas para extrapolar aspectos poco analizados de la experiencia a los negocios y a la vida cotidiana en general.

Match Point

En toda la epopeya de Qatar es increíble la cantidad de veces en las que, como en la película de Woody Allen Match Point, la pelotita (en aquel caso de tenis) hizo equilibrio en el medio de la red antes de caer a un lado o al otro, cambiando completamente en esa instancia el devenir de los acontecimientos. Si el Dibu Martínez no atajaba la pelota en el último minuto del alargue contra Francia, si en esa misma jugada se la pasaban a Mbapé que venía solo y habilitado por la izquierda; si los arqueros de Países Bajos o de Francia acertaban a tirarse al lugar donde pateaba Messi... Y así podría seguir la enumeración de instancias donde la historia podría haber cambiado 180 grados.

Para Juan Ignacio “Pepe” Sánchez, exbase de la Generación Dorada, el equipo de básquet argentino que ganó la medalla de oro en Atenas 2004, esta presencia muy importante del azar es lo que hace que el fútbol sea, para él, el deporte más atractivo del mundo para ver hoy, dada su tensión dramática.

“Todos los deportes hoy en día están impactados por la revolución de datos y la ciencia. La diferencia con el fútbol es que, como el resultado es bajo en anotaciones, lo aleatorio pesa mucho más. Es un tema matemático. Revertir un 0-2 en fútbol es mucho más probable que revertir 20 puntos en básquet por la cantidad de aciertos y errores que se tiene que dar en uno (pocos) y en el otro (muchos)”, cuenta Pepe Sánchez a la nacion, “Por eso, creo que el fútbol es el deporte más atractivo hoy para la gente a nivel global, porque incluye altas dosis de aleatoriedad. Y eso, a los humanos, nos gusta mucho”.

Yo nemeseo, tú nemeseas, él nemesea

En el mundo del cubo Rubik se suele usar el neologismo “nemesear” para referirse al hecho de que uno supera a otro jugador en todas las categorías en las que se compite (3X3, 4X4, a ciegas, pyraminx, etcétera). Un récord mundial en alguna de ellas, por ejemplo, no tiene ningún “némesis”. El sitio nemesizer.com va siguiendo de forma permanente los resultados de los torneos e informa cuántos cuberos “nemesean” a uno y a cuántos “nemesea” el interesado en saberlo.

La palabra “némesis” proviene de la antigua Grecia y a menudo se usa como sinónimo de “enemigo”, pero su significado real es mucho más rico y amplio. “Creo que es una de las más poderosas y subestimadas fuerzas detrás del comportamiento humano”, sostuvo el divulgador y exprofesor de Standford Ted Gioia en un ensayo titulado: No necesitás un mentor, sino un némesis.

“Un némesis es mucho más que tu enemigo: es tu lado oscuro, comparte tu ADN”, dice Gioia, para quien las personas más exitosas en sus disciplinas lograron brillar gracias a competir contra un némesis que los hacía ir más allá de sus límites. Desde compositores de música hasta personajes cinematográficos: Batman tuvo la suerte de tener al Guasón, una figura tan atractiva que las películas en las que aparece superaron en taquilla a las de cualquier otro superhéroe.

Y sucede lo mismo en las competiciones: Nadal y Federer en tenis, Magic Johnson y Larry Bird en básquet, Alí y Frazier en box, Karpov y Kasparov en ajedrez. Y claro, Messi y Cristiano Ronaldo en fútbol. La gesta de Qatar tuvo una tensión dramática adicional al ver al némesis de Messi gritando un gol que no era suyo, pelearse con sus compañeros y terminar eliminado con la mirada al piso.

Cambiar de liana

Y hablando de Cristiano Ronaldo, otra lección del triunfo argentino en Qatar tuvo sabor a “revolución senior”, y a lo que el divulgador de esta agenda, Arthur Brooks, llama “cambiar de liana”, con gracia, a medida que uno va sumando años. Significa aceptar que esas cosas para las que uno era muy bueno a una determinada edad ya no son una fuente de éxito, y que hay que tirar un “cambio de frente”.

En LA NACION escribió sobre este “estilo tardío” Jorge Fernández Díaz, en su columna titulada “Messi, el héroe crepuscular que salió a cazar el último pez”. Y en The Atlantic, Franklin Foer publicó un ensayo corto sobre “La guía de vida de Lionel Messi”. “Ronaldo, de 37 años, falló porque no se pudo adaptar a su declive físico, insistió en jugar como si tuviera diez años menos. Actuando como si fuera esencial, se volvió superfluo”. Fue la contracara de Messi, dice Foer, quien, consciente de su edad, economizó movimientos y nunca pretendió jugar como si tuviera 20 años. Eligió qué batallas dar con la sabiduría de la experiencia.

El ADN de la grandeza

Cuando su hijo, que nunca había jugado al fútbol ni sabía nada de este deporte, le pidió una remera de Messi, la inversora, emprendedora e ingeniera argentino-coreana Rebeca Hwang,que vive en la Costa Oeste de los Estados Unidos, decidió tomarse un avión para ver la última semana del Mundial en Qatar y explorar in situ qué rasgos hay en el ADN de la “grandeza” de jugadores como Messi.

Su primera misión (conseguir la remera para su hijo) fracasó: había de todo el resto de las selecciones, pero las de la Argentina hacía rato que estaban agotadísimas en todo el país anfitrión. Sin embargo, pudo estudiar un costado menos conocido de Messi: su incursión en un fondo propio de capital de riesgo, una iniciativa que anunció el jugador en San Francisco a principios de 2022. Una veta que interesó al croata Luka Modric y al portugués Ronaldo, entre otros deportistas de elite.

El otro punto que le interesaba a Hwang era el de indagar sobre el valor de la creatividad en este “ADN de grandeza”, en un período en el que la inteligencia artificial (ChatGPT, Open IA, etcétera) anuncia cambios radicales en muchas tareas humanas que se automatizarán en 2023. “Y eso que estamos viendo solo los primeros pasos”, dice Hwang, para quien la creatividad, que siempre tuvo un rol importante, se volverá todavía más protagónica en el nuevo mundo.

Sebastián Campanario


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