Deseos de éxitos!!!
Rodolfo W. Salas
Un espacio que es útil para mejorar tus conocimientos en liderazgo, estrategia, marketing y gestión.
Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.
Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.
El propósito de este artículo es de mostrarte cómo pueden mejorar los líderes la toma de decisiones en las organizaciones pymes cuando se mueven en un entorno invadido por incertidumbres, cambios y numerosos retos ligados a la escasez de talento.
No cabe la menor duda que decidir es la herramienta
más potente de la que disponen los líderes para
ejecutar su trabajo. Si bien fijar objetivos representa una aspiración, la toma
de decisiones impulsa la acción.
Un motivo es la historia. Hasta hace poco, la mayoría de los líderes disponían de un acceso relativamente limitado a información concreta.
El siguiente motivo está relacionado con la psicología.
La mayoría de las decisiones que se toman en los negocios son colaborativas, lo
que implica trabajos de análisis en grupo y de consenso. Además, el
estrés laboral es otro elemento que limita la oportunidad de tomar mejores
decisiones, dando lugar a que muchos profesionales acudan a la intuición
para reducir la incomodidad mental.
El último motivo se vincula a la tecnología, a través de la cual se han automatizado muchas tareas de la gestión. Para ayudar a los líderes y sus equipos con los principales retos a superar para tomar mejores decisiones, señala Larson, que resume el camino hacia la solución en siete pasos.
Entonces, ¿Qué se puede hacer?
Cada vez que los líderes se enfrenten a una decisión, deberán utilizar los siguientes pasos:
1.
Apuntar cinco objetivos o prioridades preexistentes de la empresa
a los que afectará la decisión.
2.
Fijar varias alternativas realistas
para incrementar las opciones.
3.
Identificar cuál es esa información crítica que falta y
que es importante tener en cuenta, antes de tomar una decisión.
4.
Pensar sobre el efecto que tendrá la decisión
dentro de un año e identificar escenarios parecidos para tener nuevas perspectivas.
5.
Involucrar a un equipo de al menos dos personas, pero no más
de seis, con el objetivo de obtener más enfoques.
6.
Apuntar lo que se haya decidido, además de
por qué y cuánto apoya la decisión el equipo, para así aumentar el compromiso y
tener un punto de referencia para medir los resultados de la decisión.
7.
Programar una revisión de los resultados obtenidos, para dentro de
uno o dos meses.
Por último, ¿Conocen qué modelo de liderazgo utilizar para tomar mejores decisiones?
Necesitamos repensar nuestro modelo de liderazgo flexible a nivel estratégico de las organizaciones PYMES por su alto impacto en la productividad y, por ende, en los resultados del negocio.
Debido a ello, el liderazgo asume una particular importancia porque es una de las competencias más valoradas por las Empresas PYMES. Así, los líderes deberán desarrollar nuevas habilidades y conocimientos con una mirada mucho más intensa hacia las necesidades económicas y de la sociedad.
Igualmente, no se ha podido determinar cuál es el mejor de todos los estilos de liderazgo porque cada uno tiene su sentido en función del entorno en el que nos encontremos ya que los estilos deben adaptarse a las situaciones y a los colaboradores.
Y siempre buscando el equilibrio para gestionar a la diversidad generacional que hoy en día converge en las organizaciones porque tienen diferentes expectativas en función de su edad y contexto vivido.
De tal manera, se debe evitar que el aspecto relacional dentro de la organización se vuelva complicado, y afecte a los resultados del negocio.
Cabe destacar que estos temas, fueron desarrollados con fluidez en la Conferencia Internacional virtual por vía zoom dictada el 6 de Julio 2022 por el Doctor Rodolfo Salas sobre: El Liderazgo que Demanda el Orden Mundial en Ética Civil Empresarial - Medellín (Colombia).
¿Cómo pueden los líderes replantear sus puntos de vista y perfeccionar sus habilidades estratégicas?
Todo se reduce a dominar los seis elementos clave del pensamiento estratégico que incluyen la capacidad de: anticipar, cuestionar, interpretar, decidir, alinear y aprender. Aunque cada uno de estos elementos ha sido objeto de atención aislado, son importantes en formas completamente nuevas cuando se examina en el contexto de un marco global.
1. Anticipar:
La mayoría de los líderes se centran en el presente, pero el futuro no sigue una línea recta. Así, los líderes estratégicos deben supervisar de forma proactiva el entorno para prever los cambios para que puedan prepararse para las amenazas y oportunidades resultantes.
2. Retar:
Si bien la sabiduría convencional es tentadora, los pensadores estratégicos cuestionan todo en lugar de aceptar la información. Entonces, es necesario replantear problemas para comprender las causas profundas, desafiar las creencias y las mentalidades actuales.
3. Interpretar:
Anticipando el cambio y desafiando los acuerdos sobre datos y cifras que deben ser analizados cuidadosamente para producir resultados aceptables, probando variadas hipótesis antes de llegar a conclusiones.
4. Decidir:
La indecisión, también conocida como la parálisis del análisis, a menudo impide que los líderes actúen con rapidez, dando lugar a la pérdida de oportunidades. Para llegar a una buena decisión, los líderes estratégicos utilizan velocidad, rigor, calidad y la agilidad para tomar posiciones valientes, incluso con información incompleta.
5. Alinear:
Los líderes estratégicos deben saber cómo y cuándo alinear agendas divergentes para trabajar hacia un objetivo común. Es importante la participación activa de las partes interesadas para fomentar el diálogo abierto que ayuda a construir la confianza y llegar a un consenso.
6. Saber:
Como fuentes de información crítica, los líderes estratégicos animan a aprender y aceptar comentarios, ver el éxito y el fracaso. También corregir rápidamente si están fuera de la pista, y celebrar las fallas, además del éxito.
Por último, es necesario dejar de hablar y empezar a actuar, evaluando hoy para ver dónde está el problema.
Azar, némesis, lianas en la madurez y creatividad: de qué se tratan las enseñanzas que pueden extraerse del comportamiento de los deportistas argentinos en Qatar.
Lionel Messi y la Copa del Mundo,
el 18 de diciembre de 2022 en Qatar. Tom Weller - dpa
Para no ser menos, este
espacio va a sumar cuatro lecciones de Messi y Cía. Son lecciones
vinculadas a varios territorios que habitualmente se tratan en Álter Eco: la
ubicuidad del azar, la Revolución Senior, la creatividad y los bueyes perdidos
en general. Van algunas perlas menos conocidas para extrapolar aspectos poco
analizados de la experiencia a los negocios y a la vida cotidiana en general.
Match Point
En toda la epopeya de Qatar es
increíble la cantidad de veces en las que, como en la película de Woody Allen
Match Point, la pelotita (en aquel caso de tenis) hizo equilibrio en el medio
de la red antes de caer a un lado o al otro, cambiando completamente en
esa instancia el devenir de los acontecimientos. Si el Dibu Martínez
no atajaba la pelota en el último minuto del alargue contra Francia, si en esa
misma jugada se la pasaban a Mbapé que venía solo y habilitado por la
izquierda; si los arqueros de Países Bajos o de Francia acertaban a tirarse al
lugar donde pateaba Messi... Y así podría seguir la enumeración de
instancias donde la historia podría haber cambiado 180 grados.
Para Juan Ignacio “Pepe” Sánchez,
exbase de la Generación Dorada, el equipo de básquet argentino que ganó la
medalla de oro en Atenas 2004, esta presencia muy importante del azar es lo que
hace que el fútbol sea, para él, el deporte más atractivo del mundo para ver
hoy, dada su tensión dramática.
“Todos los deportes hoy en día
están impactados por la revolución de datos y la ciencia. La
diferencia con el fútbol es que, como el resultado es bajo en anotaciones, lo
aleatorio pesa mucho más. Es un tema matemático. Revertir un 0-2 en fútbol es
mucho más probable que revertir 20 puntos en básquet por la cantidad de
aciertos y errores que se tiene que dar en uno (pocos) y en el otro (muchos)”,
cuenta Pepe Sánchez a la nacion, “Por eso, creo que el fútbol es el
deporte más atractivo hoy para la gente a nivel global, porque incluye altas
dosis de aleatoriedad. Y eso, a los humanos, nos gusta mucho”.
Yo nemeseo, tú nemeseas, él
nemesea
En el mundo del cubo Rubik se suele
usar el neologismo “nemesear” para referirse al hecho de que
uno supera a otro jugador en todas las categorías en las que se compite (3X3,
4X4, a ciegas, pyraminx, etcétera). Un récord mundial en alguna de ellas, por
ejemplo, no tiene ningún “némesis”. El sitio nemesizer.com va
siguiendo de forma permanente los resultados de los torneos e informa cuántos
cuberos “nemesean” a uno y a cuántos “nemesea” el interesado en saberlo.
La palabra “némesis” proviene de la
antigua Grecia y a menudo se usa como sinónimo de “enemigo”, pero su
significado real es mucho más rico y amplio. “Creo que es una de las más
poderosas y subestimadas fuerzas detrás del comportamiento humano”, sostuvo el
divulgador y exprofesor de Standford Ted Gioia en un ensayo titulado: No
necesitás un mentor, sino un némesis.
“Un némesis es mucho más que tu
enemigo: es tu lado oscuro, comparte tu ADN”, dice Gioia, para quien
las personas más exitosas en sus disciplinas lograron brillar gracias a
competir contra un némesis que los hacía ir más allá de sus límites. Desde
compositores de música hasta personajes cinematográficos: Batman tuvo la suerte
de tener al Guasón, una figura tan atractiva que las películas en las que
aparece superaron en taquilla a las de cualquier otro superhéroe.
Y sucede lo mismo en las
competiciones: Nadal y Federer en tenis, Magic Johnson y Larry Bird en básquet,
Alí y Frazier en box, Karpov y Kasparov en ajedrez. Y claro, Messi y Cristiano
Ronaldo en fútbol. La gesta de Qatar tuvo una tensión dramática adicional al
ver al némesis de Messi gritando un gol que no era suyo, pelearse con sus
compañeros y terminar eliminado con la mirada al piso.
Cambiar de liana
Y hablando de Cristiano Ronaldo,
otra lección del triunfo argentino en Qatar tuvo sabor a “revolución
senior”, y a lo que el divulgador de esta agenda, Arthur Brooks, llama
“cambiar de liana”, con gracia, a medida que uno va sumando años. Significa
aceptar que esas cosas para las que uno era muy bueno a una determinada edad ya
no son una fuente de éxito, y que hay que tirar un “cambio de frente”.
En LA NACION escribió sobre este
“estilo tardío” Jorge Fernández Díaz, en su columna titulada “Messi, el héroe
crepuscular que salió a cazar el último pez”. Y en The Atlantic, Franklin
Foer publicó un ensayo corto sobre “La guía de vida de Lionel Messi”. “Ronaldo,
de 37 años, falló porque no se pudo adaptar a su declive físico, insistió en
jugar como si tuviera diez años menos. Actuando como si fuera esencial, se volvió
superfluo”. Fue la contracara de Messi, dice Foer, quien, consciente de su
edad, economizó movimientos y nunca pretendió jugar como si tuviera 20 años.
Eligió qué batallas dar con la sabiduría de la experiencia.
El ADN de la grandeza
Su primera misión (conseguir la
remera para su hijo) fracasó: había de todo el resto de las selecciones, pero las
de la Argentina hacía rato que estaban agotadísimas en todo el país anfitrión. Sin
embargo, pudo estudiar un costado menos conocido de Messi: su incursión
en un fondo propio de capital de riesgo, una iniciativa que anunció el
jugador en San Francisco a principios de 2022. Una veta que interesó al croata
Luka Modric y al portugués Ronaldo, entre otros deportistas de elite.
El otro punto que le interesaba a
Hwang era el de indagar sobre el valor de la creatividad en este “ADN de
grandeza”, en un período en el que la inteligencia artificial (ChatGPT, Open
IA, etcétera) anuncia cambios radicales en muchas tareas humanas que se
automatizarán en 2023. “Y eso que estamos viendo solo los primeros
pasos”, dice Hwang, para quien la creatividad, que siempre tuvo un rol
importante, se volverá todavía más protagónica en el nuevo mundo.
La denominada “economía de la pasión”, de la que tanto se habló en el final de la pandemia, termina 2022 con paños más fríos.
ChatGTP, es un bot creado por OpenAI que interactúa con humanos y
escribe historias; usa inteligencia artificial, como las plataformas que crean
imágenes, pero con funciones de texto. Responde preguntas, cuenta chistes y
hasta puede crear cuentos interactivos. Shutterstock
– Shutterstock.
La historia de la publicidad argentina está llena de
duplas creativas que se volvieron marcas en sí mismas: Agulla y
Baccetti, Vega Olmos y Ponce, Anselmo y Wilhelm y muchas más. Fue siempre un
formato habitual para complementarse, intercambiar y mejorar las ideas que iban
surgiendo para las distintas campañas.
En el caso de Horacio “Chacho” Puebla, uno de los mejores
creativos argentinos en la actualidad, su “dupla” tiene una
particularidad: no es humana. Desde hace meses que “pinponea” y va
tallando ideas con distintos programas y aplicaciones de inteligencia artificial
(IA). “Me lo recomendó un amigo. Acá [en Madrid, donde vive] estábamos
encerrados por una cuarentena muy estricta y me volví loco con las
posibilidades que se abrían”, relata.
Junto con su mujer, la artista Pilar Franco Borrell,
comenzaron a experimentar con varias aplicaciones, como Midjourney, que
permite transformar en imágenes conceptos escritos. En uno de sus
proyectos se imaginaron las fotos que se toman para fichar en las comisarías o
cárceles a los delincuentes, pero con personas inverosímiles, como la Madre
Teresa de Calcuta, el Papa, Messi, Maradona, Donald Trump o el Dalai Lama. El
resultado fue inmediato e hiperrealista.
Luego, Puebla, que fue monaguillo en su infancia en
Mendoza, se propuso hacer sonreír a las estatuas del catolicismo, que
tradicionalmente tienen un gesto serio o sufriente. “Sonrisas para
todos los que llevan siglos esperándolas. No soy escultor y la impresión 3D es
muy cara, pero las novedades de inteligencia artificial de los últimos meses me
permitieron generar esas imágenes con facilidad”, cuenta a LA NACION, mientras
muestra una colección de fotos de santos sonriendo de oreja a oreja.
“Para mí y para mi mujer, estas aplicaciones son lo
más parecido a tener un robot en la nave espacial que nos diga todo, como
sucede en las películas de ciencia ficción. Poner inmediatamente en
imágenes lo que se me ocurre es un recurso muy poderoso, lo más parecido a un
superpoder. Yo todavía estoy anonadado”, dice Puebla, que en la actualidad
lidera en Europa su agencia, Felicidad, y ganó más de 300 premios
internacionales, entre ellos varios leones en el Festival de Cannes.
“Para mí y para mi mujer, estas aplicaciones son lo
más parecido a tener un robot en la nave espacial que nos diga todo, como
sucede en las películas de ciencia ficción. Poner inmediatamente en
imágenes lo que se me ocurre es un recurso muy poderoso, lo más parecido a un
superpoder. Yo todavía estoy anonadado”, dice Puebla, que en la actualidad
lidera en Europa su agencia, Felicidad, y ganó más de 300 premios
internacionales, entre ellos varios leones en el Festival de Cannes.
Midjourney no es el único programa que usa. También apela a Open IA, para texto, y Copy IA, para generar material para la Web, y con estos programas pelotea ideas. “No te tiran nada que sea un diez, pero sí un cinco o un seis, que con algunas iteraciones podés llevar a un siete u ocho. Y vas a lugares donde nunca hubieras ido”, explica.
“Una nueva generación de herramientas de inteligencia
artificial irrumpió con todo este año. Ayudan a escribir mejor, a
programar más rápido y a generar imágenes únicas a gran escala”, escribió tres
semanas atrás en un ensayo Anne-Laure Le Cunff, emprendedora, fundadora de Ness
Labs, exGoogle y experta en pensamiento creativo y metacognición. Su texto se
tituló IA y Yo: la era de la creatividad artificial, en un juego de
palabras en inglés con “AI and I”.
Campo fértil
El mapa de nuevas aplicaciones surgidas
este año tiene más de 200 actores, con algunas startups que ya valen más de
US$1000 millones. Hay iniciativas que tienen que ver con ampliar la creatividad
lingüística, con herramientas como Lex, Rytr y Jasper, que se fundó en 2021 y
recientemente anunció una ronda de inversión por US$125 millones, que llevó su
valuación a US$1500 millones. En esta misma área, los asistentes virtuales en
programación, como Ghostwriter y Copilot (de GitHub), vienen evolucionando
extremadamente rápido. “Muy pronto tipear todo manualmente va a parecer algo
muy ineficiente y del pasado”, explica Le Cunff.
La mayor cobertura mediática en los últimos meses la vienen
teniendo los proyectos de “texto a imagen”, como Dall-E, Midjourney (que usa
Puebla) o tantos otros (Deep Dream Generator y Stability AI). El paso siguiente
ya fue mostrado por el CEO de Google, Sundar Pichai, semanas atrás, cuando
exhibió un video de alta calidad generado de manera completamente artificial a
partir de textos como inputs.
La palabra de moda es, sin duda, la de IA “generativa”.
“Básicamente es la IA que intenta generar contenido nuevo (imágenes, texto,
audio) a partir de una descripción”, cuenta Alejandro Repetto,
tecnólogo y experto en diseño de futuros, quien añade: “Tiene dos patas
grandes: una de procesamiento de lenguaje natural, para poder procesar la
información que le das. Y, luego, enormes sets de datos de imágenes, videos,
etcétera, donde reconstruye a partir de las palabras y el sentido que
interpretó”.
El panorama se completa con asistentes algorítmicos para
investigación científica, escribir y hasta generar música. Endel ofrece armar
un entorno musical personalizado para relajarse, meditar, focalizar y dormir
mejor, per ejemplo.
Expectativas para 2023
¿Dónde está puesta la gran expectativa de fin de año y
2023? Sin duda en el lanzamiento de GPT-4, un “súper modelo” de
lenguaje natural que, según especulaciones, debería desplegarse antes de
febrero. La versión actual, GPT3, se anunció en mayo de 2020 y fue más de 150
veces más poderosa que la versión anterior, GPT2. El CEO de Open AI, la
organización que la desarrolla, Sam Altman, viene tirando pistas a cuentagotas
por Twitter y hay programadores a los que desde mitad de año se les dieron
versiones beta de GPT4 para probar bajo compromiso de confidencialidad. Pero
algunos datos se filtraron, como la alternativa de que sea un modelo
“multimodal” (que acepte además de texto, audio, imágenes y hasta videos
como inputs).
¿Qué pasará con las profesiones creativas a partir de esta
avalancha de novedades? Aquí hay un enorme debate entre quienes ven un
futuro distópico por la desaparición de ventajas humanas (es probable que en
2023 empecemos a ver “buenos libros” surgidos de manera 100% artificial, por
ejemplo) y los más optimistas, que ven una mejora en el proceso y en
el resultado, como les ocurrió en el último año a Puebla y a su mujer.
Sea como sea, la denominada “economía de la pasión” de
la que tanto se habló en el final de la pandemia (el empoderamiento de los
artistas gracias a nuevas tecnologías, Web3 y desaparición de
intermediarios), termina 2022 con paños más fríos, porque
muchas de sus predicciones, como por ejemplo el gran surgimiento de una “clase
media creativa”, aún no se están cumpliendo.
La herramienta WeTransfer publicó días atrás su “Reporte de
Ideas 2022″, para el cual se encuestó a miles de creativos de 180 países: la
mayoría tiene problemas para monetizar, un 60% sienten incertidumbre de ser
reemplazados por nuevas tecnologías y se mueven en un contexto se
subvaloración, bajos ingresos y burn out por tener que estar
disponibles a toda hora.
Estados Unidos bloquea la tecnología de punta a China. Esto impide el total desarrollo del 5G y la profundización de la Cuarta Revolución Industrial en la República Popular.
El golpe infligido a China por EE.UU. en el desarrollo de su
industria de alta tecnología basada en la digitalización completa de sus líneas
de producción es enorme. A partir de la decisión del presidente Joe Biden y el
Congreso de Washington de prohibir en agosto pasado las exportaciones de
“chips” (semiconductores) de alta gama, así como de los bienes de capital
capaces de fabricarlos, es evidente que la República Popular ha
experimentado un retroceso significativo en el despliegue de la Internet 5-G,
así como de “la nube” o “cloud computing”, y en el dominio de la tecnología
decisiva de la Cuarta Revolución Industrial (CRI) que es la Inteligencia
artificial.
Esto le ha sucedido a la segunda economía del mundo
(US$18.6 billones/19% del PBI global), y la única capaz de competir con EE.UU
por el dominio de las tecnologías de avanzada de la 4ta revolución industrial.
La cuestión está centrada en los “chips” ubicados entre los
nanómetros (nm) 3 y 14 del proceso tecnológico, dónde la franja
absolutamente decisiva del cambio tecnológico es la de los segmentos
3, 4, 5 y 7.
En este punto se encuentra, centrado en el mundo de
la nanotecnología que utiliza un lenguaje infinitesimal, el núcleo del
conflicto geopolítico central que enfrenta hoy a EE.UU con la República Popular.
Cada nanómetro equivale a 1/10.000ava parte del diámetro de
un cabello humano, y se utiliza para medir la distancia existente entre los
transistores individuales de un “chip” de alta tecnología, lo que significa que
mientras menor sea la distancia que separa a estos bienes, más unidades y de
mayor potencia será posible colocar en cada semiconductor o “chip” individual,
todos ellos constituidos originariamente de una arena de naturaleza particular.
En definitiva, la ecuación más avanzada de la tecnología del siglo XXI se
reduce a uno de los objetos más elementales de la naturaleza.
“El poder es el control de la energía”, dice Ernest Jünger;
y la energía fundamental de la época es la que se transmite a
través de un tipo de arena particular, cuya potencia se mide en el lenguaje de
la nanotecnología, de características infinitesimales: el poder se ha
miniaturizado.
Sólo Corea del Sur y Taiwan producen hoy “chips” de menos de
6 nanómetros; y entre los 2 disponen de más de la mitad del
mercado mundial de semiconductores, lo que implica que hoy tanto China como
EE.UU .son ajenas al núcleo del poder en el mundo en su fase de producción.
Pero ocurre que EE.UU. domina todos los accesos a
esta franja decisiva: el diseño, la investigación, y el testeo o experimentación.
Hay que agregar a esto que la superpotencia norteamericana
tiene un virtual monopolio de la fabricación de bienes de capital de
este núcleo decisivo de los “chips”.
El dominio de los equipos industriales o bienes de capital
es lo que le otorga a EE.UU. la supremacía sobre China; y en este punto
crucial el retraso de la República Popular frente a EE.UU. es de 10 a
15 años, un periodo muy prolongado en la época de la instantaneidad.
Lo asombroso es que en estas condiciones EE.UU. haya optado
en esta contienda estratégica central de la época por priorizar el
debilitamiento de China antes que apostar al pleno despliegue de sus
fuerzas propias, a diferencia de lo que hizo en la Segunda Guerra Mundial,
o en el transcurso de la Guerra Fría.
El arma fundamental de EE.UU. para adquirir su supremacía en
el mundo ha sido la superior productividad de su economía y de su
sociedad, lo que ha ocurrido en los últimos 200 años de la acumulación
capitalista mundial.
Esta superior competitividad estadounidense ha surgido
siempre de una combinación entre los “animal spirits” (la pasión por invertir e
innovar) como rasgo esencial de la civilización estadounidense, expresión
acabada del “Nuevo Mundo”, sumada a una educación de avanzada y masiva, y
a una infraestructura de punta, ante todo una superior
conectividad, desde el Canal de Erie a Internet.
Pero ahora la fobia anti-China se ha convertido en uno de
los escasos – prácticamente el único – elemento de consenso nacional existente
hoy en EE.UU.
Este es el momento de mayor ruptura y fragmentación,
inclusive cultural, de la historia norteamericana desde la Guerra Civil de
1861/1865, en la que más de 500.000 norteamericanos del Norte y el Sur murieron
combatiendo en el frente de batalla.
Si EE.UU. otorgará prioridad absoluta al despliegue
de todo el potencial de su extraordinario genio creador, volvería a ser
imbatible, como lo ha reconocido en forma reiterada la República Popular.
En esta opción se vería favorecido por el hecho de que China
no pretende “vencer” o “dominar” a la primera superpotencia mundial,
porque, a diferencia de lo que sucede hoy en EE.UU., su objetivo es volver
a ser lo que ha sido a lo largo de sus 5.000 años de historia, el “Imperio
del Medio”, sólo que ahora del siglo XXI.
El dato estratégico central de la época es que China
cree en sí misma y actúa en consecuencia, mientras que EE.UU. no hace ni
una cosa ni la otra.
En estos términos se plantea la disputa estratégica
central entre las superpotencias del siglo XXI. No hay ningún otro
aspecto en discusión.