Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

jueves, abril 28, 2022

Cómo Dirigir Una Fuerza Laboral Polarizada


Julia A. Minson y Francesca Gino,  en la edición de marzo –abril de Harvard Business Review, plantean que uno de los retos más complicados a los que se enfrentan los líderes de las organizaciones es la gestión de diversas perspectivas. Mucho se ha escrito sobre los beneficios para los equipos y organizaciones de crear “equipos de rivales”, de considerar opiniones opuestas y de promover un desacuerdo productivo, pero la realidad muestra que las discrepancias en el caso de opiniones muy arraigadas, con frecuencia relacionadas con la identidad personal, suelen ser resistentes  y frecuentemente destructivas. El desafío para los líderes es, pues, promover debates apasionados mientras preservan la colaboración y la confianza, evitando la escalada de los conflictos. Muchos libros de management y auto – ayuda sugieren que las actitudes defensivas y el ego juegan un papel muy importante en la escalada de los conflictos, por lo que la solución normalmente recomendada suele referirse a dejar nuestro ego fuera (consejo difícil de seguir) y está basada en tres mitos muy comunes:

Mito 1: Las personas que no están de acuerdo con nosotros lo hacen porque no están informadas o no son inteligentes

Cuando nos encontramos con discrepancias un impulso común consiste en asumir que nosotros conocemos los hechos y los demás no. Pero la realidad es que cada uno de nosotros tendemos a centrarnos en  los datos que avalan nuestras creencias y desechamos o devaluamos aquellos que no lo hacen. La mente humana tiene dificultades para procesar información contradictoria pero establece fácilmente conexiones con las ideas que le resultan familiares, no por inseguridad ni por amenazas al  ego sino debido a limitaciones en nuestra capacidad de procesamiento. La evidencia que apoya nuestras creencias existentes es más fácil de detectar y de recordar, ya que “encaja”. Con el tiempo nuestras opiniones  van cristalizando alrededor de un conjunto de ideas familiares apoyadas por los miembros de nuestras redes profesionales, los medios de información que seguimos, los líderes que admiramos y los políticos que apoyamos. No consideramos u olvidamos la evidencia que apoya las perspectivas opuestas porque las encontramos con menos frecuencia y no cuadran con nuestra imagen mental. Las personas en ambos lados de un desacuerdo pueden estar bien informadas pero tener informaciones diferentes. Con el paso de los años los puntos de vista de aquellos con distintas experiencias de vida se separan todavía más, hasta que las personas viven diferentes realidades mentales. Creen que sus perspectivas se basan en evidencias incontrovertibles, en una lógica sólida y en verdades evidentes, por lo que tienen cada vez más problemas para captar aquello que apuntala las creencias de la otra parte. El resultado es que las diferencias que podrían ser fuente de nuevas ideas y productividad con frecuencia conducen a conflictos ya que las personas atribuyen los desacuerdos a la incapacidad de la otra parte para ver hechos aparentemente obvios.

Mito 2: Los desacuerdos hacen que las personas se pongan a la defensiva

Al examinar Julia A. Minus y su colaborador Charlie Dorison las emociones que las personas suelen manifestar cuando hablan con alguien con el que discrepan fuertemente han encontrado un patrón: altos niveles de enfado o ira, irritación y sensación de disgusto. Las personas piensan que sus oponentes, no ellos mismos, se sienten inseguros, amenazados y ansiosos y, cuando estos oponentes rechazan sus argumentos las personas asumen que lo hacen porque admitir que están equivocados puede resultar muy dañino para sus egos o muy amenazador para su visión del mundo. Estas percepciones nos permiten sentirnos superiores y nos dan una excusa para evitar el duro trabajo de intentar entendernos unos a otros y nos puede conducir a pensamientos irracionales como el pensar que siempre vamos a ganar en un debate.

Mito 3: Las discrepancias son malas

La mayor parte de las personas creemos que los conflictos son negativos y hacen todo lo que pueden para evitarlos. Pero diversas investigaciones han encontrado lo opuesto: los desacuerdos bien gestionados obtienen mejores resultados que los conflictos evitados, ya que pueden estimular la generación de mejores ideas, la creatividad y la innovación ayudando a las organizaciones a conseguir ventajas competitivas. Esperamos que los desacuerdos conduzcan al desastre, en parte, porque asumimos que la parte contraria no nos va a escuchar con la mente abierta. Cuando consideramos a los que mantienen puntos de vista opuestos con frecuencia nos apoyamos en estereotipos y nos convencemos de que sus posiciones son caricaturas extremas de lo que realmente son. Los psicólogos llaman a este efecto “falsa polarización” y hace que las personas piensen que si discuten un tema conflictivo con alguien que tiene opiniones distintas a las nuestras va a ser incómodo e inútil. Esta creencia hace que frecuentemente teman o eviten este tipo de conversaciones. Debido a estos mitos los líderes tienden a centrarse en evitar los desacuerdos o  a buscar compromisos para que éstos desaparezcan y los empleados hacen lo mismo. Pero si las discrepancias o los temas importantes no se gestionan adecuadamente los problemas se enconan, la comunicación eficaz se inhibe y puntos de vista importantes son suprimidos. Para construir verdadera colaboración los líderes deben empoderar a las personas para que puedan gestionar productivamente las opiniones opuestas. En este sentido las autoras ofrecen cuatro estrategias y una serie de pasos prácticos para alcanzar ese objetivo:

I.- MITIGAR LOS MIEDOS DE ESTAR EN DESACUERDO CON LOS DEMÁS

La mayor parte de las personas consideramos que es desagradable enfrentarnos a puntos de vista distintos de los nuestros, por lo que tendemos a salir de esas situaciones y a procurar olvidarlas lo antes posible. Solo una minoría analiza cuidadosamente las conversaciones complicadas buscando mejores estrategias para gestionar los conflictos para poder seguir adelante. Pero aprender sobre los desacuerdos y conflictos nos puede ayudar a que los recibamos sin temor y a que sepamos cómo gestionarlos en el futuro. Para fomentar este entendimiento Gino y Minson proponen:

1.- Ser conscientes de que los conflictos no tienen por qué ser tan malos como pensamos. De esta forma podemos aprender a encarar los conflictos voluntariamente y eventualmente experimentaremos los beneficios de enfrentarnos a visiones opuestas. Los líderes que entienden esto pueden ayudar a sus profesionales a mantener conversaciones productivas con aquellos con opiniones distintas.

2.- Buscar puntos de acuerdo. En estudios sobre la experiencia emocional de los desacuerdos Minson y sus colaboradores preguntaban a los participantes el porcentaje de los argumentos de un oponente pensaban que iban a estimar o desestimar antes de escucharlo o leerlo. Las personas normalmente tendemos a sobrestimar los desacuerdos y por tanto los encuestados se sentían agradablemente sorprendidos ante el grado de acuerdo real. En ocasiones buscar puntos en común consiste en recordar a las personas los objetivos que les han reunido desde el primer momento.

3.- Dirigir los desacuerdos hacia la tarea no hacia las personas. Para ser eficaces los conflictos deben girar alrededor de las tareas y no de las personas. Por ejemplo un estudio longitudinal realizado por Karen Jehn y Elizabeth Mannix encontró que los equipos de alto rendimiento suelen tener niveles bajos de conflicto interpersonal y altos niveles de desacuerdo sobre la forma de enfocar el trabajo. Muestran también altos niveles de confianza y respeto y mantienen discusiones abiertas sobre posibles enfoques del trabajo a realizar.

II.- ENSEÑAR A LAS PERSONAS A TENER UNA MENTE ABIERTA

1.- Considerar intencionalmente información de la perspectiva opuesta. La clave para conseguir un patrón mental receptivo consiste en contemplar la información desde los ojos del que la transmite. Esto requiere que abandonemos el camino sencillo de considerar a las personas con opiniones distintas a las nuestras como poco inteligentes o malvados mientras nos decimos que ya hemos realizado todos los esfuerzos emocionales e intelectuales que se pueden esperar razonablemente. La receptividad no implica que cambiemos nuestro punto de vista o que toleremos opiniones que consideramos ofensivas o irracionales. Podemos escuchar atentamente los argumentos, comprenderlos y seguir pensando que nuestras ideas son las correctas. El fin último es crear una mayor perspectiva, respeto mutuo y disposición para colaborar.

2.- Utilizar el “triángulo de la escucha”. Los expertos en resolución de conflictos utilizan esta técnica para ayudar a las personas a superar la idea de que son intelectualmente superiores a sus oponentes. Consiste en seguir tres pasos:

a).- Preguntar al contrario sobre sus opiniones.

b).- Repetir lo que ha dicho, con sus propias palabras,  para asegurarse de que ha entendido lo que ha dicho el oponente.

c).- Repetir, comenzando con la misma pregunta o con otra muy similar.

Las personas con frecuencia pensamos que entendemos lo que otros  quieren decir después de escuchar la respuesta a una sola pregunta, pero si volvemos a hacerla o una pregunta similar puede que desvele nueva información o el razonamiento que está detrás de la perspectiva del oponente. Al utilizar el “triángulo de la escucha” podemos asegurarnos de que nuestras presunciones sobre las razones de las creencias de alguien están basadas en la realidad y no en nuestros prejuicios.

3.- Centrarse en el aprendizaje. Aunque las personas generalmente abordan los desacuerdos esperando persuadir a la otra parte, las investigaciones de las autoras muestran que es más útil tener el objetivo de aprender y asumir que los demás lo comparten. Cuando nos centramos en el aprendizaje nos alejamos de enjuiciar y nos mostramos más abiertos a entender las experiencias  y opiniones de otras personas. Una técnica propuesta por Jane Risen y sus colaboradores consiste en que después de que alguien exprese una opinión con la que no estamos de acuerdo, le demos las gracias por ello y reconozcamos aspectos de su perspectiva que apreciamos, para pasar, posteriormente, a presentar nuestros argumentos.

III.- ESCOGER NUESTRAS PALABRAS CUIDADOSAMENTE

Las investigaciones de Minson y Gina muestran que podemos indicar nuestra disposición a escuchar receptivamente a través de palabras que reconocen la perspectiva de la otra persona y que presenten las nuestras con humildad y positividad. Estas conclusiones surgieron después de desarrollar un algoritmo de procesamiento del lenguaje natural  para identificar palabras  y  frases que conducen a que las personas sean percibidas como receptivas ante la opinión de otro en un desacuerdo.  El algoritmo identificó unas técnicas que expresan receptividad. Éstas son:

1.- Aprovechar las cualidades innatas de las mujeres. Las investigaciones de las autoras muestran que las mujeres tienden a exhibir naturalmente receptividad en las conversaciones ya que espontáneamente usan el lenguaje que el algoritmo ha identificado. Por tanto, siempre que sea posible, se debe procurar que las mujeres lideren las conversaciones sobre temas conflictivos y, si los recursos son escasos, centrar la formación en receptividad en los hombres.

2.- Establecer un tono receptivo desde el principio, ya que se ha comprobado que los comunicadores tienden a emular el tono de los demás. Comenzar con un tono beligerante puede iniciar una espiral destructiva.

3.- Ejercer de modelo. Los líderes que deseen que otros compartan sus actitudes y se sumen a sus metas lo conseguirán con más facilidad si demuestran humildad intelectual y utilizan lenguaje receptivo en lugar de agresivo. La actitud abierta construye una cultura de seguridad psicológica.

Isabel Carrasco


lunes, abril 25, 2022

La conformación de las parejas, ¿un factor determinante del nivel de desigualdades sociales?

Según algunas investigaciones, si personas de similar capacidad de generación de ingresos se unen en una relación amorosa, el nivel de disparidades será mayor que si se trata de dos personas con diferente potencial; por qué existe un vínculo entre el “emparejamiento positivo” y los indicadores de la realidad de una población.

En su libro póstumo el gran investigador inglés Anthony Atkinson repasa las fuentes de desigualdad de ingresos y de riqueza en los países desarrollados. Y, aunque destina el mayor esfuerzo a estudiar el papel de los factores determinantes usuales, como los ingresos laborales, el capital, las políticas fiscales, no se olvida de un factor que a primera vista podría parecer intrascendente: las decisiones de formación de parejas. El patrón de conformación de parejas en un país puede ser un determinante significativo del grado de transmisión intergeneracional de la riqueza y un factor relevante para entender la desigualdad de ingresos.

Un ejemplo simple ilustra el punto. Antonio y Carmen tuvieron la posibilidad de completar estudios de posgrado, que les facilitaron el acceso a puestos altos en una empresa; su ingreso individual mensual es de 1000 pesos. José y Dolores, en cambio, solo terminaron la secundaria y tienen acceso a un empleo con un ingreso mucho más bajo, digamos de 200 pesos. Si Antonio y Carmen forman pareja, su ingreso per cápita será de 1000 pesos, asumiendo que no tienen hijos. En la misma situación, si José y Dolores conforman un hogar, su ingreso per cápita será de 200 pesos. La brecha de ingresos en este grupo de cuatro personas es 5: la desigualdad es alta. Pero supongamos ahora que estas relaciones fracasan, y al poco tiempo Antonio comienza a convivir con Dolores, y Carmen con José. Si ninguno cambia su trabajo producto de su nueva situación conyugal, el ingreso per cápita en ambas nuevas parejas será el mismo: de 600 pesos: la desigualdad habrá desaparecido. Sigue habiendo desigualdad en los salarios, pero dado el nuevo patrón de conformación de parejas, cada persona tiene acceso al mismo ingreso familiar y, por lo tanto, no habrá diferencias en términos del nivel de vida que pueden llevar hoy, o de los recursos y oportunidades que les puedan ofrecer a sus hijos en el futuro.

El ejemplo ilustra la relevancia de las decisiones de emparejamiento conyugal. Si la formación de parejas se da entre personas con una semejante capacidad de generar ingresos, el nivel de desigualdad en una sociedad es más alto que bajo otro patrón de emparejamiento. ¿Qué ocurriría si en un país se disolvieran todas las parejas y se volvieran a conformar de manera completamente aleatoria? Un estudio para la Argentina sugiere que en esa situación ficticia el coeficiente de Gini de la distribución del ingreso per cápita familiar se reduciría en 10 puntos; un cambio de magnitud enorme que correría a la Argentina varios escalones abajo en la escalera mundial de la desigualdad.

El “emparejamiento positivo”, es decir, el fenómeno de conformación de parejas entre personas socialmente parecidas, es marcado en el caso de América Latina. En la Argentina, por ejemplo, la correlación entre los años de educación formal de los cónyuges, un indicador sencillo de emparejamiento positivo, es alta (0,66). Ese valor es aún más grande en sociedades más segregadas, como México (0,71), Chile (0,73) o Bolivia (0,75). El valor más bajo se da en Uruguay (0,61). De hecho, existe una relación estrecha entre emparejamiento y desigualdad: países con alto emparejamiento positivo son países de alta desigualdad de ingresos. No hay que apresurarse en sacar conclusiones de esta correlación. En parte, es el reflejo del fenómeno que ilustramos con las dos parejas del ejemplo: el emparejamiento positivo exacerba la desigualdad de ingresos. Pero la causalidad puede también ser inversa: la desigualdad de ingresos genera sociedades cada vez más segregadas, debilita las interacciones entre grupos y termina incentivando la conformación de parejas entre personas semejantes. Dos últimos comentarios sobre este tema: uno histórico, otro actual. Un instrumento central en la estrategia para conservar las grandes riquezas a lo largo de la historia era casar a los primogénitos con herederos de otras casas reales. Un sistema de herencias repartidas por igual a todos los descendientes, sumado a un emparejamiento conyugal menos estricto terminaría en pocas generaciones diluyendo las fortunas y con ellas, el poder. Las noblezas de todas las épocas siempre han tenido muy en claro ese efecto y muchas siguieron protocolos rigurosos para evitarlo.

Ahora, el ejemplo moderno. En parte, el emparejamiento positivo es el resultado de que personas con semejante nivel socioeconómico frecuentan los mismos lugares físicos –escuelas, universidades, clubes–, donde tienen oportunidad de interactuar y conocerse. Pero, ¿Qué ocurriría si los encuentros se dieran en un ámbito más democrático en el que todos tuvieran oportunidades de entrar? Recientes estudios referidos a citas online sugieren un fenómeno semejante en los encuentros facilitados por internet. Es más, algunos resultados indican que el emparejamiento positivo es aún mayor que sin la ayuda tecnológica. El crecimiento de las bases de datos de los sitios de citas online y el perfeccionamiento de los algoritmos de matching ayudan a encontrar con más eficiencia lo que en general la gente busca para formar pareja: alguien con gustos y preferencias parecidos, con experiencias y motivaciones semejantes: típicamente alguien del mismo estrato social. En un reciente trabajo, los autores André Chiappori, Bernard Salanié y Yoram Weiss muestran evidencia de dos fenómenos: un aumento en el grado de emparejamiento positivo y un incremento en el tiempo y el esfuerzo que los padres de alto nivel educativo dedican a sus hijos. Por supuesto, ninguno de estos fenómenos es malo per se, pero los autores comparten una preocupación: si las personas con altos niveles de capital humano se juntan entre ellas e invierten mucho en el capital humano de sus hijos, la brecha entre estos niños y aquellos nacidos en familias menos educadas se ampliará. Pero esto no acaba acá: la nueva situación de mayores brechas es el escenario propicio para mayores divergencias en los patrones de emparejamiento y de inversión en educación en la próxima generación: una espiral de desigualdades.

Leonardo Gasparini

jueves, abril 21, 2022

El Síndrome del Impostor tiene sus Ventajas


Eben Harrell en la edición de mayo – junio de Harvard Business Review comenta las investigaciones que realiza Basima A.Twefik sobre el síndrome del impostor. Éste es el sentimiento de ser un fraude o de inadecuación a pesar de tener una reputación de éxitos en el trabajo. En dos estudios de campo efectuados por Tewfik examinando profesionales que presentan dicho síndrome ha descubierto que dichas personas adoptaban una orientación más centrada en sus interacciones sociales, por lo cual se consideraban que eran más efectivas interpersonalmente, mostrando que el síndrome del impostor tiene también ventajas.

Las personas que están familiarizadas con el síndrome tienden a pensar que es dañino, ya que la creencia de que no eres tan competente como los demás piensan puede hacer que nos sintamos ansiosos y nuestra autoestima se vea afectada negativamente. La investigación de Tewfik muestra que al experimentar este fenómeno nos impulsa a que seamos más adeptos a las relaciones lo que es un ingrediente clave para el éxito profesional. Por ejemplo, en un estudio médicos residentes que tenían más pensamientos sobre el síndrome eran mejores a la hora de manejar interacciones sensibles con sus pacientes lo que llevaba a que éstos les concediesen mejores valoraciones por sus habilidades interpersonales.  

En otro estudio los candidatos a un trabajo preocupados por su posible “impostura” hacían más preguntas durante las charlas informales previas a las entrevistas por lo que eran vistos por los responsables de la selección como poseedores de mejores competencias relacionadas con las personas. En esencia el síndrome del impostor nos hace estar más centrados en las percepciones y sentimientos de los demás, lo que hace que seamos más atractivos. Por otro lado los sentimientos de impostura no parece que dañen el desempeño, ya que puede ser que tener este tipo de pensamientos puede proporcionar la motivación suficiente para que procuremos ofrecer nuestro mejor trabajo.

Para determinar si alguien presenta el síndrome del impostor y en qué grado hay que medirlo de forma que capte su característica más definitoria: la creencia de que los demás sobreestiman nuestra competencia. Tewfik ha desarrollado y validado una encuesta en la que específicamente pregunta a las personas con cuanta frecuencia tienen pensamientos del tipo: “las personas cercanas a mí piensan que soy más competente  de lo que yo pienso que soy” o “otros piensan que tengo más conocimientos de los que pienso que tengo en el trabajo”.

La investigadora piensa quede  los resultados de sus estudios se puede concluir que no debemos inducir intencionalmente pensamientos sobre nuestra posible impostura para conseguir relaciones profesionales más potentes, sino que cuando nos encontremos manteniendo este tipo de pensamientos, como nos puede pasar de cuando en cuando, no debemos incrementar el estrés que les acompaña pensando, además, que necesariamente vamos a realizar un trabajo pobre.

Una estadística frecuentemente citada sugiere que casi un 70% de la población ha experimentado este tipo de pensamientos al menos en algún momento de su carrera profesional. Suelen aparecer con mayor intensidad cuando nos enfrentamos a nuevos retos, comenzamos un nuevo trabajo o nos encontramos con nuevas tareas tras una promoción.

Cuando las personas manifiestan que este fenómeno está más representado en algún grupo minoritario, en realidad se están refiriendo a algo más insidioso: la falta de pertenencia. Un verdadero pensamiento del impostor es: “Mis compañeros piensan que soy más inteligente de lo que soy” y no “Creo que otras personas se cuestionan si pertenezco aquí o no soy lo suficientemente inteligente”. 

Por tanto, si un directivo escucha a un profesional de un grupo minoritario expresar pensamientos que suenan a los manifestados por los que presentan el síndrome del impostor, se debe plantear si existe en realidad un problema de inclusión.  Tal vez el profesional está trabajando en un entorno laboral hostil y con prejuicios.

Isabel Carrasco


martes, abril 19, 2022

Cómo aprovechar correctamente las redes sociales para impulsar tu emprendimiento

Las redes sociales siguen siendo una herramienta fundamental para comunicarte con tu público objetivo. Estos consejos te ayudarán a utilizarlas correctamente.

Las redes sociales se han convertido en una poderosa herramienta para que empresas y emprendedores logren una amplia visibilidad de sus productos o servicios. Los datos de 2021 estiman que 4,300 millones de personas utilizan redes sociales, lo que representa más de la mitad de la población global, que se calcula en 7,900 millones de personas. Esto sin duda evidencia que en este tipo de plataformas las posibilidades de llegar al público objetivo deseado son bastantes.

Para las marcas, hoy es casi que una obligación utilizar las redes sociales dentro de su estrategia comercial, pues en promedio los usuarios pasan alrededor de dos horas y media por día en plataformas sociales. Sin embargo, en el proceso se deben tener en cuenta ciertos aspectos importantes para establecer con éxito una ruta correcta que permita conocer perfectamente los gustos y necesidades de los clientes. Lograr conectar con la audiencia es clave.

El primer paso es identificar en cuál o cuáles de las redes sociales del momento se encuentra su target. Esto es sumamente necesario conocerlo ya que en la actualidad la lista de redes sociales de alto consumo es diversa, con plataformas como TikTok, Instagram, Facebook, Twitter, Kwai, entre otras. Hay que entender que en cada una de ellas su nicho puede variar bastante. A continuación, algunos consejos que debes tener en cuenta para que tu marca o emprendimiento logre un impacto positivo en redes sociales:

Crea el contenido pensando en tu público

Por más que sea importante mantener un ritmo constante de publicaciones, la verdad es que no tiene mucho sentido crear contenido que no esté en sintonía con tu público. Para mejores resultados siempre es completamente necesario conocer muy bien a tu cliente, sus gustos y qué aspectos de tu marca les ha llamado la atención. Eso te permitirá diseñar el contenido indicado, con el lenguaje ideal y el tono perfecto que permita conectar y crear lazos con ese público objetivo.

Para qué vas a publicar 

A diferencia de lo que ocurre con los perfiles personales, cuando se trata de marcas personales o emprendimientos es importante tener clara la intención de cada publicación. No solo hay que conocer bien qué es lo que quiere mi público, sino también el objetivo de postear algo. 

Algunas de las preguntas a tener en cuenta antes de publicar son: ¿Qué reacción quiero generar?, ¿Cuál es la interacción que deseo?, ¿Paraqué estoy compartiendo esta información?

No muestres todo el tiempo lo que vendes

Ya hablamos de la importancia de conectar y establecer conexión con el público. Por ello, es importante tener claro que no todo lo que publiques tiene que estar relacionado con los productos o servicios que vendes. Esto de ninguna manera te ayudará a fidelizar tus clientes; al contrario, puede costarte seguidores. 

Las marcas que logran llegar a la mente del consumidor se destacan de sus competidores por compartir su filosofía y conectar con el lado humano. En tu plan también debes incluir por ejemplo contenido relacionado con el compromiso social de la marca, de esta manera se crean mejores conexiones que cuando solo se comparte lo que se quiere vender.

Escucha a tus clientes

La comunicación es parte fundamental de cualquier conexión en redes sociales. Mostrarse atento a resolver las dudas, tanto antes como después de concretar las ventas,  es el mejor mensaje que puedes dejar a tus clientes. 

No solo brinda respaldo y seguridad para que estos se animen a comprar de nuevo, sino que también impacta de forma positiva para que la opinión de esos terceros transmita confianza y tranquilidad a otras personas interesadas en tu marca.

Rastrea el impacto de lo que publicas 

La forma correcta de conocer si estás haciendo un buen trabajo es midiendo el impacto de tus publicaciones. La mayoría de las redes sociales ofrecen métricas profundas sobre cómo han reaccionado las personas a tus publicaciones, por lo que es necesario hacer una revisión semanal para que nunca pierdas de vista qué es lo que más le gusta a tus seguidores, quiénes son las personas que mejor han reaccionado, e incluso cuáles son los  mejores horarios para publicar. 

Con todos estos datos puedes perfeccionar tu trabajo y crear mejor contenido para generar cada día un mayor impacto en redes sociales.

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Sergio Ramos Montoya  es editor del sitio Social Geek.

lunes, abril 18, 2022

Las principales economías de Europa dan un paso atrás

El impacto de la invasión de Rusia a Ucrania y la incertidumbre que persiste por el Covid-19 tuvieron su efecto en varios países, según reflejan los indicadores. 

    Un local cerrado en Alemania, en la economía pospandemia.NurPhoto - NurPhoto

MADRID.– Las principales economías de Europa dan un paso atrás. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ve síntomas de ralentización en los países del viejo continente: la actividad económica ha retrocedido 0,17% en marzo respecto de febrero en la zona euro, según sus indicadores publicados en los últimos días. El frenazo económico se debe a los efectos de la guerra de Ucrania, así como también a la incertidumbre que todavía persiste por la pandemia. “Hay una pérdida de impulso del crecimiento en Europa”, apunta la OCDE en su comunicación sobre el tema.

En Alemania (-0,13% en marzo), Francia (-0,25%), Italia (-0,23%), Reino Unido (-0,28%) y España (-0,16%) se observa una desaceleración de la marcha de la actividad en los últimos meses. En el caso español, si se mira el crecimiento mes a mes, la conclusión es que el país entró en terreno negativo en noviembre último, en tanto que la caída se acentúa desde entonces. Esto se suma a las previsiones de las principales casas de estudio, que reducen en unos tres puntos las estimaciones de crecimiento del PBI de España para este 2022.

En la zona euro en su conjunto, el descenso de la actividad se ubicó en 0,17%. “Se prevé una pérdida de impulso del crecimiento, espoleada por una contracción de los indicadores de confianza de los consumidores y por el aumento de la inflación”, añade la OCDE. El organismo advierte de que este indicador se debe interpretar con cautela. Como avisan todas las organizaciones que lanzan ahora sus previsiones, los cálculos están muy expuestos al devenir de la invasión de Rusia a Ucrania. Es decir, en función de la duración y de la intensidad de la guerra, los estragos económicos podrán ser mayores o menores. Además, también persisten las dudas con respecto a qué ocurrirá en el mundo con el coronavirus y las posibles nuevas variantes.

En otras regiones

Fuera de Europa, entre las economías que están dentro del organismo, la tendencia sigue siendo estable. Esto se observa con Estados Unidos, Japón y Canadá. Y entre los emergentes, China y la India mantienen un crecimiento estable. No ocurre lo mismo con Brasil, país en el cual se aprecia una desaceleración importante. Entre los Estados latinoamericanos miembros de la OCDE, sorprende la caída de Chile, con un descenso del 0,48% en marzo.

El indicador adelantado de la OCDE que se conoció días atrás trata de anticipar en un plazo de entre seis y nueve meses las fluctuaciones en el ciclo económico. Se basa en una serie de parámetros como las carteras de pedidos, los indicadores de confianza, los permisos de construcción, los tipos de interés a largo plazo y los patentamientos de automóviles, entre otros.

Sobre el zarpazo de la invasión rusa a Ucrania, la OCDE ya publicó a mediados de marzo un primer impacto sobre el impacto económico. Aunque matizaba que la situación era muy incierta y todo quedaba a expensas de la duración de la ofensiva, calculaba que el PBI global perdería al menos un punto porcentual.

En el caso de la zona euro, la caída sería incluso mayor, de 1,4 puntos, por su cercanía y por su mayor dependencia energética con Rusia. Otros organismos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que la economía ucrania se reducirá un tercio, en tanto que el Banco Mundial modificó su estimación y acercó el desplome proyectado del producto bruto de Ucrania a casi la mitad. © El País

Hugo Gutiérrez


domingo, abril 17, 2022

Anomalías y riesgos inimaginables: lecciones del espacio para la incertidumbre extrema


Cuatro personas vivieron la experiencia de la misión Axiom, que las llevó a la Estación Espacial Internacional Nasa

La novela La anomalía (Seix Barral), que ganó el prestigioso Premio Concourt en Francia, cuenta la historia de un avión que llega dos veces a Nueva York, con la misma gente, pero con meses de diferencia. Su autor, el matemático y novelista Hervé Le Tellier, recorre en su libro el devenir de distintos personajes (duplicados) a partir de este suceso inexplicable. 

¿Qué pudo haber pasado? Las hipótesis posibles llegarán de una discusión entre los mejores científicos del planeta: matemáticos, físicos, filósofos y de otras disciplinas. En la búsqueda de antecedentes aparece el ataque a las Torres Gemelas en 2001, que demostró cómo el sistema no está preparado para cubrir riesgos extremos: bastante antes de ambos impactos, en Nueva York se sabía que los aviones habían sido secuestrados por terroristas, pero nadie se animaba a dar la orden que hubiera salvado miles de vidas (derribarlos), entre funcionarios que se iban pasando la pelota. Con posterioridad se diseñaron cientos de protocolos para casos inimaginables, que incluyen hasta un encuentro con una nave extraterrestre.

El astronauta estadounidense Robert “Bob” Springer está acostumbrado a pensar sobre lo extremadamente improbable. Fue dos veces tripulante en misiones del transbordador Atlantis, en 1989 y en 1990, en los proyectos que sucedieron a la explosión del Challenger en 1986, considerada la mayor tragedia de la historia de la carrera espacial. El programa se congeló por más de 30 meses hasta que se concluyó, cuenta Springer, que, más allá de los problemas técnicos, hubo fallas de la cultura de toma de decisiones: gente que veía riesgos en la previa pero que no se animaba a levantar la mano. 

Springer, de 80 años ahora, conversó con LA NACION en el marco de la Experiencia Set NASA, una visita de una semana de 25 empresarios al Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, que incluyó entrenamiento de astronautas, un simulacro de misión a Marte y ver el despegue en vivo de un cohete tripulado, además de la charla con el jefe de ingeniería del Atlantis. 

Cuando habla del Challenger, Springer no puede evitar que se le llenen los ojos de lágrimas: el piloto de aquella nave, Michael Smith, una de las siete víctimas de la explosión que ocurrió a 73 segundos del despegue, fue su compañero en las escuelas de entrenamiento, y sus familias eran muy cercanas.

Luego de ese evento, Springer y su equipo tuvieron que hacer cientos de modificaciones en el proyecto. Dedicaron muchas horas a componer una matriz de riesgos, con un eje de probabilidad y otro de impacto asociado, y consideraron nuevos protocolos para lo inimaginable. “Ahora está muy de moda hablar de ‘cambios’, pero debe haber pocos cambios comparables a los que experimentamos los astronautas: en un instante estás quieto y ocho minutos después viajás a 25 veces la velocidad del sonido.

 Una vuelta completa a la Tierra cada hora y media. Eso es un cambio”, cuenta el exastronauta. En esos ocho minutos de transición no tuvo miedo: estaba, como los deportistas de alto rendimiento, en “la zona”, esa instancia donde el foco se vuelve extremo, uno entra en estado de flujo y atención plena y todo parece transcurrir en cámara lenta. 

Había más de 400 indicadores para monitorear en la cabina principal: nada de tiempo para distracciones. Por las noches, cuando sus compañeros dormían unas pocas horas (en bolsas de dormir atadas a las paredes, para no moverse suspendidos en el aire), Springer optaba por mirar despierto el maravilloso espectáculo a través de las ventanas de la nave: la autora boreal como nadie la puede ver desde la Tierra o la nube de contaminación que muestra la fragilidad extrema del planeta ante la potencia del sol. “Eran misiones de solo cinco días, ya iba a tener tiempo de dormir a la vuelta”, cuenta a LA NACION.

Además de los vuelos del Atlantis y de su experiencia como piloto en Vietnam, Springer trabajó varios años en el sector privado, en la empresa Boeing. Afirma ahora que el mundo de los negocios tiene muchas veces una aproximación muy naíf a la incertidumbre. “Se subestima el tiempo de entrenamiento, que es lo que permite reaccionar a tiempo. En las empresas se piensa que entrenar es ver aburrido unos power points”, dice.

Muchas de las posibilidades que se abren con las nuevas tecnologías, para la NASA son moneda corriente desde hace décadas. ¿La Web3 va a permitir la colaboración a gran escala? El programa Apolo involucró el trabajo en equipo de más de 400.000 personas: eso es colaboración. Y cuando no existía blockchain ni nada parecido.

Springer remarca el costo de los “silos” en las empresas, por lo cual en la NASA ponen mucho énfasis en la comunicación clara: el contacto entre la nave y el centro de operaciones está mediado por una sola persona, que tiene que ser un astronauta (para que se hable “el mismo idioma”), además de saber sí o sí inglés y ruso. 

En la creciente complejidad (tanto de las misiones espaciales como del campo de los negocios) se volvió indispensable la figura de un “líder integrador”. “Siempre fue algo importante, ahora diría que ya es una cuestión de vida o muerte”, especifica el extripulante del Atlantis.

De a poco, mundos que parecían muy distantes (el de la carrera espacial y el de los negocios) se empiezan a acercar, explica Springer, en buena medida por la llegada en la última década de jugadores del sector privado. Ir al espacio se convirtió en un negocio muy redituable, que incluye desde el (proyectado) minado de asteroides, hasta el turismo espacial, pasando por la investigación de biotecnología en condiciones no replicables en la Tierra, para descubrir nuevos medicamentos y materiales.

En el Centro Kennedy se pasa por los hangares de Blue Origin (de Bezos), Boeing y SpaceX (de Musk) antes de llegar al Jardín de los Cohetes de la NASA, donde dimos las capacitaciones en la experiencia que organizamos junto con Jonatan Loidi, Julián González y Fernando Cánepa, en la primera asociación de la NASA para un proyecto de Latinoamérica de este tipo.

El último día, el despegue de la misión Axiom (que se vive en Cabo Cañaveral como si fuera un clásico de fútbol, con miles de visitantes que llegan disfrazados o con remeras alusivas) llevó, por primera vez en la historia, a cuatro civiles que pagaron para llegar a la Estación Espacial Internacional. SpaceX fue parte de la iniciativa: las remeras y el merchandising de la empresa de Musk en la tienda de regalos cuestan el doble que las de la NASA, Boeing o Blue Origin. 

En un mundo donde las palabras “inimaginable” o “impredecible” nunca se usaron tanto para describir la realidad, los 243 pasajeros de La anomalía (novela que terminé de leer en el vuelo de regreso, definitivamente no el mejor lugar para hacerlo) los tripulantes de las misiones espaciales saben mejor que nadie lo que es vivir en el extremo de la matriz de riesgos improbables.

Sebastián Campanario


sábado, abril 16, 2022

Las palabras importan: consejos para impulsar las comunicaciones de liderazgo

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En este post comparto mi visión sobre la importancia de las habilidades comunicativas para un líder y algunos tips que me ayudan a representar a la empresa ante diferentes públicos.

Hay una frase famosa: " Eres lo que comes". Me parece que todo libro sobre administración y cooperación con los empleados debería comenzar con las palabras: "Eres lo que dices". Continuando con la analogía, " Tu negocio mira el camino” tú lo presentas. A medida que avanzaba mi carrera, comencé a tomar nota de la importancia de las habilidades de comunicación del liderazgo, ya que comenzaron a influir no solo en la productividad de los equipos a mi cargo, sino también en el desarrollo del negocio en general. En este post comparto mi visión sobre la importancia de las habilidades comunicativas para un líder y algunos tips que me ayudan a representar a la empresa ante diferentes públicos.

Por qué todo líder necesita mejorar sus habilidades de comunicación

A medida que crezca su negocio, se enfrentará a la necesidad de dar comentarios y entrevistas, hablar en nombre de la empresa y comunicarse con los socios muchas veces. A partir de este punto, el éxito de tu negocio depende de cómo te comuniques con tu audiencia. 

Las personas necesitan a las personas, por lo que el público asocia las empresas y sus productos con los representantes de las empresas, incluso cuando los representantes evitan la publicidad. Los líderes también transmiten los valores de la empresa, influyendo en la percepción pública del negocio. 

Al mismo tiempo, la responsabilidad crece en consecuencia: el futuro del negocio depende de lo que digan los líderes de la empresa. Las palabras se propagan a todos los rincones del mundo en segundos, por lo que debe controlar cuidadosamente lo que dice junto con dónde y cómo lo dice. En este punto, debes aprender a controlar tus emociones y perfeccionar tus habilidades de comunicación pública.

Cómo me di cuenta de que era hora de mejorar mis habilidades de comunicación

A medida que el negocio se ha desarrollado a nivel internacional, y desde que me convertí en co-CEO de Parimatch Tech , la comunicación ha crecido significativamente. Como socio, solo solía comentar públicamente sobre una gama bastante limitada de cuestiones legales. 

Pero ahora participo en negociaciones con socios, reguladores, representantes gubernamentales y representantes del sector de TI del país en eventos como Web Summit y doy múltiples entrevistas a periodistas. En un momento, se estaban llevando a cabo tantas negociaciones importantes que sentí la necesidad de mejorar la forma en que me comunicaba con diferentes audiencias.

Consejos para comunicar pensamientos justo en el objetivo

No, no soy el tipo de persona que puede inspirar a sus colegas a mover montañas o lanzar naves espaciales con solo unas pocas palabras bien escogidas. Pero sigo algunos trucos y consejos que me ayudan a comunicarme con las personas y transmitir los valores del negocio a nuestros socios con mayor precisión. Aquí hay algunos consejos que he formulado a lo largo del camino.

Nunca es tarde para aprender de los profesionales

Si queremos aprender a conducir, vamos a una autoescuela. Las habilidades de comunicación se desarrollan utilizando el mismo enfoque. Debo admitir que no entreno regularmente con un mentor. Sin embargo, me entreno periódicamente para desarrollar habilidades para hablar en público. Además, cuando me preparo para conferencias o reuniones importantes, ensayo en privado y practico mi discurso con un mentor para hablar en público. Nunca es tarde para aprender.

El humor es una herramienta delicada

El humor ayuda a “romper el hielo”, pero es importante saber cuándo usarlo. El humor existe en una situación de comprensión profunda del contexto general. Cuando los contextos son sorprendentemente diferentes, la gente no entiende el chiste, y eso crea distancia. 

He decidido no hacer bromas cuando los contextos son demasiado diferentes. Piensa en los componentes: la misma organización, el mismo idioma, la misma geografía, la misma edad, el mismo género, los mismos intereses, la misma cultura, etc. Cuantos más puntos no coincidan, menos probable es que la broma sea una buena idea.

Pero cuando se tiene confianza en conocer el contexto y comprender la cultura, hacer bromas con personas de otras organizaciones y culturas ayuda a generar confianza rápidamente. Una broma siempre conlleva el riesgo de ser malinterpretada, pero atravesar este riesgo juntos, genera confianza.

No tengas miedo de ser tú mismo

 Esto es vital para ganarse la confianza de la audiencia porque es difícil empatizar con alguien que es “perfecto”. Y donde no hay empatía, no hay confianza. 

Es útil aceptar sus fracasos pasados como una parte esencial del viaje, reconocerlos y aprender las lecciones. Comparte tus fracasos con tu audiencia y la gente confiará más en ti. 

La inmediatez, la honestidad y el ser uno mismo son atributos esenciales para un líder que quiere ganarse la confianza. Mostrar debilidad está permitido y, a veces, es necesario, pero hágalo con prudencia y solo cuando sea apropiado.

Trate de evitar la trampa del vacío de información

Dado que usted es el jefe, puede imaginar que sus oyentes se aferran a cada una de sus palabras. Pero eso no es necesariamente así. 

Usar en exceso la jerga corporativa y los clichés, adoptar un tono formal, dar respuestas evasivas a las preguntas y hacer tediosas presentaciones de texto a partir de discursos escritos en papel son formas seguras de perder a su audiencia en el aburrimiento, el escepticismo y posiblemente el sueño. Este enfoque no inspira ni convence a nadie. 

Para evitar estas trampas, recopile comentarios o pídales a las personas que compartan lo que se llevaron de su presentación. Te sorprenderá, pero en un tercio de los casos, las personas te dicen algo completamente diferente de lo que les dijiste; esta es una señal clara de que no lograste transmitir la idea. Analice siempre estos casos, busque sus errores de comunicación y obtenga comentarios de personas de confianza.

La lengua puede mentir, pero el cuerpo no

Antes de que abras la boca, el resto de tu cuerpo ya ha comenzado a hablar por ti: expresiones faciales, gestos y miradas. El cuerpo no siempre sigue a la lengua, e incluso el entrenamiento actoral no te ayudará a engañar a una audiencia atenta. El lenguaje corporal es algo a tener en cuenta, especialmente si tienes algo que ocultar

Los errores son el mejor maestro

Todo el mundo los hace, incluso los mejores de nosotros. Por eso estudio las áreas de mis comunicaciones que mis oyentes malinterpretan y me concentro en ellas. Para encontrar las áreas problemáticas, debe controlar las reacciones de las personas a sus palabras y aprender a leer las señales no verbales de irritación o pérdida de atención.

Unas pocas palabras en conclusión

La comunicación de liderazgo debe involucrar al oyente, involucrarlo en la visión, generar confianza, inspirar confianza y energizar. Para atraer a los mejores especialistas, debe convencerlos de que sería mejor que trabajaran con usted. 

Además de proporcionar una visión clara de la interacción, el compromiso también ayuda. Hay una fórmula para generar compromiso: sé tú mismo, sé honesto, demuestra tus logros pasados y presenta una estrategia para el futuro. 

Como con cualquier habilidad, la comunicación efectiva requiere práctica. Practique, obtenga comentarios y siga trabajando en ello; esto tendrá un impacto positivo no solo en su negocio sino también en su vida personal.

Este artículo fue traducido de nuestra edición en inglés utilizando tecnologías de IA. Pueden existir errores debido a este proceso. Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.

Maksym Liashko 


martes, abril 12, 2022

5 consejos que te ayudarán a mejorar tu economía personal

Cinco consejos simples que te ayudarán a llevar el control de tus finanzas personales y no vivir eternamente agobiado...


DRAKULA IMAGES | Getty Images

Como emprendedores debemos cumplir con varias tareas, estar pendientes de todas las situaciones laborales, cotidianas, noticias, novedades, etc., y no decir, también esta nuestra vida personal. Un emprendedor debe de ser multifuncional, casi nunca se tiene un respiro y más cuando está iniciando su negocio. 

Es muy común que en este punto estemos sacando de nuestra cuenta personal para construir el futuro de la empresa que estamos creando, aunque nuestro bolsillo este financiando tan anhelado proyecto debemos tener un manejo limpio de nuestras finanzas personales. 

Hoy queremos darte a conocer cinco tips que de seguro te ayudarán a asegurar tus finanzas personales y que no te ahogues en deudas, estrés y que todo te llegue al abandono de las responsabilidades en casa.

1) Edúcate

Debes comenzar aprender sobre finanzas personales, crea más conocimiento acerca de este tema, está es la mejor manera de crear confianza para administrar de manera correcta tu dinero y tener un deposito que te sacará de apuros.

2) Revisa tu estado de crédito con regularidad

Debes conocer tu historial crediticia y siempre tenerla presente, este es un archivo que habla de ti y de cómo administras el dinero. Básicamente esto les dice a los prestamistas que tan riesgoso eres y basado en esto toman decisiones de darte un préstamo o no. Haz que tu historial crediticio sea implacable, esto dará una buena imagen de ti y a futuro puede salvarte a ti o a tu negocio.

3) Elabora un presupuesto

Elabora un plan, un presupuesto de tus finanzas, esto te ayudara a monitorear tus ingresos y tus gastos mensuales, puedes ayudarte de herramientas digitales como apps o vuelve a la vieja escuela con un documento de Excel. Asegúrate de que no te estés gastando más de los que ganas y que puedes ahorrar para desarrollar tus metas.

4) Paga tus deudas

Hazte a la meta de pagar tus deudas lo antes posible, empieza por crear una lista de todas tus deudas, incluye un avance actual de tus ingresos, el pago mínimo que debes realizar mensualmente y la tasa de interés de casa deuda.

Luego de tener toda esta información lista determina cuánto dinero le puedes añadir a los pagos de tu deuda. No está de más que realices investigaciones sobre estrategias para reducir las deudas y es importante que tengas un ahorro para las emergencias.

5) Construye tu plan de ahorro

Es importante que tengas ese comodín como plan B, hazte a la meta de ahorrar por un año, comienza a invertir en algo que después devuelva tus ahorros con un poco más de dinero. Hay tantas estrategias para asegurar nuestro dinero, solo debes busca la que mejor se acomode a ti y a tus necesidades. 

Ya conoces 5 estrategias efectivas para hacer un buen uso de tus finanzas personales y te aconsejo tratar, en la medida de los posible, de tener separada tu cuenta personal con la cuenta de tu negocio. 

(Agradecemos a SoyEmprendedor el habernos proporcionado este texto).

Julian Tabares

lunes, abril 11, 2022

El arte de la ‘reduflación’: cómo las empresas dan menos producto por el mismo precio

La escalada inflacionaria impulsa a buscar fórmulas para disimular el encarecimiento de las compras.

Un hombre hace la compra en un supermercado del Reino Unido.

Las bolsas de Doritos se han convertido en uno de los símbolos de una poca conocida estrategia comercial utilizada para disimular el encarecimiento de los productos. Se llama reduflación y consiste en poner menos cantidad de la habitual en un envase sin alterar el precio de venta. En el caso de Doritos, cinco nachos menos en cada paquete. 

Este cambio suele pasar desapercibido por la gran mayoría de los consumidores, que no están tan pendientes de si un paquete de galletitas tiene 25 gramos menos, pero sí suelen darse cuenta de si pagan más por él al pasar por caja. Se trata de una táctica legal, siempre y cuando las empresas reflejen la nueva cantidad en los envases, y suele emplearse en épocas de crisis económica o en tiempos inflacionarios como los actuales. 

La escalada de precios está siendo generalizada —el IPC se disparó hasta el 9,8% en marzo en España, el mayor registro desde 1985, y también sube en la zona euro y Estados Unidos— y las empresas toman medidas para tratar de mantener los márgenes sin encarecer los productos para no perder clientes. Una opción posible para bajar costos, que se han multiplicado por la energía, es reformular el producto con ingredientes más baratos.

Pero en principio es más fácil reducir la cantidad, como en el caso de Doritos, como admitió la empresa al medio digital QuartzUnilever también ha reconocido que tiene en cuenta este tipo de estrategia (las botellas de gel Dove han pasado de 24 a 22 onzas en Estados Unidos) y el gigante General Mills (Cheerios) adopta cuando lo cree necesario medidas similares. 

En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha detectado varios casos. Un 7% de los 238 productos analizados en octubre para los controles de precios que realiza periódicamente han reducido su tamaño. “La táctica ha sido empleada por Pescanova (en los lomos de merluza), Danone (cinco gramos menos en un yogur), Gallo, Cola-Cao y Tulipán, y recientemente hemos visto también un par de casos en Revilla y Campofrío”, explica su portavoz Enrique García. Son pequeñas diferencias de tamaño, cuenta, como poner 10 gramos menos de chorizo en el envase y seguir vendiéndolo a un euro.

En el caso de Pescanova, la OCU afirma en su estudio: “Podría parecer que el precio medio del paquete de lomos de merluza ha bajado un 7,1% respecto a 2020. Pero si se tiene en cuenta la reducción de peso, que ha sido del 10%, en realidad ha subido un 3,2%”. Fuentes del grupo pesquero afirman que el cambio en el tamaño no tiene nada que ver con la inflación, ya que el producto de 360 gramos salió a la venta en septiembre de 2020, cuando el IPC estaba en niveles bajos, y se dejó de vender el de 400 gramos en los supermercados. La empresa añade que adapta sus formatos a sus consumidores y que en enero, por ejemplo, sacó a la venta varias referencias con descuento. 

Cambiar el tamaño de los productos (táctica en inglés llamada shrinkflation, una combinación de las palabras reducir e inflación) es legal. Al formar parte de su estrategia interna, muchas empresas se reservan dar detalles sobre su política de precios. En ocasiones, estos cambios en los envasados o las cantidades se argumentan diciendo que se reducen los tamaños para eliminar calorías, o que responden a una decisión comercial por las modificaciones en los hábitos de consumo, en la demanda del cliente.

Lo cierto es que es difícil, entre los millones de marcas que hay en el mercado, saber hasta qué punto se recurre a estas prácticas. “Creemos que obedece a un entorno de subidas de precios, con el objetivo de hacerlas menos visibles al consumidor, porque en un momento inflacionario como este el usuario castiga lo que aprecia que sube”, añade García. 

La inercia y la rapidez tienen un peso importante a la hora de hacer la compra: el 70% de las decisiones se toman en dos segundos. Y, aunque los usuarios son más sensibles a las variaciones de precio, no suelen estar al tanto de lo que pesan los productos envasados que compran. 

En el caso de un litro de leche, o dos litros de refresco, la cantidad está más clara. Pero en otros productos empaquetados como una bolsa de macarrones o un chocolate, llevar la cuenta de los gramos no suele ser lo habitual.

“Hay productos en los que es más difícil darse cuenta, por ejemplo, si me fijo en un envase de humus de 220 gramos, en realidad no sé si hace una semana tenía 240, lo mismo pasa con un chocolate, si es un poco más corto que antes”, explica Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía de IE University. “Reducir la cantidad puede ser una estrategia defensiva ante el aumento de costos”, añade el experto. 

¿Puede tratarse en algún caso de una práctica engañosa? Fuentes del Ministerio de Consumo indican que la vigilancia para detectar si se producen irregularidades en el sector depende en España de las comunidades autónomas y que no les ha llegado ninguna denuncia al respecto. Por otra parte, el efecto en el cálculo del IPC no tiene por qué verse afectado por esta alteración de los tamaños, dado que el Instituto Nacional de Estadística tiene en cuenta el precio por cantidad para calcular el índice.

Grandes raciones

Jugar con las cantidades no siempre es para reducirlas. “Hace unos años hablábamos de la estrategia de dar grandes cantidades de producto y ahora es lo contrario”, recuerda Martínez Lázaro. El objetivo entonces era incentivar que se compraran paquetes de mayor tamaño, aunque luego se quedaran durante meses en la despensa. La reduflación no es nueva y a veces no solo se refiere a cantidades concretas de un envase, sino también a servicios que se prestan o al tamaño de las raciones. 

En muchas ocasiones las empresas llevan a cabo este tipo de procesos para poder mantener su margen de beneficios o, al menos, para no disminuirlos. Uno de los casos más conocidos es de 1987, cuando American Airlines redujo una unidad de la cantidad de aceitunas que servía en las comidas de sus vuelos y consiguió ahorrarse 40.000 dólares. 

Hace 30 años, solo los consumidores más perspicaces se daban cuenta, mientras que en la actualidad se comparte más información en internet. En la red social Reddit por ejemplo, el grupo Shrinkflation cuenta con 21.000 miembros, que publican fotos del antes y el después de productos que han menguado.

Los estudios que hay sobre el tema son escasos. Destaca uno realizado por la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido, entre enero de 2012 y junio de 2017, en el que detectaron variaciones en azúcar, mermelada, siropes, chocolates y la confitería procesada. Reducir los tamaños tampoco es siempre fácil. Tiene que compensar a la empresa, porque requiere en ocasiones cambios en el envasado o adaptar las máquinas.

 Además, a veces puede resultar menos polémico subir los precios directamente. Fue el caso de Toblerone. Su fabricante, la compañía Mondelez, provocó un disgusto a los consumidores al poner más espacio entre los picos de los populares chocolates para reducir su peso y costos de producción. En 2017 se enfrentó a una demanda y tuvo que rectificar y volver a su forma anterior.

Cristina Galindo Fuente: El País




domingo, abril 10, 2022

¿Somos buena gente? Libros para sobrellevar mejor la lluvia de pálidas


El historiador y escritor holandés Rutger Bregman, autor del libro "Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad". Roberto Ricciuti - Getty Images 

Nochecita después de una jornada laboral intensa y estresante. Qué mejor que un poco de zapping para despejar la mente, que arranca por un recorrido por los canales nacionales de noticias: “Al borde del caos social, político y económico, todos peleados con todos”. Mejor pasar a los canales de afuera, que tienen otro tono: “Recrudece la guerra en Ucrania: un misil impactó en una maternidad de Kiev”. Seguimos de largo a National Geographic (un documental no pude fallar como plan de evasión): “Apocalipsis climático: se derriten los polos y no hay retorno”. 

Para no tirarnos como lemmings al acantilado después del bombardeo de pálidas que llega con cada resumen de noticias que consumimos por estos días, hay algunas opciones. Una es sumergirse en la literatura no ficción de optimismo, que tiene varios exponentes con una misión en común: convencernos de que, a pesar de todas las señales distópicas, el mundo está cada vez mejor (y continuará mejorando). Para lograrlo, estos autores no apelan a voluntarismo ni a frases vacías de autoayuda, sino que se apoyan en miles de estudios científicos y estadísticas (de disciplinas que van de la economía a la psicología, pasando por la biología evolucionista, la historia, la antropología y otras) que corroboran esta hipótesis. 

El más famoso de los escritores de esta lista es Steven Pinker (entrevistado en exclusiva para esta sección hace dos meses), quien en sus best sellers como En Defensa de la Ilustración (Paidós, 2018) detalla indicadores que muestran mejoras indiscutibles en variables como la calidad de vida, el conocimiento, la democracia y la felicidad. Que, según Pinker, se lograron gracias a los valores claves de la ilustración: razón, ciencia y humanismo. Doce años antes, Johan Norberg, escritor e historiador sueco, había sido un pionero en este género con Progreso: 10 razones para mirar el futuro con optimismo (Deusto, 2006).

Suecia parece ser un país propenso a ver la mitad llena del vaso: otro de los grandes autores de esta línea es el médico de Upsala Hans Rosling (fallecido en 2017), quien en Factfulness: Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y porqué las cosas están mejor de lo que pensamos describe distintos “instintos” (en economía del comportamiento serían “sesgos”) que nos engañan sobre la realidad. Entre ellos, el “instinto de la negatividad”, el de la generalización, el de la culpabilidad (mejor buscar causas que villanos, o sistemas en vez de héroes), o el del destino (tendemos a no notar los cambios graduales y sus afectos acumulativos). 

Pero la estrella emergente en el firmamento de la no ficción de optimismo es Rutger Bregman, un joven historiador holandés y columnista de varios medios (The Guardian y BBC, entre otros), quien en 2020, cuando comenzaba a avanzar la pandemia, publicó un libro de enorme repercusión: Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la Humanidad (Anagrama). Si Pinker, Rosling y Norberg ponen foco en indicadores de contexto para enfatizar la mejora, Bregman pone énfasis en demostrar que la mayoría de las personas, al final del día, somos “buena gente”. En promedio, bastante mejores de lo que pensamos.

Bregman ya había comenzado a desarrollar su idea en su libro anterior, Utopía para realistas (Salamandra, 2014) en el cual defendía la renta básica universal, la semana laboral de 15 horas y la libre circulación de migrantes por las fronteras. Para respaldar estas tres ideas el historiador se basa en una condición optimista de la naturaleza humana. “Para ser claros: esto no es un sermón sobre lo buenos que somos, obviamente no somos ángeles. Somos criaturas complejas, con lados buenos o malos. El punto es que, especialmente cuando nos golpea una crisis, tenemos una preferencia marcada por el lado bueno”, argumenta. 

En materia económica, el libro apela a los estudios de Robert Frank, que muestran que la mayoría de las personas se comportan con menos egoísmo que los que predicen los modelos microeconómicos tradicionales. Y cita un famoso trabajo del economista Joseph Henrich, quien 20 años atrás recorrió 15 comunidades en los cinco continentes para concluir que las características del “Homo-Economicus” solo existen en los libros de texto. El capítulo 3 del libro habla de hecho del “ascenso del Hombre-cachorro” (“Homo-puppy”) para remarcar esta diferencia entre lobos y perros domesticados, con una presencia de altruismo mucho más elevada que lo que predicen los modelos económicos convencionales. 

Bregman dedica decenas de páginas a destrozar narrativas que amplificaron lo peor de la naturaleza humana, como los experimentos de la prisión de Stanford o de Milgram, o como al asesinato de Kitty Genovese, que se usa para ilustrar el “efecto transeúnte”, por el cual la mayoría de las personas –supuestamente– no se involucran cuando advierten que otro está pasando por una situación dramática. Y que estuvieron repletos de falsedades: Genovese, que fue apuñalada, murió en los brazos de un vecino que la fue a socorrer. Esto es lo mejor del libro de Bregman. Otro punto interesante es que no es un tecno-utópico: su visión optimista sobre el futuro de la humanidad no depende de avances tecnológicos. Al contrario, detesta a los empresarios de Silicon Valley, que según él crean riqueza… para las empresas del valle, a la vez que motorizan el consumo desenfrenado que acelera el cambio climático.

La parte más débil del texto es que, como toda la literatura de no ficción con alguna “teoría del todo”, hace una selección sesgada de los puntos que contribuyen a su hipótesis, y aborda muchas áreas de manera simplificada y liviana. ¿Sobreviven las visiones optimistas de Pinker, Rosling, Norberg y Bregman a la pandemia y a Ucrania? Todo hace pensar que sí. Luego del inicio caótico con acumulación de papel higiénico y sálvese quien pueda del Covid, la historia de las vacunas en tiempo récord y la tecnología de ADN mensajero es miel para los oídos de estos autores. Y los costos enormes para Putin (en de una tendencia global indiscutible en la que cada vez hay menos guerras), también. Por más que lo intente desmentir el zapping azaroso de la TV de la nochecita del primer párrafo.

Sebastián Campanario


viernes, abril 08, 2022

Los 12 hábitos de las personas más productivas en el trabajo


Hay personas tan resolutivas que nunca dejan una tarea por hacer, un correo sin leer o una llamada que atender. ¿Cómo lo consiguen? En realidad todos podemos ser igual de eficientes, señalaba el escritor Paul Rulkens en su libro "The Power of Preeminence".

"El alto rendimiento comienza con una mentalidad que se traduce en las cosas que haces. Una vez tengas esta mentalidad eficiente eso se traducirá en comportamientos y luego en acción" apunta Rulkens en su ensayo.

Basándose en el libro, Up SPAIN, empresa especializada en la gestión de beneficios sociales para empleados, revela que las personas más productivas son aquellas que llevan a cabo estos 12 hábitos en su día a día:

1. Se centran en lo que importa

Las personas que son altamente productivas han establecido objetivos claros y una visión de lo que quieren lograr a largo plazo. Se centran en lo más importante y se dan cuenta de que "el 80 % de lo que hacen no importa", dice Rulkens. En su lugar, se concentran en ese 20% restante y allí destinan todo su esfuerzo.

2. Conocen la diferencia entre "importante" y "urgente"

La gente extremadamente productiva sabe que "importante" y "urgente" son dos cosas diferentes. Muchos temas necesitan de una respuesta inmediata, pero si te desvías solo por estas cuestiones, perderás tiempo apagando incendios innecesarios en lugar de conseguir desarrollar este proyecto core para el negocio.

3. Planifican su día

Cuando algunas de las personas más inteligentes del mundo quieren ser productivas, asisten a un curso de formación ejecutiva por ejemplo. Robert Pozen, autor del libro "Extreme Productivity: Boost Your Results, Reduce Your Hours", recomienda que para mantenerse en la senda de la productividad, debes ser meticuloso en la planificación de las tareas pendientes y el establecimiento de objetivos.

4. Saben dónde encontrar lo que necesitan cuando lo necesitan

"Debes encontrar el mejor sistema para acceder fácilmente a toda la información y recursos que necesites", apunta Pozen. Él, por ejemplo, guarda los archivos en cada uno de sus cursos para que pueda acceder fácilmente a ellos y agrega noticias relevantes periódicamente. De esta manera, puede actualizar los cursos que imparte con los eventos y tendencias más actuales.

5. Se fijan rutinas

Es importante organizar tu vida personal para poder desconectar una vez sales del trabajo. Así, las personas más eficientes tienen su propia rutina diaria: se despiertan a la misma hora, desayunan lo mismo, y se visten con la ropa que se han preparado la noche anterior. Puede sonar aburrido, pero piensa en el tiempo que pierdes cada mañana preguntándote qué ponerte o desayunarás y reserva tu energía para tareas realmente valiosas.

6. Aprovechan los tiempos muertos

"Esos 10 minutos antes de tu próxima reunión o las dos horas de vuelo hacia la otra sede de la empresa se pueden convertir en la mejor noticia para tu productividad", explica Pozen. Si tienes una lista de tareas pendientes, aprovecha para repasarlas rápidamente y seleccionar aquellas que puedas realizar en poco tiempo, como responder correos electrónicos o repasar la presentación de tu próxima reunión.

7. Solo asisten a reuniones de utilidad

Las reuniones son un mal necesario y pueden ayudar a la productividad cuando se realizan de forma eficiente. Pero las reuniones mal planificadas te pueden hacer perder un tiempo precioso, señala la coach empresarial Melissa Mizer y fundadora de la firma MoreSeekers. Según ella, las reuniones eficaces deben tener cinco componentes

  1. Tiene solo a las personas adecuadas y necesarias.
  2. Los roles están claramente definidos.
  3. Explican el propósito de la reunión por adelantado.
  4. Fijan los objetivos de la reunión.
  5. Definen los próximos pasos a seguir antes de que termine la reunión.

8. Hacen las cosas que nadie quiere hacer

A veces hay que "comerse el marrón", reconoce Rulkens. Y es que afrontar situaciones o conversaciones difíciles con éxito es esencial para conseguir un alto rendimiento.

9. No son perfeccionistas

Al contrario de lo que se suele pensar, las personas productivas huyen del perfeccionismo extremo, ya que solo provocará nerviosismo y temor ante proyectos desafiantes. "Tu propuesta no necesita 10 versiones borrador", ejemplifica la coach.

10. Buscan huecos en su horario

En reuniones maratonianas es fácil perder el hilo o la concentración. Todos necesitamos unos minutos para pensar, y por eso las personas más eficaces liberan espacios para reflexionar. Si tienes demasiadas cosas programadas y una de ellas va mal, tendrás que interrumpir todo tu horario y posponer otras tareas importantes, así que asegúrate de gestionar el tiempo de forma inteligente para tener margen de maniobra.

11. Multitasking sí, pero con prudencia

La multitarea es esencial para las personas productivas, pero hay que elegir bien las actividades que simultanear. No puedes redactar un informe mientras conduces, pero sí que puedes consultar un correo eletrónico durante una llamada. "Las tareas deben ser complementarias: es decir, debes compatibilizar cuestiones importantes con tareas simples.", añade.

12. Delegan

Ser eficaz y altamente productivo implica necesariamente saber delegar tareas para concentrar tu energía en lo que consideres más relevante.

Fuente: Equipos y Talento