Francesca Gino en
la edición de septiembre-octubre de Harvard
Business Review plantea que la mayoría de los grandes
descubrimientos e inventos tienen algo en común que es el hecho de que
son fruto de la curiosidad. El impulso para buscar nueva información y
experiencias y para explorar nuevas posibilidades es un atributo humano básico.
Investigaciones recientes destacan tres aspectos importantes en relación con la
curiosidad en relación con las organizaciones:
a).- La curiosidad tiene más influencia en el desempeño de
una empresa de lo que se pensaba ya que si se cultiva a todos los niveles ayuda
a los líderes y resto de profesionales a adaptarse a las condiciones inciertas
del mercado y a las presiones externas. Cuando nuestra curiosidad se activa
pensamos de forma más profunda y racional sobre las decisiones y podemos llegar
a soluciones más creativas.
b).- Los líderes pueden fomentar la curiosidad y mejorar los
resultados de su organización introduciendo pequeños cambios en el diseño de la
misma y en la forma en que dirigen a sus colaboradores.
c).- Aunque la mayoría de los líderes dicen que estimulan la
creatividad de sus profesionales la realidad muestra que la mayor parte de
ellos la coartan temiendo que pueda incrementar los riesgos y la ineficiencia.
Entre los beneficios de la curiosidad la
autora destaca que en sus investigaciones ha encontrado que:
1.- Disminuye los errores en la toma de decisiones. Cuando
la curiosidad se despierta somos menos propensos a caer en errores ligados al
sesgo de la confirmación (buscar información que apoye nuestras opiniones en
lugar de evidencia que pueda sugerir que estamos equivocados) y a la tendencia
a estereotipar a las personas (manifestando, por ejemplo que las mujeres o las
minorías no son buenos líderes). La curiosidad tiene efectos positivos porque
nos conduce a generar alternativas.
2.- Facilita la innovación y los cambios positivos tanto
en trabajos creativos como no creativos. Distintas investigaciones
avalan que el fomentar la curiosidad de los profesionales genera mejoras en el
trabajo ya que, cuando mostramos curiosidad contemplamos las cuestiones
complicadas de forma más creativa.
3.- Reduce los conflictos en los equipos. La
curiosidad favorece el que los miembros del equipo se pongan en el lugar de los
demás y se interesen por sus ideas en lugar de centrarse exclusivamente
en su propia perspectiva. De esta forma pueden trabajar juntos de forma más
eficaz, los conflictos son menos graves y los equipos obtienen mejores
resultados.
4.- Favorece la comunicación más abierta y un mejor
desempeño del equipo ya que la información tiende a compartirse y se
escuchan más cuidadosamente unos a otros dentro del mismo.
Gino señala que independientemente de los beneficios
reconocidos de la curiosidad muchas organizaciones no la fomentan aunque sus
líderes son conscientes de su valor fundamentalmente por dos razones:
a).- Tienen un concepto erróneo sobre la importancia de la
exploración. Los líderes, con frecuencia, piensan que dejar que sus
colaboradores exploren y sigan su curiosidad puede ser muy costoso. Distintas
investigaciones muestran que aunque la mayor parte de las personas consideran
que uno de sus objetivos debe ser desarrollar la creatividad con frecuencia
rechazan las ideas creativas cuando se enfrentan a ellas ya que la exploración
normalmente implica cuestionar el estatus quo y puede que no genere información
útil, pero también, hay que tener en cuenta que significa que no nos
conformamos con la primera solución posible lo que, en muchas ocasiones,
redunda en mejores resultados.
b).- Buscan la eficiencia en detrimento de la exploración.
Un ejemplo de esto es lo que ocurrió con la empresa de automóviles Ford que al
principio del siglo XX dedicó todos sus esfuerzos hacia un único objetivo:
reducir costes de producción para poder crear un coche para las masas. En 1921
el 56% de los coches de pasajeros en estados Unidos eran de su marca, del
modelo T, pero en años posteriores, en lugar de explorar, experimentar e
innovar, como hicieron sus competidores siguieron centrados en mejorar dicho
modelo y General Motors y otras empresas les desbancaron y capturaron la mayor
parte del mercado.
Estas tendencias de los líderes explican la razón por la
cual nuestra curiosidad tiende a decrecer cuanto más tiempo desempeñamos un
trabajo.
Gino propone 5 estrategias para que los
líderes fomenten la curiosidad:
1.- Contratar valorando la curiosidad del aspirante. Google,
por ejemplo, identifica a las personas naturalmente curiosas haciendo preguntas
durante las entrevistas del tipo:¿Te has visto en la situación de que eres
incapaz de dejar de aprender algo con lo que no te habías encontrado antes? ¿Por
qué?, ¿Qué era lo que mantenía tu interés? Las respuestas normalmente ponen de
manifiesto un propósito específico como guía de las indagaciones (“era mi
trabajo encontrar la respuesta”) o una curiosidad genuina (“tenía que
averiguar la respuesta como fuese”).
Para identificar su grado de curiosidad se puede preguntar a
los candidatos cuáles son sus intereses fuera del trabajo. Leer libros que no
tengan relación con el trabajo o plantear preguntas sólo por el interés de
conocer las respuestas indican curiosidad. Las organizaciones pueden pedir a
los aspirantes que cumplimenten cuestionarios de curiosidad que han sido
validados por múltiples estudios. Éstos, generalmente miden la capacidad para
explorar e indagar sobre cosas desconocidas, de analizar datos para descubrir
nuevas ideas, de leer extensivamente sobre temas ajenos a su trabajo, de
tener distintos intereses ajenos al mismo y de emocionarse con las
posibilidades de nuevos aprendizajes.
También es importante considerar las preguntas que los candidatos
hacen, no solo las respuestas que dan. Por ejemplo, las personas que quieren
conocer aspectos de la organización que no tienen una relación directa con el
trabajo al que aspira probablemente son más curiosos que aquellos que se
limitan a preguntar sobre el rol que tendrían que desempeñar.
2.- Actuar como modelos de curiosidad. La mayor
parte de los libros de gestión normalmente animan a los líderes a comunicar su
visión desde el principio en lugar de preguntar a sus colaboradores sobre cómo
pueden ser más útiles. Es un mal consejo.
Tenemos problemas para hacer preguntas porque tememos que
nos juzguen y consideren que somos incompetentes, indecisos o torpes. Además el
tiempo es oro y no queremos molestar a los demás. La experiencia empeora la
situación ya que a medida que los profesionales van siendo promocionados
piensan que tienen menos que aprender. Los líderes creen que se espera de ellos
que hablen y faciliten las respuestas, no que hagan preguntas.
Estos miedos y creencias son infundados como demuestran las
investigaciones recientes de la autora que ponen de manifiesto que cuando
mostramos curiosidad por los demás por medio de las preguntas, gustamos más a
los demás y consideran que somos más competentes, se incrementa la confianza
con lo que las relaciones se vuelven más interesantes e íntimas. Por medio de
las preguntas establecemos conexiones más significativas con los demás y
conseguimos unos resultados más creativos.
Otra forma de ejercer como modelos de curiosidad es mediante
el reconocimiento de que no conocen todas las respuestas y que deben , por
tanto, indagar y preguntar, demostrando que es correcto y recomendable actuar
movidos por la curiosidad. Reconocer los límites de nuestro conocimiento y
habilidades es una forma de mandar señales muy poderosas a los demás.
Tenelle
Porter describe la “humildad intelectual” como la capacidad de
reconocer que nuestros conocimientos tienen límites. Como sus investigaciones
ponen de manifiesto niveles altos de humildad intelectual están asociados a la
disposición para considera las opiniones de los demás, no sólo las nuestras.
Las personas que los poseen suelen obtener mejores resultados en el colegio y
en el trabajo porque cuando somos capaces de aceptar que nuestro conocimiento
es finito tenemos más facilidad de ver que el mundo está siempre cambiando y
que el futuro será distinto del presente. Los líderes y profesionales si
abrazan esta idea podrán comenzar a reconocer el poder de la exploración.
Los líderes pueden sentar ejemplo, también, si enfocan lo
desconocido con curiosidad en lugar de juzgándola.
3.- Destacar la
importancia del aprendizaje. Los líderes que sienten pasión por el
aprendizaje continuo son capaces de contemplar, ante una situación, distintas
opciones y perspectivas.
Gran cantidad de investigaciones muestran que cuando se
organiza el trabajo alrededor de metas de aprendizaje (desarrollar
competencias, adquirir habilidades, dominar nuevas situaciones, …), en lugar de
en metas de desempeño(lograr objetivos, probar nuestra competencia, impresionar
a los demás), estamos más motivados. Los líderes pueden ayudar a cambiar el
patrón mental dominante que se centra en el desempeño comunicando la
importancia del aprendizaje y recompensando a los profesionales no sólo por su
desempeño sino, también, por el aprendizaje que han tenido que realizar para
llegar a cumplir las metas. Deloitte, por ejemplo desde 2013 reemplazó su
sistema de evaluación de desempeño por uno que analiza no sólo éste sino
también el aprendizaje.
Los líderes también pueden enfatizar la importancia del
aprendizaje reaccionando positivamente ante ideas que pueden ser mediocres por
si mismas pero que pueden servir de inspiración de otras mejores. De esta forma
se favorece un proceso en el que todo tipo de ideas pueden ser exploradas y se
manda el mensaje claro de que el aprendizaje es una meta clave
independientemente de que no siempre lleve al éxito.
4.- Dejar que los
profesionales exploren y amplíen sus intereses. Para ello las
organizaciones deben facilitar que sus miembros dispongan de tiempo y recursos
para explorar sus intereses. Una forma de hacerlo es por medio de la rotación
por distintas áreas y funciones para ampliar sus perspectivas.
Otra manera de ampliar los intereses es a través de la
ampliación de sus redes. Las personas curiosas pueden terminar siendo
“estrellas” gracias al apoyo de sus diversas redes, ya que se sienten más
cómodos haciendo preguntas que luego les pueden resultar de utilidad. Los
líderes pueden ayudar conectando a las personas de los distintos departamentos
y unidades, para que éstas puedan mostrar su curiosidad por conocer el trabajo
que realizan sus compañeros y la forma en que lo abordan.
Diseñar y crear equipos en que sus miembros tengan diversos
orígenes y fortalezas es otra manera de favorecer la curiosidad y la
innovación.
5.- Dedicar momentos
y días especiales para plantear preguntas del tipo: ¿por qué?, ¿Qué pasaría
si….? o ¿Cómo podríamos…..? , sobre los planes y objetivos de la
organización que pueden ayudar a que los profesionales sugieran ideas sobre
cómo mejorar el trabajo. Por ejemplo, Intellectual Ventures, organiza “sesiones de
invención” en la que profesionales de diversas disciplinas, experiencias y
conocimientos se reúnen para discutir las posibles soluciones a problemas
complicados, lo que les sirve para considerar los hechos desde distintos
enfoques o Toyota con su enfoque de los 5 por qué, en el que se pide a los
profesionales que investiguen los problemas preguntar el por qué y tras
la respuesta volver a preguntar la razón de la misma hasta que han hecho la
pregunta 5 veces. De esta forma se favorece la innovación al cuestionar las
perspectivas más evidentes.
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