Vivimos dos de los años más complejos de la historia
de la industria automotriz. Al golpe humanitario del Covid-19, la caída de
la demanda y las dificultades para operar que caracterizaron a 2020 se sumó la
crisis global de la cadena de suministro. El enorme aumento del costo de la
logística, las restricciones a la circulación y la escasez de semiconductores
complicaron los planes de las terminales de todo el mundo. Y frente a una
demanda en franca recuperación, las dificultades para atender las necesidades
de los clientes fueron evidentes.
En este complejo 2021, sin embargo, la industria automotriz
argentina mostró signos claros de recuperación. La producción total de
vehículos aumentó 69% versus 2020 y del mismo modo crecieron las exportaciones,
una de las claves para el futuro de nuestro sector.
El modelo de especialización en pick-ups con perfil
exportador estuvo desde el inicio de nuestro proyecto. Toyota Argentina
nació en 1997 con la convicción de que nuestro país tenía el potencial para
desarrollar productos de calidad y colocarlos en la región, lo cual requería
una visión a largo plazo. El objetivo: producción nacional con calidad global.
Los vehículos que producimos en nuestra planta de Zárate,
con el trabajo constante y la calidad de nuestros proveedores locales son
piezas claves en el agro brasileño, la minería peruana o chilena, el café
colombiano o los frutales de Guatemala. Saber que nuestros vehículos producidos
en el país son la herramienta de movilidad de cientos de miles de personas en
la región es el combustible que nos empuja a mejorar todos los días. Y, además, forma
parte de un círculo virtuoso que nos da solidez financiera en una
región frecuentemente inestable.
Toyota Prius. Los vehículos híbridos comenzaron a imponerse en los últimos años, debido a la crisis petrolera, al alza de combustibles y a la concientización ambiental. Además, en Argentina se bajó el impuesto a esta clase de autos del 35% al 5% y 2%.
Este modelo que desarrollamos y que intentamos mejorar
continuamente es el que también nos permitirá ingresar en la nueva etapa de la
movilidad. En los próximos años, la industria automotriz va a tener más
cambios que en los últimos cien. Y debemos prepararnos ya mismo. Nuestros
clientes demandan vehículos más conectados, más compartidos y con tecnología de
automatización. Y el cambio climático nos exige reducir emisiones lo más rápido
posible. Para enfrentar este gran desafío, adoptamos globalmente una estrategia
diversa con cuatro tecnologías que son más eficientes de acuerdo con las
necesidades de cada persona y su contexto. Híbridos, híbridos enchufables,
eléctricos a batería y de hidrógeno son los vehículos del futuro. Y ese futuro
ya está con nosotros.
Aunque el volumen todavía es bajo, la venta de
vehículos electrificados en Argentina sigue creciendo. Más del 90% de estos
vehículos vendidos en 2021 son híbridos. La tecnología híbrida es las más
efectiva para reducir emisiones rápidamente en países como Argentina,
caracterizados por las grandes distancias, una infraestructura eléctrica con
grandes desafíos y una matriz energética basada en hidrocarburos: esta tecnología
es capaz de reducir hasta en un 50% el consumo de combustible y no necesita
infraestructura de carga. Nuestro objetivo es seguir promoviendo la
adopción de los híbridos y nos enorgullece ser protagonistas de esta
transformación. Que llevará tiempo.
El “kaizen” o la mejora continua es parte de la
cultura japonesa. En nuestra compañía nos ha permitido realizar mejoras
incrementales en lugar de cambios radicales. En nuestra operación, la mejora
involucra a todos los equipos y a todas las jerarquías. Cualquier trabajador en
nuestra planta de producción podría detener la línea en cualquier momento para
solucionar un problema, corregir un error o sugerir un cambio para mejorar la
eficiencia. Esta manera de ver las cosas es la que nos ha permitido crecer y nos
ayuda a ser optimistas con Argentina y nuestra región. ¿Por qué no serlo en un
país con capacidad para alimentar a miles de millones de personas, con el valor
de nuestros recursos naturales y de nuestros recursos humanos, con el
desarrollo de industrias que piensan globalmente? ¿Y si producimos pequeños
cambios, poco a poco, donde podamos levantar la mano para poder corregir y
alcanzar algunos acuerdos? La industria automotriz puede ser el ejemplo para
construir este camino.
La modernización tecnológica que necesita nuestra
industria nos obliga a pensar en el próximo paso. Nos demanda la
construcción de consensos, el diálogo y la cooperación con toda la cadena de
valor, sindicatos y las autoridades gubernamentales. Luego de dos años de
pandemia, desde la compañía seguimos un camino de crecimiento y fortaleciendo
nuestra visión de futuro. Es lo que necesita nuestro país. Y no es una cuestión
de optimismo: es el espíritu de la mejora continua.
Daniel Herrero. Presidente de Toyota Argentina