lunes, enero 17, 2022

El espumante argentino busca su propio nombre y apellido

¿Champán? ¿Champú? ¿Burbuja? ¿Espumante? ¿Espumoso (horrendo, aunque correcto técnicamente)? Lo real y concreto es que a diferencia del prosecco italiano o del cavas español, el espumante argentino todavía busca un nombre y apellido propio.

Al menos esa es la intención de algunos de los mayores protagonistas de la industria de las "burbujas" de la Argentina reunidos en la última edición de La Ruta de las Burbujas. “Desde el año 1986 que estoy luchando para encontrar un nombre a nuestro espumante”, remarcó Pedro Rosell, de Bodega Cruzat, uno de los máximos referentes de la categoría que participó del encuentro y manifestó su renovada preocupación. Las propuestas, al menos las que comenzaron a barajarse, incluyen encuestas a profesionales del sector y a consumidores, notas a los organismos de control, consultas a la Organización Internacional del Vino (OIV).  

Distintivo. El corcho asegurado que garantiza las burbujas del espumante.

Todo comenzó hace poco más de un mes. Una variante significativa de la Ruta de las Burbujas, un clásico de la vitivinicultura local, reunió a prestigiosos enólogos y productores en la cata de espumantes más importante de la Argentina. Eran 75 enólogos referentes junto a expertos en comercialización, reunidos para catar y reflexionar sobre el presente y futuro de la categoría, tanto en su perfil de producto como en su potencial comercial para el mercado doméstico e internacional. Una verdadera muestra de la diversidad y la actualidad en la que se degustaron 59 etiquetas de más de 40 bodegas, presentadas por sus hacedores, incluyendo tanto ejemplares clásicos como importantes lanzamientos. Uno de esos eventos para mirar en silencio desde un costado. Pero cerquita de las copas.

La Ruta de las Burbujas, prestigiosos enólogos se reunieron en Mendoza y fue muy destacada la presencia de mujeres, tanto como productoras y elaboradoras de espumantes como en sectores de la comercialización y el comercio exterior.

El encuentro fue organizado por Caminos del Vino, empresa encabezada por Jorge Cabrera y Omar Denaro, en el espectacular marco del Club de Vinos de Estancia Atamique, en La Carrera, Valle de Uco. La reunión serviría para charlar sobre el fenómeno del Pet Nat (Pétillant Naturel, vinos naturales con burbujas), las fortalezas que tiene la Argentina en diversidad de zonas y varietales para su elaboración y, casi con el postre, apareció la necesidad de definir un nombre local, argento digamos, para la categoría. Lo significativo es que estuvieron bodegas de diferentes regiones, como Mendoza, los Valles Calchaquíes, San Juan, Patagonia y Chapadmalal. 

Dieron el presente y llevaron botellas, y sus hacedores, las siguientes bodegas: Alfa Crux, Alta Vista, Alyda, Amalaya, Atamisque, Augusto Pulenta, Barón B, Bodegas Bianchi, Bodega del Desierto, Bodega Polo, Chandon, Costa y Pampa, Cruzat, Dante Robino, Domaine Bousquet, Facultad de Ciencias Agrarias UNCuyo, Falasco Wines, Familia Schroeder, Foster - Lorca, Kaiken Wines, Lagarde, Los Haroldos, Los Toneles, Lui Wines, Luigi Bosca, Malpensado Wines, Moor - Barrio, Nieto Senetiner, Pascual Toso, Pernod Ricard, Piattelli Vineyards, Pulenta Estate, Rossell Boher, Rpb, Salentein, Séptima, Tapiz, Trapiche, Vinyes Ocult, Viña Las Perdices, Vistalba. Era, si se quiere, una reunión de colegas para hablar del producto y del negocio.

“El balance de esta edición es muy bueno. En términos de calidad cada año nos sorprendemos más con lo que está pasando con el espumante argentino, tanto para los métodos Charmat como Champenoise. También hemos podido apreciar los nuevos lanzamientos, y abordar el tema del Pet Nat, un estilo de elaboración que ya lleva varios ensayos y donde hay que seguir trabajando en conjunto con el INV para que se ponga más foco a esta categoría”, afirmó Cabrera.

“En la Ruta de las Burbujas participan los referentes de la industria y cada uno presenta, comparte y explica por qué elaboró este producto. También se suman comerciales, para darnos la idea de cómo estamos posicionados y qué oportunidades tenemos para comercializar mejor el espumante Argentino en el exterior” completó Omar Denaro.

“La verdad que me sorprende tener 59 etiquetas de espumosos argentinos con una muy alta calidad que tenemos disponibles en el mercado. Creo que hay un futuro muy promisorio de la vitivinicultura enfocada en el mundo de los espumantes”, declaró Roberto González, enólogo de Nieto Senetiner.

Por su parte, Lucas Dalla Torre, de Lui Wines, un experto en el área comercial, destacó la diversidad que tiene Argentina en materia de terroir, variedades y métodos de elaboración. “Hay que hacer un trabajo muy grande en comunicación. Toda esta diversidad se presta para explicarle y mostrarle al consumidor lo que estamos haciendo, para que pueda seguir descubriendo y probando cosas nuevas”. “Todo lo que pasó con los vinos tranquilos, ahora el consumidor lo va volcando hacia el espumante. Esto en lo que tiene que ver con la búsqueda de zonas, variedades y productos nuevos. Es por esto que tantas marcas comenzaron a incorporar espumantes a su portfolio. Insisto que hay que trabajar mucho en la comunicación y apoyarnos también los sommeliers, los distribuidores y en las vinotecas que son la llave para llegar al cliente. Como ventaja, tenemos una excelente relación precio calidad de producto en toda la categoría”, agregó.

Por su parte, Diego Ribbert, chef de Cave de Chandon Argentina, uno de los jugadores más importantes de la industria, remarcó la necesidad de contar con apoyo de política públicas para afianzar la categoría. “En otros países el éxito va acompañado con el apoyo y políticas del Gobierno. Debemos empezar a exigir ese camino de participación de otros sectores y lograr una sinergia entre lo público y lo privado. Es difícil, pero hay que hacerlo. Tenemos que sentirnos confiados para traccionar en este sentido”, aseguró.

Y en medio de la charla, salió el comentario de Rosell. Lo apoyó de inmediato González, de Nieto, “nos falta la definición de un nombre propio que nos defina como concepto. Italia tiene el Prosecco, España el Cava, Francia el Champagne y en Argentina hoy tenemos un signo de interrogación. Hay que ponerle un nombre que pueda definir a nuestras burbujas”.

Cabrera, que viene del mundo de la cerveza, es un enamorado de la categoría. "Quizás porque "espumante" está vinculado a la espuma de la cerveza más que al vino como tal. Pero es un producto fantástico, mucho más plástico y diverso que el vino. Sirve para todas las comidas, todas sin excepción. Y la enorme diversidad geográfica y de varietales de la Argentina nos permite pensar en productos que vayan más allá que el tradicional Pinot + Chardonnay. Pienso en el torrontés, en el pinot gris sanjuanino del que ya tenemos ejemplos. Creo posible espumantes de alta montaña, del sur, marítimos, todos diferentes y de excelente calidad".

¿Qué nombre le pondría?  

Yo lo llamo burbujas, pero suena un poco infantil, ¿no?  

Oscar Martínez


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