Con la pandemia el mundo laboral se transformó. La modalidad home office se impuso en la mayor parte de las
empresas, y en las oficinas y plantas las rutinas se adecuaron a estrictos
protocolos.
La nueva dinámica condujo a la modificación de
las políticas de beneficios para los empleados y el bienestar pasó a primer plano frente a las ansiedades
y preocupaciones asociadas a la crisis sanitaria y al encierro en los hogares.
Según una encuesta de la consultora HuCap, el 27% de las
empresas incorporaron nuevos beneficios producto de la situación de
aislamiento, mientras que un 20% eliminó beneficios que brindaba antes de la
crisis del Covid-19.
Por otro lado, un 19% señaló que había adaptado algún
beneficio a la situación actual. La encuesta se realizó entre 94 compañías en
marzo pasado.
Los nuevos beneficios
Entre los beneficios que más se incorporaron la encuesta
menciona el transporte para el personal y/o reintegros de
viáticos para quienes tienen vehículos propios y todo lo relacionado con
equipamiento para trabajar a distancia.
Un dato ilustra el crecimiento de este último
beneficio: entre marzo de 2020 y marzo de 2021, la empresa de movilidad
corporativa Grupo Traslada mudó más de 30.000 sillas ergonómicas,
24.000 notebooks y computadoras de escritorio y alrededor de 43.000 kits
sanitizantes para empleados de empresas.
Estos números implican un crecimiento del 439% del negocio
de la distribución de artículos de trabajo respecto de 2019, porque antes era
casi inexistente. Con la pandemia se dio “el nacimiento de un nuevo
negocio para nuestra empresa“, cuenta Gonzalo Santander, CEO de Grupo
Traslada.
Otro de los beneficios nuevos fueron clases gratuitas de
temas muy variados para los empleados. “Muchas empresas aprovecharon el
formato virtual para concentrarse en los hobbies de los colaboradores“,
cuenta Natalia Terlizzi, CEO de HuCap.
Además, “en menor porcentaje, las organizaciones agregaron
flexibilidad horaria para algunas posiciones“, agrega la consultora.
Por otra parte, “ya desde hacía un tiempo el tema del
bienestar había comenzado a abordarse de manera más integral en las
empresas y la emergencia sanitaria puso más en evidencia su
conveniencia y necesidad”, asegura Ignacio Giménez Losano, uno de
los fundadores de Co-Being, que ofrece programas de bienestar
corporativos.
Según él y su socio, Emiliano Aguilar, la lista de los
beneficios incorporados con la pandemia arrancó por la actividad física por
Zoom, las capacitaciones virtuales, los talleres y pausas activas desde la
virtualidad.
“Estos beneficios se dieron en paralelo al
equipamiento necesario para que la gente trabaje cómoda en su casa y a
otorgar flexibilidad en los horarios”, señalan.
Luego, tras el impacto de los primeros meses de la pandemia,
“las empresas tomaron conciencia de que era muy importante prevenir y cuidar la
salud de los colaboradores, a nivel físico, mental y emocional”, dicen los
expertos.
Así, comenzaron a aparecer la meditación, mindfulness y
clases de yoga. “También se adoptó el acompañamiento terapéutico,
el coaching y consultas profesionales con nutricionistas”, especifican.
Otras novedades fueron los créditos para comprar comida
en restaurants o delivery y la participación en eventos virtuales.
Casos
Con el trabajo en casa “vimos que se les estaba complicando
mucho a los papás la organización cotidiana”, describe Laura Mariño, directora
de Recursos Humanos de Onapsis, una empresa de ciberseguridad con 190
empleados en el país.
Entonces, incorporaron dos beneficios para colaborar con la
compleja situación de organizar la vida familiar y laboral en la situación
actual. Por un lado, consiguieron un proveedor de alimentos congelados
y saludables y asignaron un monto mensual por empleado para
adquirirlos.
“La idea es que facilite la organización de la comida y la
cocina”, dice Mariño. “Hubo algunos casos de gente en el interior donde el
proveedor no llegaba. Para eso hicimos acuerdos con supermercados y otorgamos
el mismo crédito”, agrega.
Por otra parte, armaron un beneficio de ayuda escolar para
los empleados con hijos en primaria. “Veíamos la dificultad para acompañar
a los chicos en esta nueva realidad. Así que habilitamos maestras
particulares, personas preparadas para ayudar a los niños y evitar que los
papás peleen con sus hijos por las tareas”, explica Mariño.
Este beneficio tuvo tanto éxito que la empresa decidió
sostenerlo aún cuando recomenzaron las clases presenciales. “Es algo que
realmente los ayuda”, observa Mariño.
También implementaron un reintegro de 3.000 pesos
por mes por conectividad. “Sale del recibo de sueldo y cubre cualquier
gasto asociado con eso, sin necesidad de presentar factura”, aclara la
directiva.
Otra novedad fue la ayuda para financiar la compra
de bicicletas, que incluye el regalo del casco.
Finalmente, el programa de asistencia al empleado, que
otorga asesoramiento profesional, contable y psicológico al trabajador y su
grupo familiar primario, “se empezó a usar mucho más. Hubo muchas consultas
asociadas al estrés emocional“, dice Mariño.
También en Visma, una empresa de tecnología para recursos
humanos, agregaron reintegros para cubrir las facturas de conectividad de
sus 165 empleados en la Argentina, hoy en su totalidad haciendo
trabajo remoto.
“Al tener ya un día de home office, cuando empezó el tema de
la pandemia fue más fácil migrar y tener flexibilidad. Por ejemplo, todos
trabajaban con notebooks”, cuenta Lucas Barrau, del equipo de Gente, Cuidado y
Cultura de Visma Latinoamérica.
A eso se les agregaron otros elementos necesarios para
trabajar en casa, como sillas y teclados. “A través de nuestro plataforma,
armamos un programa donde cada uno podía inscribirse solicitando el elemento
que necesitara. Así, organizamos el envío o el retiro por las oficinas”,
especifica Barrau.
También hubo beneficios que se transformaron: “Teníamos
frutas en las oficinas, así que decidimos contratar un proveedor que, una vez
cada 15 días al principio y ahora una vez por mes, entrega un bolsón de
frutas y verduras para cada colaborador, para ayudar a mantener la vida
saludable”, cuenta Barrau.
En esa misma línea pasaron de los descuentos a los gimnasios
a clases virtuales de pausas activas y stretching. “Después
incorporamos lo que llamamos ‘masterclass’. Es la posibilidad de que un
colaborador comparta su conocimiento con los demás”, explica. Así, una empleada
da clases de gimnasia funcional dos veces por semana, y otros enseñaron cocina
y coctelería.
Además, los after office presenciales se reemplazaron por
reuniones de juegos virtuales. “Al principio salimos con toda la batería de
cosas para que la gente se distienda, pero notamos que se daba una
saturación, así que decidimos hacerlas más espaciadas, una vez por mes”,
detalla Barrau.
En el caso de la fábrica de equipamiento industrial
Atlas Copco pusieron en marcha un programa de asistencia psicológica, legal y
financiera para empleados y familias. Además, “contamos con apps de
entrenamiento físico, una herramienta que consideramos clave para
combatir el estrés y la ansiedad, que provoca, en muchos casos, el home
office”, dice Verónica Lentino, gerente de Seguridad, Higiene, Medioambiente y
Calidad de la empresa en la Argentina.
En PedidosYa desarrollaron la “propuesta de
valor #ModoPeYa” que busca “transformar la forma en la que trabajamos a
partir de una serie de beneficios pensados con un modelo híbrido entre lo
presencial y remoto”, cuenta Gonzalo Bergé, director de Recursos Humanos de
PedidosYa.
Este paquete incluye algunos beneficios novedosos, como, por
ejemplo, que cada año calendario las personas tendrán la posibilidad de trabajar
hasta un mes desde el lugar del mundo que quieran, cumpliendo con su
franja horaria laboral habitual.
También agrega 5 días hábiles a las vacaciones y la
posibilidad de llegar al mediodía a la oficina el primer día de reincorporación
posterior a vacaciones.
Por otra parte, “hemos entregado herramientas de
trabajo como monitores, alza monitores; cubrimos parte del costo mensual
del wi-fi en los hogares y hemos entregado modems para mejorar la
conectividad”, enumera Bergé.
Estos beneficios alcanzan a más de 1.000 profesionales de la
empresa en la Argentina. “En cuanto a los repartidores, estas acciones no son
aplicables por la propia dinámica de su servicio”, aclara Bergé.
En MetLife Argentina, crearon el programa #PrimeroTuVida
para que los empleados se mantengan “sanos y motivados” y que “transiten este
cambio de una manera favorable”, señala Federico Bravo, director de RR.HH.
Este programa ofrece, entre otras actividades,
realización de clases deportivas con ejercicios de elongación, tips de postura,
gimnasia funcional, yoga para embarazadas, auto masajes de pies y consejos
para relajar la vista y para aliviar dolores.
También “organizamos charlas con infectólogos y
epidemiólogos, conversaciones para las familias con psicólogos sobre
balance en casa con niños pequeños y/o adolescentes, recomendaciones para
cuidar la salud mental y consejos sobre cómo afrontar la cuarentena”, detalla
el directivo.
Además, hay clases con un coach del sueño para
superar problemas de insomnio y cursos con especialistas en
inversiones de la compañía obre cómo ahorrar, invertir y cuidar los consumos
familiares.
“El trabajo y el hogar rompieron las barreras que los
diferenciaban cuando el trabajo llegó a casa”, analiza Bravo. “Como forma
de agradecer esa apertura de los hogares, nos centramos en que el programa no
solo sea para los empleados sino para su familia. Generamos charlas donde los
adultos podían ir acompañados de sus hijos, talleres en grupos pequeños
para los adultos mayores cercanos a nuestros colaboradores y el programa
Primero Tu Vida Kids: Colonia de vacaciones virtual, que se realizó en verano y
en invierno”, detalla.
Los que ya no están
La encuesta de HuCap señala que, entre los beneficios
que desaparecieron, se destacan las actividades físicas y el
aprendizaje de idiomas que se daban en forma presencial, además del
comedor en planta.
Desde Co-Being agregan beneficios como días de home
office, torneos deportivos, after office o día de campo para compartir
en equipo.
“Días que se dedicaban, por ejemplo, a la alimentación
saludable (una semana específica en la que las empresas proveían de frutas y
productos sanos en los lugares de trabajo, por ejemplo) o los días dedicados a
promover el cuidado del medio ambiente (con armado de huertas orgánicas)
también quedaron desdibujados sin la presencialidad“,
puntualizan.
Gabriela Samela