“Estamos mal, pero el mundo nos ofrece otra oportunidad”, cuenta un empresario que frecuenta Olivos que ese fue el mensaje que llegó desde Washington al Presidente. Este industrial no pudo precisar si fueron palabras del ministro Martín Guzmán tras la reunión con Kristalina Georgieva o del embajador Arguello. Lo cierto es que según compartió con sus pares, el discurso de Cristina Kirchner que ensordeció en la negociación con el FMI, es leído en Casa Rosada como “el arranque de una campaña con fuertes sacudones dentro del oficialismo”, le avisó a sus pares empresarios. En una comida de pocos explicó cómo están los tantos en el oficialismo tras la designación de Martín Soria en Justicia. En su visión hay una sola pieza inamovible: Santiago Cafiero. Y añadió: “El único plan oficial para 2021 es vacunación y empujar la actividad”.
Al compás de la celebración de los 30 años del Mercosur,
hubo una novedad. Y es que en vez de reproches por cuotas de mercado y
zancadillas entre sectores, esta vez los industriales de Brasil y Argentina,
los socios mayores, coincidieron en los reclamos. Así saltó en el seminario
organizado por el Consejo Industrial del Mercosur integrado por las cámaras
industriales de la región, la Unión Industrial Argentina (UIA), la brasileña
Confederación Nacional de Industria (CNI), la Unión Industrial Paraguaya (UIP)
y la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). Robson Braga do Andrade, de la
CNI, lo dijo claramente: “El Mercosur ha crecido menos que la media mundial y
bastante menos que los países emergentes. Debemos trabajar para una mayor
inserción global. No tengo expectativas en decisiones acertadas de nuestros
políticos pero tengo confianza en las instituciones y en lo que podemos hacer
desde el sector privado”, remató.
Creado formalmente con el Tratado de Asunción en 1991 con
el nacimiento de la globalización, el Mercosur buscó la integración
regional y la inserción internacional de los países del bloque. Y pese a que
sigue siendo una unión aduanera imperfecta, donde la moneda y un banco común
parecen un espejismo, es aún el acuerdo más importante para cada uno de los países,
con industrias complementarias como la automotriz. Para Brasil y Argentina es
el principal mercado para sus productos de valor agregado. Pero hay una elevada
asimetría entre los socios y la irrupción de China impulsa a la primarización
de las exportaciones. En el seminario que se realizó de manera virtual, Braga
do Andrade sorprendió al reclamar estabilidad macroeconómica, seguridad
jurídica, crecimiento de la economía y fortalecimiento de las instituciones,
además de insistir en nuevos acuerdos como los que quedaron en limbo con la
Unión Europea, Canadá, EE.UU. México y la India.
Miguel Acevedo, presidente de la UIA, se refirió al valor
estratégico que tiene el Mercosur por la importancia del comercio regional
de productos industriales. Para Argentina, es el principal destino de esas
exportaciones, que se embarcan en 40% al mercado regional con gran impacto en
la generación de empleo, en el aumento de la masa salarial y en la creación de
valor agregado. El Mercosur es especialmente importante para el sector
automotor (60% de las exportaciones), industria plástica (70%) e industria
química (27%). “Esto contrasta con la tendencia a la primarización que tuvieron
las exportaciones locales, a partir de una mayor participación de China como
destino de las exportaciones”, dijo Acevedo.
En una declaración conjunta coincidieron que los
desequilibrios macroeconómicos fueron la principal causa de la caída
de la actividad industrial, de la reducción del comercio intra-bloque y la
pérdida de reservas. Pidieron la eliminación de obstáculos a la circulación de
bienes que persisten y se repiten, con barreras no arancelarias. Además de
insistir en una mayor participación del sector privado en las decisiones.
Con un jugalbandi, una danza típica hindú en base a un
dúo de músicos, la semana pasada también se realizó el Foro de Negocios
India-Argentina, que comprende unas 40 compañías y cámaras de ambos países.
Allí Gustavo Idígoras, presidente de Ciara, que aglutina a exportadores
agroindustriales, contó que “competir con un competidor indio es perder, en
cambio asociarse con ellos es ganar un mercado. Luego la calidad, el precio y
la estabilidad de mercado son los tres factores clave para mantener negocios
con la India”. El común denominador de las exposiciones se basó en la necesidad
de ampliar el Acuerdo Mercosur-India. Diego Casanello, director global de UPL
Advanta, un grupo indio de empresas que ofrece tecnologías en protección de
cultivos y biosoluciones y que se proyecta como una de las cinco principales
proveedoras globales de soluciones para la agricultura, explicó como se ve
Argentina desde Nueva Delhi. “Es uno de los 10 mercados agrícolas globales más
importantes del mundo y es clave para numerosas compañías de la India”. Allí se
hizo hincapié en que se deben diversificar con acuerdos las exportaciones desde
Argentina a la India que se concentran en un 90% en aceite de soja y girasol.
“Para diversificar se necesita una agenda estratégica con India un mercado que
ganaremos no por precio sino por entendimiento”, concluyó Casanello.
El artículo refleja cómo el contexto actual, aunque desafiante, presenta oportunidades estratégicas para fortalecer la posición económica de Argentina en el Mercosur y sus relaciones comerciales con India. La cooperación industrial entre Brasil y Argentina, así como el esfuerzo por diversificar exportaciones hacia India, muestran la importancia de construir alianzas que potencien la industria regional y aseguren estabilidad. Me parece crucial que ambos sectores —público y privado— trabajen en conjunto para reducir obstáculos comerciales y fomentar una mayor participación en el mercado global. ¿Creen que el Mercosur tiene la capacidad de adaptarse y competir en un entorno de globalización cambiante?
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