domingo, mayo 24, 2015

¿Sumas o restas en tu trabajo?

Si desde hace algún tiempo tu trabajo ya no te permite multiplicar tus capacidades y habilidades, ha llegado el momento de hacer balance y decidir si realmente es el puesto o la empresa que más te conviene.

La empleabilidad es todo aquello que te hace mejor en tu trabajo y, lo que es más importante, que te aporta el valor añadido necesario para ascender o trabajar en otra empresa. Más que de sumar, se trata de que tu actividad te permita multiplicar cada día tus habilidades y capacidades. Como dice Fernando Botella, CEO de Think &Action, "hablamos de un concepto vivo, directamente relacionado con el talento y el desarrollo. Por eso es necesario ponerlo en movimiento, es decir, cultivarlo, desarrollarlo y accionarlo, y de ello depende el grado de empleabilidad del profesional".

Equilibrio
Poner en una balanza qué aspectos te hacen ganar atractivo en el mercado laboral y cuáles no es el principio para definir si realmente estás en el trabajo que más te conviene. Multiplicarte depende a partes iguales de ti y de tu empresa; y, sobre la parte que resta, hacer que el denominador disminuya es el gran desafío. Según José Manuel Gil, experto en gestión del cambio y autor de El secreto del cambio (Lid, editorial), "no hay que esperar a que la empresa te dote de las herramientas necesarias para crecer. El empleado tiene que ser proactivo y, por tanto, responsable de su propio crecimiento".

Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, aconseja plantearse distintas metas: "Permanecer más de tres años realizando la misma tarea no es recomendable. El trabajo tiene que ser una oportunidad de mostrarte, de presentar resultados y de hacer valer tu aportación. En este sentido, que la empresa facilite formación y que reconozca tu trabajo puede ser un gran multiplicador de tu desarrollo profesional".

A menudo crecer cada día en el puesto de trabajo tiene mucho que ver con la autogestión de tus fortalezas. La receta que propone David Comí, director de Incrementis, consiste en "planificar, realizar el trabajo y comunicarse de forma asertiva, concreta y sobre todo con plazos establecidos, usando la fórmula 'qué y cuándo' a la hora de comunicarnos profesionalmente. No es lo mismo un 'déjamelo, le doy una vuelta al tema y te digo algo pronto', que un 'dámelo, lo reviso esta mañana y hoy a las cuatro de la tarde, te envío por email el resumen'. Así nuestro valor profesional aumenta porque generamos confianza". En opinión de Comí, el punto fundamental para permanecer en un puesto es "la credibilidad y fiabilidad profesional, lo que aporta confianza en los otros que no quieren desprenderse de ti".

Sin embargo, la actitud no es lo único determinante para permanecer en un puesto. El entorno puede inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Botella cita la cultura corporativa y el modelo de liderazgo, como otros factores positivos: "Un clima y un estilo de liderazgo inspirador, cooperativo, generador de empowerment y estimulador de la toma de decisiones".

Incuestionable
Si el trabajo se convierte en rutina, no hay retos profesionales y caes en la queja continua, tienes más de un motivo para dejar tu trabajo o tratar de activar tu búsqueda de un nuevo empleo. "Igualmente si siempre estás de malhumor y el estrés comienza a afectar a tu vida privada es el momento de dar carpetazo", señala Jericó. Gil menciona un elemento que parece definitivo: "Cuando estás quemado y dejas de disfrutar haciendo una tarea. Nadie es muy bueno cuando dedica su tiempo a hacer algo que no le gusta".

Lo que hace que multipliques...
- 'Learning agility', capacidad de aprendizaje y mejora continua.

- El grado de actualización y dominio del entorno tecnológico. 

- Flexilbilidad ante la situación empresarial y las relaciones interpersonales. 

- Conocimiento de los factores clave del negocio. Influye mucho que te esfuerces por conocer cómo funcionan las cosas.

 - Capacidad de venta. 

- Mente innovadora, pensamiento creativo, capacidad para cuestionarse el 'statu quo' y generar opciones.

- Consigue logros más que hacer tareas. Piensa en finalidad, beneficio e impacto de tu trabajo.

... y lo que hace que restes
- Falta de ejecución, de acción, no hacer ni generar resultados. - Acomodarte en el puesto, caer en la rutina de un trabajo que ya no aporta nada a tu carrera.

- La falta de formación y, sobre todo, de evaluación: si nadie te corrige nunca podrás mejorar. 

- Una empresa opaca que no comunique sus objetivos ni resultados. 

- Que no te preocupe tener un jefe incompetente: su falta de acción puede perjudicar mucho tu carrera.

- Las reuniones innecesarias: ralentizan tu trabajo y restan eficacia. - Un equipo de trabajo o un jefe conflictivo.

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