¿Un líder siempre es el que sabe más? Varias personas podrían responder de manera afirmativa a esta interrogante, sin embargo un jefe no siempre domina la totalidad de los temas que maneja su equipo. Un buen líder no debe tener miedo a decir "no lo sé" en alguna circunstancia. Él debe rodearse de personas que saben lo que hacen y dedicarse a lo suyo: liderar.
Ignacio González Lacoste, Gerente General de Mandomedio, asegura que "el líder tiene la misión de guiar, liderar y motivar al equipo, por lo que no es necesario que maneje a cabalidad los temas específicos, sino que tiene que ser un facilitador para que ocurra lo requerido". En ese mismo sentido, Alberto Rubio, decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano (UB), dice que "el líder no es un experto en particularidades sino un generalista en gestión exitosa".
Ambos expertos coinciden en que el valor del líder no está en manejarse en temas particulares, su aporte radica en la visión estratégica que proporciona y en cómo guía el trabajo de su equipo en pro de los objetivos de la organización, y en ese proceso su relación con los colaboradores es vital.
"Habrá de tener capacidad para dialogar sobre parcialidades, pero habilidad para insertarlas en el contexto de la visión y misión que conforman la cultura estratégica de la organización a la que pertenece", indica Rubio. Por su parte, Ignacio González, agrega que el "líder debe ser capaz de formar y mantener un equipo de alto desempeño, por lo que su principal preocupación deberá ser la estrategia por sobre la operación, y dentro de la estrategia están las personas que son lo principal".
En más de una oportunidad, el líder se encontrará en una situación donde un colaborador lo supere en conocimientos y ante esa situación, sentirse mal o aminorado no es el camino adecuado, todo lo contrario, favorecer el desarrollo de sus colaboradores y de paso fortalecer el grupo, es la alternativa que recomienda González. "Debe aprovechar esas fortalezas en beneficio del equipo, y también tener presente que las personas quieren desarrollo, por lo que un buen líder deberá ser capaz de "armar proyectos" donde sus colaboradores puedan entregar todo su potencial".
"Obviamente las personas somos orgullosas y soberbias, pero lo más normal es no saberlo todo, por lo tanto no debemos sentirnos mal, al contrario entre más personas aporten al desempeño del equipo será mejor", agrega González. Por su parte Alberto Rubio es más categórico, sostiene que si un líder se siente mal por tener que decir: "no lo sé""indica soberbia y en tal caso, no está preparado para el liderazgo".
El equipo tampoco debería esperar que su jefe lo sepa todo. "Los colaboradores deben esperar inteligencia de integración a la estrategia general que el líder hace de sus aportes parciales", asegura Rubio. Asimismo, González afirma que "lo que espera el equipo es que su líder los guíe, tome prontamente las decisiones, cuando hay logros los reconozca y en épocas difíciles mantenga la calma y los motive a perseverar".
Si bien el líder no tiene que dominar los conocimientos que maneja cada uno de los integrantes de su equipo, sí existe una característica trascendental para cumplir su función y que no pueden faltar en su gestión: Un líder debe "ser consecuente con la honestidad e integridad, es decir, ser y actuar con estos valores en los distintos planos de su vida. La credibilidad no se pierde cuando el líder se equivoca, se pierde cuando no se hace lo que se dice", sostiene categórico González Lacoste.
Por su parte, el decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano, agrega que tampoco debe faltar su "capacidad de escucha y criterio de integración. Los logros de un líder nunca son personales sino conjuntos del equipo que él dirige".
Angélica Cabezas T
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