Erika James, en KnowledgeWharton del pasado 14 de octubre, plantea que si lideramos una organización, una función o un equipo nos encontraremos ocasionalmente con situaciones de crisis en las que ninguna de las opciones que parece que tenemos es buena.
Cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles como líderes,
especialmente durante una crisis, necesitamos la ayuda de otras personas, ya
que resulta complicado que una persona pueda contemplar todas las
eventualidades, sean oportunidades o riesgos, de las
situaciones complejas, sin tener todos los ojos posibles en el problema. Esto
ocurre porque como seres humanos caemos en prejuicios inconscientes o
trampas cognitivas que facilitan el que minimicemos riesgos, lleguemos a las
conclusiones equivocadas o nos atasquemos en una línea de acción cuando lo que
necesitamos es probar un nuevo enfoque. Y, cuando hay mucho en juego,
dependiendo todo de nuestras decisiones, debemos protegernos de este tipo de
pensamiento para poder tener una visión lo más amplia posible, lo que implica
buscar los consejos, las perspectivas y la experiencia del mayor número posible
de personas.
Ante cualquier crisis tenemos que tomar decisiones críticas
bajo presión, pero para prepararnos con antelación James sugiere que comencemos
por hacernos una serie de preguntas. Entre ellas: ¿Cómo líder estoy abierto a
buscar y a confiar en las opiniones de otras personas y acudir a su experiencia
y conocimientos si es necesario? Si la respuesta es negativa debemos
preguntarnos la razón. También podemos reflexionar sobre el tipo de situaciones
de crisis que se pueden presentar y realizar algún tipo de planificación de
escenarios, escanear nuestro entorno y pensar en el tipo de consejo o
conocimiento que podemos necesitar si lo peor ocurre y dónde encontraremos a
los expertos adecuados dentro y fuera de la organización.
Si la crisis surge la autora recomienda hacer lo siguiente:
1.- Articular y comunicar la situación sinceramente y
abiertamente al equipo y a la organización para que todos puedan tener un
propósito compartido y generar confianza.
2.- Asegurar que la información fluya libremente por toda la
organización en múltiples direcciones y pedir la opinión de aquellos con los
pies en la tierra y con ojos en el problema, aunque no sean miembros del equipo
directivo senior.
3.- Modelar una cultura de experimentación, innovación y
colaboración donde cada idea es bienvenida y los fracasos son esperados y
tolerados.
4.- Aprovechar y utilizar a los expertos procedentes de la
misma organización como del amplio ecosistema de los grupos de interés.
5.- Ofrecer al equipo autonomía para dar un paso hacia
delante, para ejecutar las decisiones con rapidez y para improvisar o modificar
el curso al cambiar la situación.
En estos casos es importante comunicar al equipo sobre la situación presente y escuchar las opiniones que tengan. Después se puede debatir para llegar a la mejor toma de decisiones.
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Doy clases en la licenciatura de administración de la universidad UNILA.
Muchas gracias aliz por compartir una interesante opinión. Deseos de éxitos!!! Cordialmente, Rodolfo.
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