sábado, octubre 30, 2021

La Inteligencia Colectiva de los Equipos a Distancia


Christoph Riedl, Thomas W. Maloney  Anita W. Woolley, en MIT Sloan Management Review del pasado 21 de octubre plantean que diversas investigaciones muestran que lo que importa no es dónde se realiza el trabajo sino cómo se hace y quién lo hace.

En las últimas décadas su equipo de investigación ha estudiado ampliamente la colaboración en grupo en entornos presenciales y a distancia y sus hallazgos sugieren que la decisión de dónde deben trabajar los profesionales no es tan importante como muchos piensan.

En un estudio publicado en “Proceedings of the National Academy of Sciences” analizaban los resultados obtenidos de más de5.000 profesionales trabajando en más de 1.300 grupos y encontraron que los grupos que trabajaban en remoto podían ser tan eficaces como los que lo hacían cara a cara, ya que al medir la inteligencia colectiva de los grupos  (su habilidad para trabajar juntos efectivamente en una diversidad de tareas) se encontraron pocas diferencias en los factores que explican la inteligencia colectiva de ambos tipos de equipos.

Se pudo observar que el proceso de cómo se realizaba el trabajo y quién lo estaba abordando eran predictores significativos de inteligencia emocional en ambos casos. Por ejemplo, el mayor predictor de inteligencia colectiva es el proceso de colaboración en grupo. Específicamente dos aspectos relativos a la forma en la que los grupos coordinan sus esfuerzos son importantes: primero que identifiquen quién es mejor en distintas tareas  y dejar que esa persona las lidere y segundo que los miembros coordinen sus esfuerzos para que cubran todas las diferentes tareas y no dejen nada sin terminar. El estudio muestra que la coordinación de las habilidades de los miembros del equipo y realizar todas las tareas es igual de importante para  los equipos remotos como para los que trabajan cara a cara y que los equipos con inteligencia colectiva son capaces de coordinarse de esta forma independientemente del lugar desde el que estén trabajando.

Los autores han podido observar, también, que quién realiza el trabajo tiene una influencia significativa en la inteligencia colectiva del grupo, considerando no solo sus habilidades relevantes para las tareas sino incluyendo las sociales, sobre todo su capacidad de percepción social, que les permite detectar todo tipo de sutiles señales no verbales.

Muchos líderes se preocupan de que sus organizaciones no pueden ser tan eficientes si sus empleados trabajan en remoto, temiendo riesgos en la construcción de relaciones o en la colaboración efectiva. Pero el estudio sugiere que en muchos casos el trabajo en remoto puede ser al menos tan eficaz como el trabajo cara a cara. El diseño de mejores procesos y nuevas herramientas virtuales van a facilitar el que el trabajo a distancia sea cada vez más efectivo. Más aún el trabajo en remoto no implica que los profesionales nunca se junten presencialmente y no hay que olvidar que uno de los beneficios del trabajo a distancia es que es con frecuencia más fácil reunir a las personas con la mezcla correcta de habilidades e intereses cuando la localización no es una limitación.

El trabajo en remoto puede, también, facilitar la coordinación al permitir más flexibilidad en relación con el horario de trabajo. Además permite lograr un mejor equilibrio entre vida laboral y personal y beneficia al medio ambiente al reducir las emisiones de los viajes por los desplazamientos.

Isabel Carrasco 


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