viernes, febrero 07, 2020

Así trabajaremos en la nueva era de la inteligencia artificial

En 2001, Steven Spielberg contaba en 'Inteligencia Artificial', la historia de un niño robot adoptado por una pareja que era programado para poder amar. El pequeño no encajaba en el mundo de los humanos ni en el de las máquinas, generando un conflicto con consecuencias dramáticas.

Desarrollar competencias digitales que permitan gestionar la información es la mejor opción para llegar a un entendimiento con las máquinas y convertirlas en aliadas eficaces para ser más productivos.

Poner a las personas en el centro, tratar de mejorarlas, y no de sustituirlas. Esta frase resume la esencia de la inteligencia artificial (IA), y es lo que deberían seguir al pie de la letra quienes pretenden hacer un uso justo o ético de una tecnología superior que ya forma parte de nuestra vida. El Future Trends Forum dedicado a este tema de la Fundación Innovación Bankinter recoge ésta y otras recomendaciones para que las máquinas sean una herramienta para el crecimiento personal, y no una amenaza para el futuro del empleo. Porque, definitivamente, todos tendremos que acostumbrarnos a trabajar de otra manera para la que aún no estamos preparados. El Índice de Competitividad por el Talento Global (GTCI), elaborado por Adecco Group Institute, Insead y Google, vaticina que en el lugar de trabajo y en el mercado laboral el futuro de la IA dependerá de fructíferas contribuciones mutuas entre seres humanos y máquinas a través de actividades híbridas. Alerta además sobre la necesidad de nuevas competencias combinadas. Lo más grave es que, según este análisis, más de la mitad de la población mundial en desarrollo carece de competencias digitales básicas.

Adaptación y atención

Apremia buscar una respuesta a cómo trabajaremos en la nueva era de la inteligencia artificial. Pilar Manchón, vicepresidenta de IA en Roku Inc., recuerda que los asistentes virtuales están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida: "Alexa, Google Home, Cortana, Siri... están en casa, en el coche, en la oficina... podrían estar en cualquier parte, así que saben mucho de nosotros". José Luis Gugel, socio y fundador de The Key Talent, está convencido de que la IA va a cambiar nuestra forma de trabajar: "Nos va a permitir automatizar de manera muy eficiente procesos de poco valor añadido, evitándoselos a las personas". También cree que potenciará aquellas áreas de competencia en las que todavía no nos pueden reemplazar: "Inteligencia emocional, creatividad, gestión de personas o diseño de estrategias". Porque la tecnología, por ahora, carece de emociones. Por eso, Javier Krawicki, cofundador de Nawaiam -aplicación de gaming-, insiste en que la IA debe aplicarse en una organización que tenga muy claros sus valores y objetivos. Jordi Aspa, director general de Meta4 Iberia, afirma que "las máquinas necesitan de personas que den sentido y valor a su funcionalidad".
Ante este panorama, puede que lo aprendido hasta ahora esté obsoleto. Gugel subraya que no hay que subestimar la magnitud del cambio que estamos viviendo. Advierte al profesional de que, por ejemplo, lo aprendido en la universidad sobre procesos, productos o comportamiento de cliente está caduco, "por eso una nueva capacidad necesaria para todos es el llamado unlearning -ser capaz de desaprender- aquello que ya no tiene validez". Entre las nuevas competencias digitales que debe desarrollar el ser humano, Krawicki enumera el aprendizaje continuo en medios digitales, integrar las nuevas lógicas y herramientas, aumentar el conocimiento del entorno o saber cómo gestionar la información.

Hacia el 'management' 3.0

A lo largo de la historia, la gestión de personas ha caminado desde la mera administración de personas a trabajar por que los profesionales dieran lo mejor de sí mismos. En esta etapa 3.0 se brinda al empleado las herramientas necesarias para marcar su desarrollo. Aspa recuerda que existen "líneas claras de trabajo donde técnicas relacionadas con la IA, como el machine learning, pueden suponer un gran avance", y menciona la mejora de la experiencia del empleado o la adecuación de las personas a equipos o puestos como algunos de los aspectos donde puede ser útil. Lo que se plantea es si trasladar la gestión de estos asuntos a la IA puede tener un impacto negativo en la diversidad o en el clima laboral por la ausencia de emociones. Calum Chace, experto del Future Trends Forum y autor, entre otros, de Surviving AI, advierte de que "los sistemas de IA heredan prejuicios humanos preexistentes y pueden perpetuarlos. Pero podemos preguntar por qué tomaron esas decisiones sin temer que se pongan a la defensiva como los humanos. No hay una razón inherente que demuestre que la IA obstaculiza la diversidad... puede promoverla".
Por otra parte, Chace señala que la IA es muy útil para los jefes de equipo, porque permite analizar comportamientos, resultados y discernir patrones a los que los humanos no llegan: "Pueden descubrir talentos y problemas, facilitando el liderazgo".

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL ES LA COMPETENCIA IMPRESCINDIBLE

La inteligencia emocional nos distingue de las máquinas y es nuestra herramienta para ser imprescindibles. Edgar Breso, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, asegura que "se está convirtiendo en la competencia laboral clave". Eso nos hace humanos y necesarios para el funcionamiento de las máquinas. Jordi Aspa, director general de Meta4Iberia, asegura que en esta era dominada por la inteligencia artificial (IA), "los profesionales deberán contar con perfiles más creativos y dinámicos, una mayor agilidad de aprendizaje y desaprendizaje para adaptarse a los continuos cambios y, por supuesto, con un amplio dominio y conocimiento de todo lo que las nuevas tecnologías pueden proporcionarles".
La democratización de la promoción profesional es una de las consecuencias del entendimiento con las máquinas. Así, Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, cree que la tecnología es una herramienta al servicio de las personas, "no son fines, ni deben hipotecar nuestro 'performance'". Aconseja abrir la mente para entender la IA como una oportunidad de empoderamiento, "ya que no es sólo exclusiva de los perfiles digitales", asumiendo que "vamos hacia un entorno de recualificación y, por ello, de promoción constante. Es una buena noticia, porque ello va a democratizar la promoción profesional". Marc Altimiras, vicepresidente para el Sur de Europa de Cornerstone, coincide con este optimismo: "La robotización y la automatización de los procesos brindará a los empleados la oportunidad de dedicarse a tareas más creativas, desarrollar nuevas habilidades y reorientar, si quisieran, su plan de proyección en la empresa. Eso será gracias a que las nuevas tecnologías serán las encargadas de las tareas administrativas y repetitivas".

2021, UNA ODISEA LABORAL CON FUTURO

Los expertos en inteligencia artificial que reunió la Fundación Innovación Bankinter en su último foro mostraron su optimismo ante un futuro incierto y otras opiniones más radicales.

  • Habrá un nuevo invierno de la IA, como consecuencia del rechazo social hacia ese conjunto de tecnologías.
  • Dependencia emocional de la IA en una relación codependiente del humano con ésta.
  • IA frustrada. Su desarrollo se verá bloqueado por normas arbitrarias que dan respuesta a las reclamaciones de la sociedad.
  • Ciberrivalidad entre estados. La competición entre los gobiernos por el desarrollo de la IA se convierte en una carrera militar.
  • Colonianismo algorítmico. Subyugación colonial de las potencias tecnológicas sobre el resto de los países. Europa se queda atrás.
  • 'AIstocracy'. La IA se convierte en un artículo de lujo.
  • La IA e internet se solapan en una nueva red: Net-AI.
  • El poder de las naciones se ve eclipsado por el de los grandes proveedores de IA y tecnología.
Y, si de futuro se trata, ya se vislumbran algunas profesiones:

  • Científico de datos.
  • Ingeniero de robótica.
  • Experto en ciberseguridad.
  • Desarrollador de software.
  • 'Trader' de programática.
  • Experto en 'blockchain'.
  • 'Supply chain' con visión de ecommerce.
  • Piloto de drones.
  • Márketing y comunicación digital.
  • Especialistas en 'customer experience'.
  • Gestores de nuevas formas de trabajo.
  • Psicólogos.
  • Expertos en 5G.
  • Híbridos en diseño y tecnología.
  • 'Coaches'.


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