/ Costhanzo
La inteligencia artificial para mejorar las habilidades
profesionales es una herramienta cada vez más utilizada en los programas de
'coaching'. Aunque algunos entrenadores y profesionales creen que es una opción
que complementa estos programas de desarrollo profesional, ambos coinciden en
que no sustituyen a la interacción humana que garantiza la eficacia del
proceso.
"Házlo o no lo hagas pero no lo intentes". Esta frase
del maestro Yoda, uno de los personajes más relevantes del universo Star Wars,
le convierte en una referencia para explicar qué es y hasta dónde puede llegar
un proceso de coaching. La criatura de color verde, orejas puntiaguadas y
reducida estatura, acompañaba a Obi Wan, el caballero jedi, en el entrenamiento
de Anakin y de Luke Skywalker, dos personajes decisivos en esta saga en la que
el androide C-3PO ponía la dosis de inteligencia artificial imprescindible en
cualquier película de ciencia ficción que se precie. Más allá de la fantasía,
el coaching es el proceso de desarrollo profesional más potente que existe.
Se cuentan con los dedos de una mano el número de directivos
que no han recurrido alguna vez a un coach -entrenador- para potenciar sus
habilidades. Y más de uno confiesa que este proceso le ha cambiado la vida
profesional y personal. Que, como en el caso de C3-PO, la inteligencia
artificial se inmiscuya cada vez más en estos programas no deja de despertar el
debate entre detractores y partidarios de que la tecnología acelere y refuerce
este desarrollo en el que, hasta ahora, coach y coachee -profesional que recibe
la formación- eran los protagonistas. Uno de los primeros en saltar a escena es
Chiara, una nueva generación de coach virtual basada en la inteligencia artificial.
Desarrollada en España, ha sido diseñada para mejorar las habilidades de
presentación y comunicación. El usuario descarga una aplicación en su móvil e
inserta el dispositivo en unas gafas de realidad virtual.
Esta metodología requiere
habilidades personales para
las que las máquinas aún no están
preparadas
José Martrat, socio director de Actitud Pro -firma de
consultoría, formación y coaching-, explica que "al ejecutar la
simulación, el usuario habla y realiza su presentación ante un público, del que
puede escoger hasta 28 tipologías distintas, con el que está verdaderamente
interactuando. Posteriormente, obtiene un feedback de un coach virtual que
realiza un conjunto de valoraciones de forma objetiva, que le indica qué ha
hecho bien y qué puntos debe corregir o mejorar". No obstante, Martrat
reconoce que esta inteligencia artificial ofrece patrones y resulta muy útil
cuando se trata de detectar y luego desarrollar determinada competencia,
"pero el coaching es una disciplina que requiere de habilidades
personales" para las que las máquinas aún no están preparadas. Soraya del Portillo, CEO y fundadora de BeChiara, apunta que
más de 700 alumnos han utilizado Chiara desde su lanzamiento en febrero de
2018. Más de 70 personas, la mayoría ingenieros, han participado en el
desarrollo de esta herramienta.
Explica que lo más complicado, aparte de la grabación de
micro vídeos con más de 200.000 mil combinaciones distintas, fue convertir en
KPI -key performance indicator- o medidores de desempeño algo que en principio
puede resultar muy subjetivo. La pronunciación, la vocalización o las pausas
son algunos de los factores que se pueden cuantificar, además de todo lo
relacionado con la mirada, el contacto visual y el nivel de influencia que se
transmite.
Los datos
La participación de herramientas de este tipo en procesos de
coaching es bienvenida entre los coaches, y también goza del beneplácito de los
coachee. Sin embargo no garantiza al cien por cien la efectividad del programa.
Ana Sánchez, CEO de Animal Emocional -coaching y desarrollo personal para
individuos y empresas-, apunta que es necesario diferenciar entre el proceso y
la efectividad del mismo. "El coaching demanda escucha y una empatía para
las que las máquinas no están preparadas. Estas herramientas no pueden
sustituir al proceso". Menciona Sánchez los chatbots o Siri -asistente
inteligente creada por Apple-, "a los que se le transmite un problema y
ofrecen una solución pero que no facilitan la experiencia del coaching, que
sólo se obtiene de la escucha empática. Lo que proporciona un coach es el
entorno idóneo para que el profesional encuentre la respuesta que tiene en su
interior". Aunque valora determinadas herramientas para detectar carencias
en competencias del profesional pueden reducir el proceso inicial de
indagación.
Las máquinas podrán captar las
reacciones humanas
en la medida en que la
inteligencia artificial avance
Maribel Rodríguez, socia directora de Direactivas, tiene más
de veinte años de experiencia en la evaluación y desarrollo de profesionales.
Subraya que "la tecnología debería tener como misión principal soportar la
objetividad de la información y los procesos, siendo esa una ventaja
competitiva en términos de estrategia y visión. En un terreno más operativo, la
inteligencia artificial y la tecnología aplicada al coaching ofrecen
capilaridad y escalabilidad de los proyectos (colectivos amplios, eficiencia en
la logística y razonable capacidad de llegada sin perder calidad en la fase de
crecimiento). La principal desventaja es que no hay suficiente muestra
constatable en términos de resultados".
Plácido Fajardo, socio director de Leaderland, cree que la
interacción es necesaria; sin embargo, enumera lo que considera evidentes
ventajas para el alumno como "la facilidad de uso de multi-dispositivos y
en remoto, el bajo coste individual, la inmediatez y la comodidad". María
García, socia fundadora de SmartCulture, apunta que "las nuevas
tecnologías permiten avanzar en la fase de aprendizaje de habilidades de
liderazgo que siempre forman parte del proceso de coaching. Apoyan la parte que
conecta con empezar a tener hábitos diferentes, con la acción".
La empatía y la
intuición
El diálogo, la empatía y la interacción siguen siendo
patrimonio humano. Douglas McEncroe, director de Douglas McEncroe Group, afirma
que los mejores coaches tienen algo innato: la intuición. "A veces tu
coachee dice algo y tu intuición hace la pregunta perfecta para ese momento. La
intuición hace conexiones en tu cerebro que construye un puente entre lo que
está contando el coachee y alguna experiencia que el coach, como ser humano, ha
vivido. Ahí ves un significado en la experiencia del coachee que no has visto
antes, y que seguramente él o ella tampoco había apreciado". Fajardo cree
que hoy por hoy la tecnología no puede competir con esto: "A medida que
los sistemas de inteligencia artificial sean más avanzados, las reacciones
humanas, la comunicación no verbal o la transmisión de emociones ser podrán
captar más fácilmente por máquinas inteligentes. Pero me cuesta ver trasladada
una conversación profunda de un proceso de coaching, con la interacción verbal
y emocional entre coach y coachee, a las preguntas y respuestas generadas por
un algoritmo".
La colaboración
McEncroe coincide con el resto de sus colegas en que las
conversaciones de exploración con el coachee no las puede realizar una máquina.
Sin embargo reconoce que las nuevas tecnologías son una oportunidad nada
desdeñable: "Durante los últimos dos años he hecho mucho coaching por
Internet, a través de Skype, teléfono y otras plataformas. La vídeo conferencia
es mejor que el teléfono, pero estoy sorprendido por las relaciones que he
construido utilizando ambos canales. Gracias a ello, viviendo en Australia he
hecho sesiones de coaching en Singapur, Vietnam y India, todo en el mismo
día". Según García, "la evolución de la metodología ha sido
exponencial. Ahora, el objetivo es abordar la evolución de la cultura desde el
coaching para modificar las creencias limitantes de las compañías, y
convertirse en empresas ágiles, productivas y sostenibles".
El futuro
La adaptación y la flexibilidad son los pilares que
sostienen la relación entre las máquinas y el hombre en este proceso de
desarrollo. Rodríguez recuerda que "la lógica dice que habrá un entorno
colaborativo que no supone una amenaza para nadie pero que requerirá de un
tiempo de adaptación y flexibilidad mutua. Están surgiendo y surgirán foros de
desarrollo donde los expertos en tecnologías pondrán en valor sus modelos
innovadores y los profesionales del coach su expertise "la base funcional
del proyecto".
La tecnología permite acelerar la
fase de
aprendizaje de habilidades de
liderazgo
Y en este nuevo escenario identifica a las escuelas de
negocios, especialmente aquellas fuertes en data analytics y robótica:
"Los grupos inversores, las start up y los departamentos de innovación y
responsabilidad social corporativa de las compañías pueden ser los
catalizadores de dichos proyectos para aglutinar y rentabilizar toda esa
generación de conocimiento".
Que la palabra le
acompañe...
Un 'coach' es una persona con experiencia laboral que
plantea las preguntas adecuadas al 'coachee' -alumno- para que éste descubra
todo su potencial y crezca como profesional y como persona. Plácido Fajardo,
socio director de Leaderland, explica que un buen 'coach' "debe tener
experiencia amplia y profunda en el mundo de las organizaciones, si hablamos de
'coaching' profesional; y haber tenido vivencias, mejor si han sido en el mismo
ecosistema en el que está el 'coachee'". Es importante distinguir entre el
'coaching' y otras metodologías de desarrollo.
María García, socia fundadora de SmartCulture, menciona
formación, 'mentoring' y 'coaching': "Las dos primeras trabajan
habilidades y comportamientos. El 'coaching' profundiza en la parte de abajo
del iceberg, por eso es la más sostenible". Marta Romo, socia directora de
Be-UP, insiste en todo lo que aporta este trabajo individual que, "junto
con la presencia de otra persona, es clave en el desarrollo del ser humano: la
emoción no solo vivida, sino percibida a través del otro. El aprendizaje a
través de la conversación es una de las metodologías más potentes". Por
todo ello, al igual que estos 'coaches', Ana Sánchez, Ceo de Animal Emocional,
considera clave que los profesionales de esta disciplina participen en el
diseño de tecnologías que enriquezcan este proceso de desarrollo: "Podemos
aportar nuestra experiencia a ese laboratorio de ideas para generar las
herramientas que pueden mejorar y acelerar los procesos".
Engañar al cerebro
para evolucionar
La realidad virtual tiene la virtud de sumergir al usuario
en un entorno que no existe. Perder la identidad y convertir al individuo en
algo similar a un avatar es uno de los riesgos que entraña este sistema. Marta
Romo, socia directora de Be-Up, explica que "no basta con que el sujeto
interactúe con lo virtual, sino que necesita engañar a su cerebro y sentir que
es su cuerpo el que está presente. La magia está en confundir al cerebro
aprovechando sus sesgos, para que uno se sienta presente allí donde no está
físicamente. Hablamos de inmersión tecnológica, de incorporación a la realidad
virtual, en la que el sujeto se identifica con un cuerpo virtual o avatar
dentro de ese entorno". Añade que "esto difiere de darse cuenta
simplemente de que controlas un personaje en un juego, o que representas un rol
en una situación ficticia. Dentro del 'virtual embodiment' -encarnación
virtual- los mismos procesos que te hacen identificarte con tu cuerpo real son
los que te permiten fundirte con uno virtual. Este es un punto clave y hacia
donde se está encaminando la investigación en la encarnación virtual".