sábado, mayo 13, 2017

Cómo superar el miedo al jefe y otros seis temores laborales


Miedo, pavor, temor, incluso espanto y horror son algunas de las emociones que nos paralizan como profesionales. Tomar conciencia de ello y actuar con valentía y determinación son los antídotos.

El 75% de los profesionales padece glosofobia, y seguro que tú eres uno de ellos. El miedo a hablar en público es, según un informe de Adecco, uno de los temores que más paraliza y que puede frenar nuestra carrera profesional. Lluís Pastor, autor de El jefe habla y profesor de los estudios de comunicación de la UOC, define esto como un contrasentido: "Comunicamos desde el primer minuto de nuestra vida y es lo más importante, lo que nos une a los demás. Y resulta que lo tenemos que aprender por nuestra cuenta, en plan amateur". Y este no es el único temor que tenemos que gestionar cómo podamos. Quedarse sin empleo o hablar con el jefe son también populares.

Natalia Gómez del Pozuelo, escritora y formadora, afirma que "la mayoría de ellos tienen que ver con nuestra propia valoración, o inseguridad como profesionales, y con lo que opinan los demás de nosotros. El 85% de cómo nos juzgan los demás tiene que ver con nuestra comunicación". Ser conscientes del miedo es el punto de partida para enfrentarse a ello y superarlo.

Al despido

Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, califica el despido como el miedo universal que se puede intensificar en función del poder adquisitivo: "Cuantas más necesidades económicas tengas, más víctima serás". Su consejo es gestionarlo, tener un plan B que te permita ser inmune: "Poner el foco en la empleabilidad es la clave. Si te despiden, que te pille con un proyecto para trabajar en otra cosa".

Puri Paniagua, socia de Pedersen and Partners, cree que "si uno trabaja en una dirección adecuada, con esfuerzo, creará unas capacidades que serán útiles, y tendrá valor en el mercado laboral. Cuando un individuo tiene mérito, encuentra un hueco u oportunidad. Si somos conscientes de ello, disminuirá el miedo al despido".

A hablar con el jefe

Trabajar nuestra autoestima también es la defensa para enfrentarse al que más manda. Paniagua recomienda trabajar la asertividad, "para lo que se requiere tener claros los mensajes a transmitir, en qué modo y con qué palabras para no herir susceptibilidades". No olvidar que el jefe es igual de vulnerable que nosotros mismos también ayuda. "Es un empleado más, sólo que con una mayor responsabilidad y con el que hay que jugar en equipo desde el minuto cero. Si ya lo miras desde la creencia de que es un ser superior, mala cosa. Hablar con el jefe es la posibilidad de iniciar un diálogo concreto en los objetivos, tareas e incluso conflictos", recuerda Diego Martos, managing director de Di Towanda Talent.

Glosofobia

Gómez del Pozuelo asegura que "poner los miedos en perspectiva ayuda a hacerlos más pequeños. Son la propia autoexigencia y el afán de perfeccionismo lo que nos bloquea e impide que hagamos las cosas con tranquilidad y confianza". Eso es lo que sucede cuando hablamos en público. Uno de los trucos que propone Jericó es restar importancia a la gente que está enfrente, aunque recomienda hacerlo de manera paulatina: "No te estrenes ante mil personas". Apunta, no obstante, otro factor que puede incrementar más este miedo escénico: "No es sólo lo que el público piensa cuando estás hablando, sino la repercusión en las redes sociales. Lo mejor es no pensar en exceso sobre lo que escriben sobre ti, divertirse y no intentar agradar a todos. Les gustes o no siempre van a decir algo".

Al trepa

Es el enemigo silencioso, que cuando menos te lo esperas se mete en tu terreno. Su objetivo es sacar el máximo provecho de los demás. Identificarlo y saber apartarse de su punto de mira es lo más sensato. Martos aconseja no entrar en sus grupos: "Pon tu información y proyectos a buen recaudo. No los perdones. No te enfrentes tampoco, y no confíes, te la volverá a jugar".

Al ninguneo

Que no te tengan en cuenta depende en gran parte de tu iniciativa y de hacerte valer. Este es uno de los miedos más superables, según los expertos. Jericó recomienda hacer una reflexión, "porque te está costando trasladar tu mensaje. A veces dar demasiadas explicaciones sobre un asunto o apabullar con datos es contraproducente". Gómez del Pozuelo menciona "la pasión y la dedicación a uno mismo" para evitar ese ninguneo.

A la ignorancia

El famoso VUCA (de las siglas en inglés de Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity) es uno de los grandes paralizantes profesionales. El miedo al futuro y a no saber cómo reaccionar genera una ansiedad ante la que, según Martos, se puede hacer frente a través de no querer tener todo bajo control, pensar bien las decisiones, despreocuparse o desdramatizar.

Al estancamiento

Hablar con otros y formarse es el mejor antídoto contra el estancamiento laboral. Jericó apuesta por actuar: "No hay que esperar que el cambio venga de fuera... y si no te puedes cambiar de empresa, busca cómo moverte dentro de ella. El estancamiento laboral es un foco de dificultad e infelicidad".

Nosotros mismos, el juez más tirano

La autoestima es el catalizador del desarrollo, lo que nos ayuda a seguir adelante y a hacernos fuertes ante la incertidumbre, en este caso, laboral. PuriPaniagua, socia de Pedersen and Partners, cree que "algunos miedos provienen de la conversación interna, lo que nos decimos a nosotros mismos, y no repetiríamos en voz alta delante de nadie. Si no nos valoramos lo suficiente, si nos permitimos tener una imagen negativa de nuestras capacidades, si no enumeramos nuestras fortalezas, caemos en el miedo". La tiranía de la autoexigencia nos hace más débiles ante determinadas situaciones y... surge el miedo. "Sin caer en la exageración", apunta Paniagua, "hay que revisar lo que uno ha ido consiguiendo, y entender y poner en valor nuestras capacidades. Todos hemos cosechado logros y éxitos en algún momento. El recordarlos, y entender de qué fortaleza provienen, nos ayudará en nuestra autoestima y disminuirá los miedos".

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