martes, abril 11, 2017

Acelerar el aprendizaje social cómo herramienta de disrupción


Vivimos en la era de las ideas dónde la disrupción hace que sólo las organizaciones más rápidas, las que aprenden más rápido, sean las únicas que tengan posibilidades de sobrevivir. Pero si la pregunta es cómo aceleramos la capacidad de absorción del cambio de nuestros empleados y directivos ¿Cuál es la respuesta?

La digitalización exige una organización que aprenda más rápido que permita acelerar el cambio que impone el cambio tecnológico por ello las áreas de formación buscaran cómo palanca de cambio la formación social mediante arquitecturas de conversaciones, donde los directivos serán los nuevos conectores y arquitectos sociales.

La mayoría del aprendizaje que hay en nuestras empresas no es formal se basa en el aprendizaje en el puesto de trabajo y en aprendizaje social: colaborando con otros. Pero en el futuro de las organizaciones ágiles y rápidas ganará quien potencie el aprendizaje social mediante redes sociales corporativas.

Básicamente aprendemos trabajando

Lo que somos, lo que aprendemos, lo aprendemos de nuestra experiencia en nuestro puesto de trabajo, con nuestros clientes, con nuestros compañeros, jefes, subordinados… Este conocimiento que tienen las organizaciones es el conocimiento tácito, impregnado de valores, actitudes y formas de hacer las cosas. El aprendizaje social se produce mediante conversaciones, colaboración, observación e imitación.

La innovación, la mejora se produce también en esos entornos de aprendizajes tácitos e incontrolados. La innovación y la mejora es un proceso de aprendizaje organizativo. Y en momentos de disrupción constituye la base del éxito.

Pero no se trata de volver a la Edad Media, donde el aprendiz adquiere conocimientos mediante la observación, la práctica y el diálogo con el maestro. En el siglo XXI donde la aceleración tecnológica requiere maximizar la velocidad de adaptación tecnológica, valores y formas de trabajo se trata de crear entornos que permitan acelerar el aprendizaje personal para asegurar productividad y el aprendizaje organizativo para innovar, ser competitivos o simplemente sobrevivir.

Las tecnologías sociales aceleran el aprendizaje tácito

Las denominadas herramientas 2.0 aceleran las conversaciones, la posibilidad de compartir y por tanto de observar, imitar y mejorar. Las tecnologías sociales son muy eficientes en trasladar a otros lo que hemos aprendido trabajando, lo que aprendemos fuera, lo que hacen los mejores y por tanto convertir el trabajo de otros en un círculo virtuoso que acelera el aprendizaje organizativo y la innovación.

Para entender el aprendizaje social no es necesario leer a Bandura, el padre del aprendizaje vicario, a Vigostsky, que pone en el centro del aprendizaje la interacción social que lo hace social, o a Siemens, el padre del conectivismo y el favorito para muchos de nosotros para hablar del aprendizaje en red. Solo es necesario recordar cómo aprendíamos cuando éramos niños y analizar cómo aprendemos ahora, ver cómo nuestros hijos y muchos colegas aprenden en redes sociales cuyos fines iniciales no fueron el aprendizaje.

Las empresas que sepan gestionar mejor ese tipo de aprendizaje social, las empresas que reconozcan el valor del conocimiento tácito o informal tendrán una enorme ventaja competitiva, pues serán las que tendrán más posibilidades de innovar. Y para ello las redes sociales serán el aliado imprescindible.

¿Quiénes son los maestros del aprendizaje social?

Nace pues una nueva disciplina que es crear estos entornos de aprendizaje e innovación, que permite guiar las conversaciones empresariales, maximizar el aprendizaje, gestionar el conocimiento tácito y acelerar la competitividad empresarial.

Los requerimientos de conocimiento y de cruzar y construir ideas son cada vez más importantes. Por eso las empresas necesitan que todos sus directivos sean creadores de conversaciones productivas, influyentes en las redes sociales, dinamizadores y gestores de comunidad. Necesitan que todos los colaboradores compartan sus ideas, su información más valiosa, sus mejores prácticas, sus últimos descubrimientos y que lo hagan con vídeos, con fotos o con artículos en plataformas sociales de comunidades abiertas o especializadas.

Las organizaciones más complejas además requerirán expertos, maestros de lo psicosocial y del aprendizaje social que formen a directivos y profesionales, que aseguren la “productividad” de un proceso que consume enormes recursos organizativos (el tiempo de las personas), que aprendan a afinar los nuevos Entornos Organizativos de Aprendizaje y las comunidades.

El aprendizaje social será la principal herramienta de competitividad empresarial, pues será la base de la innovación continua y disruptiva, que es la principal prioridad de nuestras organizaciones, o al menos de las que sobrevivirán a la era digital.

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