jueves, agosto 11, 2016

Cuando la razón de un mal equipo es un mal líder


No hay malos soldados bajo grandes generales. Es así de simple. Cómo mejorar el rendimiento de los equipos de élite es un tema de sobras conocido en la esfera militar y una filosofía adoptada por los buenos líderes en el ámbito empresarial. Y es que cuando los líderes han construido un gran equipo están proporcionando un liderazgo sólido, no hay razón para que el equipo no puede tener éxito y ganar.

Cuando los equipos y organizaciones en cualquier entorno no están teniendo éxito, es porque sus líderes están fallando en el cumplimiento de 5 mandamientos, según detalla la publicación Inc:

 1. Definir y alcanzar metas

Este es el punto número uno de la responsabilidad de un líder. El cumplimiento de los objetivos de ventas, de crecimiento o rentabilidad sólo existen cuando el líder es capaz de definir unos objetivos a corto, medio y largo plazo y las personas o equipos responsables de ejecutarlos.

Ante este reto, el líder tiene que adoptar la responsabilidad de muchas áreas, como las personas, los productos, los servicios, la productividad, las finanzas, la competencia o el mercado, pero eso no quiere decir que tenga que ejecutarlos todos directamente, ya que los éxitos nunca son fruto de un solo sombrero, sino de un equipo bien cohesionado y dirigido.

2. Resolver problemas y tomar decisiones

¿Quién dijo que triunfar fuera fácil? Cualquier logro obtenido normalmente es fruto de la superación de obstáculos y de decisiones difíciles de tomar o entender.

Como líder, no olvides que estás en este puesto por casualidad: eres tan imprescindible para el equipo como éste lo es para ti. Sin un equipo, no hay liderazgo posible.

3. Priorizar y mantener el foco

El tiempo es el bien más preciado de un líder. Y nunca hay suficiente para él. Por eso la priorización de objetivos y tareas es un ingrediente clave para triunfar.

No es posible que coexistan más de 5 prioridades tan esenciales como para acometerlas en paralelo, por eso es tan importante para las organizaciones que sus directivos sean capaces de identificar cuáles son las decisiones más estratégicas y cuáles podrán dejarse para más adelante sin que ello suponga un impacto negativo en el crecimiento de la compañía.

4. Creer e inspirar a otros a creer

El equipo no va a creer en la misión si el líder no cree en ella. Debes proyectar en los demás tu fe sobre la misión y visión y comunicar sistemáticamente a los miembros del equipo para que la entiendan y compartan, ya que de lo contrario, generarás desconfianza y por lo tanto, malos resultados en tu equipo.

4. Realizar grandes proyectos y obtener resultados

Muchos libros sobre liderazgo y entrenadores hablan de los diversos rasgos que hay que exhibir para ser un gran líder, pero al final, todo se acaba reduciendo a ser o no eficaz.

Antes de analizar si dispones de las competencias ideales para dirigir, analiza si tu trabajo está dando los frutos que necesita la compañía más allá de lo económico. Si la respuesta es positiva, quizás es que ya dispongas de muchos de los rasgos socio-emocionales que caracterizan a un buen líder

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