martes, noviembre 04, 2014

Innovación social digital en Europa

Internet tiene ya unos cuarenta años de vida y su capacidad para generar valor económico y social se entiende relativamente bien. Sin embargo, pese al potencial carácter social de esta tecnología, en los últimos veinte años nos hemos dedicado, sobre todo, a su comercialización. La innovación digital que se ha desarrollado específicamente para incidir positivamente en el cambio social se halla todavía en ciernes, con pocos servicios a escala global. Por ello, consideramos que la innovación social digital (ISD) es todavía un área de estudio emergente, y podemos afirmar que hay poco conocimiento sobre quiénes son los innovadores sociales digitales, qué organizaciones y qué actividades les dan apoyo o cómo utilizan las herramientas digitales para promover la innovación social.

¿Qué es la innovación social digital? Para nosotros, es un tipo de innovación social colaborativa en la cual los innovadores, los usuarios y las comunidades colaboran utilizando las tecnologías digitales para co-crear conocimiento y soluciones. Ello implica que la innovación ya no se entiende como un proceso lineal en que las actividades de I+D de una organización generan automáticamente nuevos productos o servicios, sino como un proceso complejo, dinámico e interdependiente, en el cual participan diferentes stakeholders. Así entendida, la innovación no solo crea nuevos productos o servicios (innovación de productos/servicios), sino también nuevos métodos de producción (innovación de procesos) y nuevas formas organizativas (innovación organizativa), da acceso a recursos inexplotados y genera nuevos sistemas de valores con capacidad para transformar las normas y las instituciones sociales.

La Unión Europea está especialmente interesada en promover la ISD. En el marco de la Estrategia Europa 2020, cuyo objetivo no es únicamente superar la crisis que ha afectado a nuestras economías, sino también paliar las deficiencias de nuestro modelo de crecimiento, la ISD juega un papel clave. Por un lado, puede proporcionar formas de trabajar que aceleren la I+D y la productividad, combinando el crecimiento innovador con la cohesión social y el desarrollo sostenible. Por otro lado, la ISD puede contribuir a la inclusión. Su filosofía de innovación permite que diferentes grupos de personas participen en procesos de innovación y proporcionen ideas relevantes para hacer frente a los retos sociales y locales, lo cual impulsa el talento ciudadano para mejorar la Europa del futuro. Finalmente, la ISD favorece la implementación de la Agenda Digital Europea, porque hace especial hincapié en el rol de las plataformas tecnológicas en la puesta en marcha de ecosistemas digitales abiertos.

Sin embargo, la realización de todos estos aspectos requiere ir más allá de las políticas tradicionales de apoyo a la innovación que se han impulsado en Europa en los últimos años. Al respecto, consideramos pertinente formular algunas recomendaciones:  


Mila Gascó (Ph.D) es directora adjunta del Center for Innovation in Cities (Instituto de Innovación y Gestión del Conocimiento) e investigadora senior del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE.

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