jueves, junio 26, 2014

Los empleados se convierten en mentores de sus jefes

Los empleados más jóvenes pueden enseñar a los más veteranos a perder el miedo a las nuevas tecnologías, como es el caso de las redes sociales, lo que les ayudará a conectar con clientes y empleados.
En los trabajos hay una creciente brecha digital entre los empleados jóvenes, familiarizados con las redes sociales, y los gerentes de mayor edad, no muy dados a la tecnología. Para resolver este desequilibrio, cada vez más empresas están implementando programas de orientación a la inversa, juntando a empleados jóvenes con colegas mayores para trabajar sus aptitudes tecnológicas. "La práctica se ha vuelto más común en los últimos tres y cuatro años", dice Didier Bonnet, director global de Orientación de la firma Capgemini Consulting. "El principal objetivo es elevar el coeficiente intelectual de los líderes empresariales".
Los dúos no siempre funcionan, señala Bonnet. "A menudo son intimidantes para los mentores jóvenes y extraños para los colegas de mayor edad, que pueden sentirse avergonzados de dejar al descubierto lo poco que saben sobre el tema. Metas claras, buena química, un compromiso con el horario y una mente abierta entre los ejecutivos de alto rango elevan las probabilidades de éxito", afirma.
Rebecca Kaufman, una gerente de 24 años con dos de experiencia en comunicaciones digitales en MasterCard, dice que se sintió "intimidada" cuando una red de profesionales jóvenes en su empresa la eligió como mentora de Ron Garrow, un ejecutivo de 50 años. Kaufman había usado redes sociales casi una década, pero la idea de ayudar a un ejecutivo a establecerse en ellas la impresionó.

Garrow, director de Recursos Humanos de MasterCard, quería usar las redes sociales para identificarse mejor con los empleados de la entidad nacidos después de 1980, cuya presencia en la fuerza laboral de la empresa, de 9.000 personas, pasó del 10% en 2010 a un 37% ahora. También quería llegar a los consumidores jóvenes y dar a conocer el cambio de imagen de MasterCard, que ha pasado de ser una empresa de tarjetas de crédito a una firma concentrada en la tecnología de pagos.

El miedo al primer tuit
Ambos se reunieron dos veces en diciembre y enero en la oficina de Garrow, un piso por encima de la mesa de trabajo de Kaufman en la sede de la empresa en Purchase (Nueva York). Desde entonces, se han mantenido conectados por email, teléfono y en persona varias veces a la semana. Garrow acogió sin problemas la primera sugerencia de Kaufman de intensificar sus visitas a LinkedIn de semanales a diarias y empezar a compartir artículos. Pero se puso nervioso con la idea de usar Twitter. La importancia de evitar declaraciones públicas arriesgadas era algo que ponía nervioso a alguien que había trabajado 26 años en dos grandes bancos antes de unirse a MasterCard en 2010.  "Psicológicamente, los 140 caracteres son muy intimidantes para mí", afirmaba.

Kaufman le animó argumentando que Twitter es otra historia. "Abre el contacto con cualquier persona en la que se está interesado". Cuando la joven le preguntó qué marca personal quería proyectar, no estaba seguro de qué responder, además de promocionar MasterCard. Padre de cuatro hijos, Garrow dice que la experiencia lo hizo poner los pies en la tierra. Al darse cuenta de que la reputación del directivo estaba en juego, Kaufman identificó expertos en recursos humanos y escritores que tienen influencia en medios sociales. Garrow abrió una cuenta, estableció su perfil y practicó.

Kaufman le ayudó a escribir los primeros tuits. El mes pasado, durante una visita a la Universidad de Michigan, Garrow quería tuitear una foto suya con un colega y estudiantes de MBA. El ejecutivo le envió un correo electrónico a Kaufman describiendo el evento, añadiendo "quiero tuitear esto pero no estoy seguro de cómo". Kaufman sugirió nuevas frases. Garrow rescribió el mensaje y tuiteó la foto en minutos. Dos semanas después, estaba tuiteando fotos de un viaje de negocios. El ejecutivo dice que ahora dedica tiempo a pensar nuevos tuits. "Twitter me está capturando".

Cinco meses después de empezar con su mentora, Garrow tiene 2.352 contactos en LinkedIn, revisa Twitter entre ocho y diez veces al día, sigue 109 cuentas y tuitea unas 50 veces al mes. Kaufman lo felicitó cuando superó los 400 seguidores y elogió su puntuación de 45 en Klout, una medida de influencia en medios sociales. "Me dijo que era casi la mitad de la de Obama".

Kaufman ha recibido solicitudes para ser mentora de otros ejecutivos, a quienes no hubiera tenido la oportunidad de conocer antes. La relación le ha dado confianza. Garrow también amplió su papel de mentora al pedirle que le ayudara a revisar sitios web internos para asegurarse de que fueran atractivos para los jóvenes empleados. Para él, se ha convertido en un modelo a seguir. "Me ha mostrado cualidades que debería imitar si quiero tener éxito, incluyendo calidez, apertura, interés por otros y el agradecer el trabajo", afirma. 

Sue Shellenbarger - THE WALL STREET JOURNAL

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