viernes, abril 11, 2014

Cómo superar el miedo al fracaso

“El fracaso más grande es nunca haberlo intentado”. Proverbio chino
Todos tenemos miedos y temores. No puedes huir de ellos, pero si gestionarlos para poder superarlos y que no te impidan hacer lo que quieres. Los miedos, igual que las creencias, no son ni buenos ni malos. Simplemente te potencian o te limitan, te convienen o no,  te ayudan o te perjudican. . .
Seguro que te encantaría saber qué puedes hacer para que no sean una piedra en tu camino. . . Pues ahora lo vemos. Los miedos son simples mecanismos de defensa que se activan cuando nosotros intuimos un peligro que nos puede afectar, ya sea físico, mental o imaginario (como la mayoría de las veces).
¿Qué hace que temamos tanto nuestros propios miedos, valga la redundancia?
Primero tendríamos que decir que muchas veces no somos ni conscientes, así que si no sabemos ni siquiera que lo sufrimos ¿cómo vamos a poder superarlo? El primer paso es poder identificarlos, encontrar un momento de paz con nosotros mismos para sentir. Pocas veces nos damos la oportunidad de vivir esos momentos de serenidad, tranquilidad y paz y dejar que esa persona que te acompañará toda tu vida, a la que más tienes que amar y la que más te necesita, sepa exactamente cómo se siente, cómo piensa y cómo es en realidad. Por si no lo has adivinado esa persona eres tú.
Uno de los miedos más comunes, tanto en el emprendimiento como en el terreno personal (los otros mejor los tratamos en otro artículo) es el miedo a fracasar. No hacemos por no equivocarnos, para que no nos salga mal, para no tomar malas decisiones, para que no piensen mal de nosotros, para que no nos vean como unos perdedores, elige tú tu porqué. . . .Y lo único que conseguimos es no andar hacia la meta que nos hayamos propuesto. Es verdad, si no hacemos, no nos equivocamos, pero ¿qué tenemos a cambio? Piénsalo un momento y decide si quieres vivir con miedo, piensa realmente lo que te estás perdiendo y estás dejando de conseguir. El miedo nos protege, por tanto nos está diciendo que hay algo que tenemos que “solucionar”, nos hace una advertencia para que trabajemos ese “algo” no resuelto, tenemos que escuchar nuestro cuerpo.
El miedo a fracasar es una ilusión no real, que tú te has creado en tu mente y la sientes, creando la “falsa realidad” de un acontecimiento que todavía no ha sucedido. Esa pasa a ser “tu verdad”. Una posibilidad no es un hecho. Es solo eso, una posibilidad. Vamos a analizar un poco las causas para entender mejor porque hacemos ese proceso y qué podemos hacer para superar ese miedo sin que afecte nuestros objetivos.
En primer lugar, tenemos que aceptarlo. Si no queremos aceptarlo, difícilmente podremos solucionarlo. Así que, aunque te fastidie, acepta que tienes miedo e intenta averiguar de dónde viene y que te está provocando para saber qué puedes hacer. Tengo que decirte que normalmente no es una razón en particular, sino que puede ser una mezcla de ellas, así que tendrás que trabajar un poquito más. Veamos:
1-     No nos gusta aceptar críticas, ni equivocarnos. ¿Por qué nos cuesta tanto tomar decisiones a veces? Pues porque si no sale como esperamos querrá decir que nos hemos equivocado, ¿qué pensarán entonces los demás? Todos necesitamos reconocimiento de la gente que nos rodea, y nos importa demasiado. Así que si no tomamos decisiones y no hacemos nada, “en teoría” no podemos equivocarnos. ¿Qué hacer? Tiene que aceptar que nadie nace enseñado. Si todos supiéramos en cada momento qué hacer nadie cometería errores, así que prepárate para estar aprendiendo constantemente, no cometas nunca el error de pensar que ya lo sabes todo. Si no te lo tomas como un aprendizaje (que es lo que es), acabarás culpándote y esa carga pesa demasiado. A nadie le gusta aceptar que ha hecho algo mal, pero es el primer paso para que no nos vuelva a suceder. Si creemos que ha sido una causa externa a nosotros, ¿cómo vamos a solucionarlo? Acéptalo y no identifiques ese error contigo, lo hiciste lo mejor que sabías en ese momento (nunca hacemos las cosas mal, adrede, sabiendo conscientemente que hay una opción mejor) Así que tu opción fue la mejor elección en el momento en que te encontrabas. Esto es muy alentador, pues no es que tú seas tonta, es que no tenías toda la información, o la experiencia o el conocimiento necesario. Así que eso tiene solución: sigue equivocándote.
2-     ¿Qué entiendes tú por fracaso? Depende de tus expectativas. Somos muy exigentes con nosotros y pensamos que todo tenemos que hacerlo bien. Puede que por fracaso tú entiendas que en lugar de llegar a un punto en tu negocio en dos años, necesitas cinco. Que no llegues al objetivo de facturación que te hayas propuesto para este año. Que tengas que cerrar el negocio. O quizás puedes que sea que ni siquiera lo intentes. Eso depende de ti, revisa tus creencias y expectativas. ¿Qué hacer? Volvemos un poco al punto anterior. Toda experiencia, ya sea positiva o negativa no deja de ser un aprendizaje que vamos acumulando a lo largo de la vida. Y probablemente no te sucederá lo mismo, pero es posible que te equivoques en otra cosa, es parte de la vida. Si no te equivocas no puedes mejorar. Ahora bien, si no aceptas que las cosas pueden salir de otra forma de la que tenias planeada, ten por seguro que tendrás muchas decepciones. Lo que conviene tener es la habilidad de adaptarte a los cambios e ir implementando de manera distinta a medida que los vamos encontrando, ese es el reto y la clave para un buen aprendizaje y el éxito en tu proyecto.
3-     Como más miedo sientes, más riesgo ves a lo que haces. Siempre damos más importancia a lo negativo. Existe un riesgo en todo lo que hacemos, incluso aunque no hagamos nada. Nos asusta lo desconocido, porqué no hemos experimentado esa vivencia y hacemos una lista mental de todas las cosas que pueden ir mal. ¿Qué hacer? Todo lo que haces en la vida tiene un riesgo, incluso no hacer nada. Simplemente piensa: voy a hacer esto. . .a lo mejor sale mal. . . ¿y qué? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Y si pasa eso qué? Cuando valoras los riesgos te das cuenta que estas magnificando la expectativa de que salga mal. Siempre puedes hacer ajustes a medida que te das cuenta y el resultado no tiene que ser tan nefasto como lo crees en un principio. Si dejas que el miedo se apodere de tu mente no pensaras con claridad y no podrás tener una visión más amplia para minimizar las consecuencias y más riesgo verás en todo lo que hagas. Lo que puedes hacer es prepararte para enfrentarte a las circunstancias que te encuentres y si no te gusta el resultado, lo reajustas y vuelves al camino correcto, adaptando cada paso.
4-     Debido a malas experiencias pasadas. Si has vivido una experiencia que has catalogado como fracaso porque no ha salido como querías, si has sentido dolor, si has sentido frustración y te lo quedas dentro alimentando esa creencia de que no sirves o no puedes, no querrás saber nada sobre volver a intentarlo. Al menos hasta que lo aceptes y le des la vuelta, tomándotelo como un aprendizaje para hacerlo cada vez mejor. ¿Qué hacer? Es muy lógico que si has tenido una experiencia negativa tengas miedo a que no te salga como quieres, otra vez. Tienes que digerir esa experiencia, a lo mejor dejar pasar un cierto tiempo para que puedas trabajarla y volver a motivarte y prepararte para intentarlo de nuevo. Tienes que analizar qué salió mal la otra vez, tratar de informarte y formarte para estar mejor preparado, para minimizar los posibles errores a cometer. Si lo instalas como una creencia en tu cerebro, eso regirá tus acciones el resto de tu vida, o hasta que tu decidas. Hay que re-programar tus creencias para desatarlas de esa experiencia y volver a empezar. Lo importante es perseverar y perseverar, y luego perseverar, no hay otra.
5-     Por creencias infundadas a raíz de experiencias de otros. Si todos te dicen constantemente que conocen a fulanito y menganito que no les ha ido bien, que es muy difícil, que hay que tener mucha “suerte” o cosas así, al final acabamos grabando en nuestro cerebro esas afirmaciones como si de “verdades” se trataran y acaba formando parte de nuestra realidad. Si menganito que tiene más experiencia que yo, o está mejor preparado le ha ido mal, imagínate a mi. . . ¿Qué hacer? De entrada la gente es muy aficionada a dar consejos y saber mejor que tu lo que te conviene. Incluso aunque sean los más cercanos con todo el cariño del mundo y con intención de protegernos. Todos somos únicos e irrepetibles, aunque nos parezcamos, aunque actuemos de forma parecida, todos tenemos nuestros patrones mentales, nuestras creencias y nuestras emociones, aunque nos lleven a actuar de manera parecida, no todos lo procesamos y gestionamos de la misma forma, Además, cada uno ha tenido una experiencia concreta y todo eso le lleva a ser como es, diferente a todos los demás. Lo que le sirve a uno puede que no le sirva a otro, así que busca tus propias razones y gestiona tus propios miedos, no vivas los de los demás.
6-     Falta de confianza en nosotros mismos. No creer en nosotros igual que tener una baja autoestima nos lleva a pensar que no somos capaces de hacer algo, de llevar a cabo un proyecto. Y eso se convierte en ley, si no crees que puedas, ¡fijo que no vas a poder! ¿Qué hacer? Esa es una causa muy poderosa que va más allá del puro miedo o temor. Sólo puede salirte bien lo que emprendas (en lo profesional o en la vida) si crees en ello, en ti, en que lo vas a conseguir. ¿Cómo vas a conseguir algo que no crees que sea posible? La pregunta se responde por sí sola. Eso nos lleva a no hacer, a bloquearnos a paralizarnos a sabotearnos. . .el caso es que si te impide tomar acción nunca sabrás qué resultado podías haber tenido. Si crees que necesitas ayuda en cualquier área de tu emprendimiento, búscala, pídela. Recibir la ayuda de alguien que ha conseguido llegar donde tú estás y que no esté involucrado en tus “obstáculos” te da una visión de ti mismo que nunca imaginarias. Piensa en grande y tendrás grandes resultados.
A modo de conclusión te diré que lo que hace que superes tus miedos es tomar acción. Cuando te mueves te ocupas en ir resolviendo lo que te encuentras y no te preocupas tanto por el posible resultado. Los temores antes de iniciar una acción siempre son más fuertes que cuando te encaminas hacia ella. Prepárate, enfócate y diseña un plan para tu objetivo, pero ponte en marcha.

Para ayudarte a estar más preparada puedes preguntarte:
§  ¿Qué necesito aprender para prepararme para ese momento?
§  ¿Tengo los recursos necesarios para emprender mi proyecto?
§  ¿Qué hay detrás de ese miedo y cómo lo puedo solucionar?
§  Qué creencias tienes que revisar/cambiar para que no te limite?
§  ¿Qué habilidades y fortalezas tengo que me ayudarán a superar cualquier situación?
§  Cuál es el siguiente paso que tengo que dar para acercarme a mi objetivo
§  ¿Qué me detiene para tomar acción?
Me encantará leer tu opinión. . .

Cristina López

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