viernes, diciembre 20, 2013

Emprender en el trabajo

Recursos Humanos RRHH Digital. Es un hecho que las organizaciones con mayor tendencia al emprendimiento tienen mayor capacidad para adaptarse de forma eficiente a las exigentes demandas, innovaciones y cambios que plantea de forma continua el entorno empresarial. El emprendimiento, por tanto, se posiciona no solo como una actividad individual orientada únicamente a la creación de una empresa, sino también, y cada vez más, como una necesidad crítica de las organizaciones para ser competitivas.

A las personas que adoptan este rol dentro de las organizaciones las denominamos «intraemprendedoras». Si bien existen diferencias más que notables entre una persona que emprende para iniciar su propio negocio y aquella que lo hace en el contexto de una organización, las similitudes son más que notables: es necesario reconocer una oportunidad de negocio, es vital dar el paso adelante y arriesgarse, y es fundamental persistir en el intento, ya que nos encontraremos con numerosos obstáculos por el camino. Asimismo, se demuestra que la actividad intraemprendedora de los trabajadores se relaciona con el incremento de los beneficios y de las ventas e, incluso, con el grado de crecimiento de la organización.

Desde un punto de vista de gestión de recursos humanos las preguntas que podemos hacernos podrían ser: «¿Y cómo crece un intraemprendedor?, ¿qué lo caracteriza?». La investigación se ha centrado, por un lado, en tratar de determinar las características de la organización que favorecen el «intraemprendimiento» y, por el otro, en estudiar las características sociales y psicológicas que están asociadas al comportamiento emprendedor.
Respecto a la primera cuestión, los factores de la organización que favorecen la conducta emprendedora son bien conocidos: el tamaño de la organización, su estructura flexible y favorecedora de autonomía, un sistema de gestión del desempeño que recompense el riesgo asumido en el emprendimiento y no castigue los fracasos, el apoyo de la dirección y la disponibilidad de recursos.

Atendiendo a la segunda cuestión, las personas con mayor probabilidad para involucrarse en comportamientos emprendedores son las que tienen una clara orientación al logro, una gran capacidad para trabajar de forma autónoma, y una tendencia a asumir riesgos, a la innovación y a la creatividad.

Por último, estudios recientes muestran que las personas con mayor identificación y compromiso con la compañía tienden también a involucrarse en mayor medida que los no comprometidos en acciones emprendedoras. Así que de nuevo aparece el factor del compromiso. ¿Será que cuando las personas tienen una serie de características personales (como el no tener miedo a arriesgarse) en una organización que respalda el emprendimiento, estos factores propician más emprendimiento, innovación y una mejora continua?

Para mí está muy claro que una organización con emprendedores dispuestos a dar lo mejor de sí mismos es una organización con mayor capacidad para lidiar en el entorno en el que operan la mayoría de ellas: sumamente competitivo y en continuo cambio. En este contexto la identificación de este talento emprendedor y el desarrollo de sus habilidades y capacidades se convierten en una herramienta de gran valor para las organizaciones. 

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